La investigación de la sima de Huéscar se extiende a la identificación de la persona adulta hallada junto a los restos de la niña

Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía confirman que los huesos hallados corresponden a más de un individuo

Los restos óseos encontrados en una cueva en Huéscar son los de la niña desaparecida en Cúllar en 1983

Entrada de la sima en la que se encontraron los restos humanos.
Entrada de la sima en la que se encontraron los restos humanos. / Asociación de Espeleología Velezana

El hallazgo de restos humanos en la sima del Carrascal hace algo más de un año ha levantado un misterio que aún está por resolver. Los huesos encontrados por miembros de la Asociación Espeleológica Velezana corresponden a dos seres humanos, una persona de una edad entre los 9 y 11 años y un adulto y fueron entregados a la Guardia Civil y a su vez a una universidad. De momento no se ha dado a conocer la identidad de estas dos personas y el caso sigue llevándose en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Huéscar. De lo que sí hay confirmación oficial, a través de fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) es que en la cueva, de muy difícil acceso, se encontraron restos pertenecientes a dos personas, una de ellas en edad adulta.

No obstante, fuentes solventes cercanas al caso han señalado que unos de los huesos, entre ellos un cráneo, corresponden a la niña Dolores Rodríguez García, de diez años de edad que desapareció en Cúllar a finales de octubre de 1983, coincidiendo con las fiestas que se celebraban por entonces en la localidad del norte de la provincia de Granada. En el entorno familiar se ha mostrado el convencimiento de que a la niña "se la llevaron". A falta de la confirmación oficial, las investigaciones también están centradas en identificar los otros restos encontrados.

De momento, hay algunas especulaciones y rumores. De hecho, todo apunta a los desaparecidos que pudiera haber habido en los municipios del norte de la provincia de Granada durante esos años, pues el lugar donde se encontraron los restos no son de paso, más bien todo lo contrario, por lo que los indicios apuntan a que quien o quienes depositaron los restos en la sima eran conocedores del terreno. Así, por ejemplo, en Huéscar se comenta que unos ocho años después de la desaparición de la niña de Cúllar también faltó a su domicilio una señora.

Por lo tanto, cuando concluyan los análisis que se están llevando a cabo en el centro universitario en el que se depositaron los restos encontrados en la sima, los resultados se comunicarán al juzgado que lleva el caso, que en este caso es el de Primera Instancia e Instrucción de Huéscar. En el mejor de los casos, si están identificados se entregarán a los familiares más cercanos para que les den sepultura muchos años después de ocurrirse los hechos.

Lo que también está en el aire es la explicación de la causa de las muertes, sin duda en muy extrañas circunstancias dado el lugar en el que aparecieron los restos, de muy complicado acceso.

Muchas son las incógnitas que piden respuesta, sobre todo por parte de familiares que, muchos años después, merecen poner punto final a unas historias que nunca debieron producirse.

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