Patrimonio en riesgo: La Asociación granadina que lucha para restaurar y conservar iglesias

Granada/La eternidad es un objetivo que el ser humano ha perseguido durante generaciones. Ante las evidentes limitaciones del cuerpo humano, algunos optaron por anclarse a la vida eterna a través de obras artísticas, ya sean libros, esculturas o estructuras arquitectónicas. Sin embargo, resulta difícil que algo físico consiga permanecer indemne al paso del tiempo por el resto de sus días. La lucha por mantener el patrimonio que enriquece un lugar, un pequeño pueblo, e incluso una nación entera, tiene un peso en la historia misma.

En Granada ha nacido una plataforma que reivindica esta lucha, la Asociación para la rehabilitación y conservación de iglesias y monumentos trata de poner en valor diferentes estructuras arquitectónicas relevantes en, por ahora, dos municipios de la provincia.

Dicha asociación se dedica a la restauración de iglesias y monumentos, preservando y revitalizando estos espacios sagrados para futuras generaciones, con una profunda reverencia por el patrimonio cultural, pues su misión es devolverles su esplendor original.

Esta asociación granadina tiene como objetivo restaurar y conservar la Iglesia de la Encarnación de Colomera y, especialmente la Iglesia de Santa María la Mayor de Guadahortuna.

La Iglesia de Santa María la Mayor se encuentra en el centro del municipio de Guadahortuna, en la suave ladera que se acerca al río del mismo nombre, lindando al noroeste con la Calle Almendro y al sureste con la Calle Real, desde la que se accede a su entrada principal, no sin antes salvar un tramo de varios peldaños. La Iglesia es un Bien de Interés Cultural (BIC) inscrito en el BOE de 13 de agosto de 1983.

Esta construcción ocupa un lugar relevante en la construcción renacentista de la provincia de Granada. Promovida por el arzobispo D. Pedro Guerrero, su elevación coincide con la de las iglesias de los municipios de Iznalloz (1549), Montefrío (1543), Moclín (1543), Íllora (1545), Colomera y Montejícar. Construcciones todas ellas en las que participó de forma más o menos amplia el arquitecto Diego de Siloe, el mismo que elevaba en aquellos años la Catedral de Granada.

Según la propia asociación, se tienen noticias de una primera iglesia de "pobre factura" construida en Guadahortuna hacia 1505, formalizada por una sola nave y capilla mayor, según el esquema tipológico habitual del mudéjar granadino. Fuentes de la asociación defienden que este templo debió tener problemas de conservación, puesto que treinta años después ya requirió de la restauración de su cubierta, así como de consolidar sus muros en el contacto con la cabecera.

El desarrollo urbano del municipio y la "mala fábrica primitiva" pudieron haber sido los motivos por los que hacia 1542 comienza a labrarse piedra para la nueva Iglesia, realizada en esta ocasión en cantería. Figuraba en estos primeros trabajos el maestro Domingo de Ygnia.

Cinco años más tarde Juan de Maeda visitó la construcción para tasar la obra efectuada, así como de la labor de Siloe aportando traza a la nueva capilla mayor. Los trabajos de cantería por su parte corrieron a cargo de Gabriel Núñez y Gabriel Martínez, debiendo finalizarse la obra aproximadamente en los años 60.

Un trabajo necesario

El artífice y creador de la Asociación para la rehabilitación y conservación de iglesias y monumentos, Faustino Jiménez, ha confesado a este periódico que "no hay nada igual en España, alguien o algo que se dedique a restaurar iglesias, y es una pena". Este grupo está formado por alrededor de 260 integrantes. Jiménez ha criticado que “sin la ayuda de las instituciones es imposible realizar esta labor. Hace unas semanas se cayó una iglesia en León y claro, no pasa nada, hay muchas", afirmaba Jiménez en tono irónico, para recalcar que "eso es lo que queremos evitar, queremos recuperar patrimonio con esta asociación, que está compuesta por arquitectos, aparejadores, notarios y profesores de bellas artes", entre otros.

Así, Faustino ha incidido que "es necesario lo que estamos pidiendo porque si nadie se pronuncia se caen las iglesias. Con esta asociación quiero concienciar a la población, da igual que se sean creyentes o no, estamos hablando de monumentos históricos que no debemos permitir que se caigan”.

En cuanto al dinero que reciba la asociación, Jiménez aclara que "no quiero ganar nada para mí, solo ayudar a la sociedad". De esta forma, y con el apoyo de los ayuntamientos de Guadhortuna y Colomera, quienes "no están dispuestos a que sus iglesias se derrumben", el promotor ya ha organizado una serie de actividades para "darle vida al pueblo" de Guadahortuna y recaudar fondos a través de, por ejemplo, la actuación de grupos de teatro y cantautores como Miguel Taboada para generar dinero.

"Tenemos que hacer lo que, por desgracia, nadieestáa haciendo", concluye Faustino Jiménez.

Santa María la Mayor

La iglesia se estructura en tres naves sin capillas laterales, con la nave central siendo la más alta y decorada con una armadura de madera policromada y elementos ornamentales como piñas de mocárabes y escudos. La capilla mayor, separada de la nave principal por un arco toral, presenta una bóveda de nervaduras góticas.

La torre de la iglesia, de planta cuadrada, consta de cinco cuerpos y alberga un reloj y campanas. La portada principal, restaurada en los años noventa, se compone de dos niveles con columnas de distintos órdenes y decoración escultórica. El perfil de la torre es un elemento icónico del paisaje urbano. Otros elementos destacados incluyen una portada cegada y un pozo en servicio dentro de la nave del evangelio.

Propuesta de intervención

El estado de conservación de la iglesia muestra que la torre necesita restauración urgente debido al deterioro significativo de su piedra, bóvedas y cubierta. Esta torre, un hito en Guadahortuna, presenta fisuras y daños en sus muros y elementos tallados, exacerbados por "reparaciones inadecuadas", según ha argumentado la asociación en cuestión.

El interior de la torre también sufre problemas de conservación, como la pudrición de la madera y la acumulación de suciedad en la maquinaria del reloj. os técnicos encargados del estudio del estado de la parroquia recomiendan restaurar la torre, consolidar sus estructuras, y mejorar sus instalaciones para garantizar su estabilidad y seguridad.

La ayuda al alcance de la mano

Por el momento, la vía directa de ayuda a esta causa es económica. La Asociación ha remitido una carta dirigida tanto al director de Caja Rural, La Caixa y otros bancos para "asegurar la transparencia en el uso del dinero". En dichas cartas se aclara que "se va a abrir una cuenta a nombre de dicha iglesia con el único fin de que el dinero que entre en ella, sea exclusivamente para arreglos y trabajos de esta misma. Los pagos se harán contrafactura de la certificación y el visto bueno de nuestro director de obra. Se pagará con cheque nominativo y siempre tendrá que ir firmado obligatoriamente por el párroco y dos socios, nombrados en una Asamblea, siendo obligatorio que firmen los tres".

No obstante, todo aquel que pretenda contribuir puede hacerlo ingresando la suma de dinero que estime oportuna en las cuentas habilitadas para ello, las cuales pueden encontrarse en la página web de la Asociación para la rehabilitación y conservación de iglesias y monumentos. Toda la información sobre las parroquias de Guadahortuna, Colomera y el propio proyecto también puede consultarse de forma detallada en esta misma página web.