La proliferación de macrogranjas en el Norte, una amenaza para el Geoparque de Granada
Altiplano
Un estudio de expertos de la UGR señala la "incompatibilidad" de ambos proyectos, debido al impacto que puede tener la actividad ganadera intensiva en el territorio
Granada/SOS Altiplano. Los municipios del Norte de la provincia están en el centro de la diana de eso que se ha venido en llamar España Vaciada y en medio de ese debate sobre la despoblación asoman como posibles alternativas a fijar habitantes dos proyectos antagónicos que rodean a todos aquellos pueblos granadinos de la zona septentrional, ese nuevo mundo de tierras baldías, cuevas, cárcavas, y altiplanicies que se empiezan a dibujar en el paisaje a partir de Guadix y continúan hasta las comarcas de Baza de Huéscar. Esos dos proyectos tienen diferencias muy marcadas, pues mientras que uno de ellos como el famoso Geoparque de Granada –presentado hasta en Nueva York con la misión institucional– figura en las nómina de grandes iniciativas turísticas y es uno de los atractivos que la Diputación lleva a Fitur y otras ferias.
Del otro gran proyecto económico todo lo que se conoce es de forma soterrada o a través de las manifestaciones en contra de que se haga. Se trata de las macrogranjas, las instalaciones ganaderas para la cría de cerdos que están propagando una rebelión en contra de las asociaciones ecologistas y otras entidades del territorio que se oponen a que proliferen estas granjas grandes por considerar que es una forma de desarrollo que no ayuda al territorio.
Pero las personas que apoyan la plataforma vecinal en contra de las macrogranjas no están solas. Este periódico ha examinado un informe elaborado por varios catedráticos de la Universidad de Granada expertos en diferentes materias que analiza el impacto de actividades en la zona que comprende el Geoparque y señala abiertamente la incompatibilidad entre ambos proyectos. El estudio se basa para ello en la información recogida en la candidatura oficial del Geoparque que Granada presentó ante la Unesco y advierte de amenazas concretas para este sello como "la implantación de granjas en intensivo" (macrogranjas) y otras cuestiones relacionadas como la "sobreexplotación de acuíferos" o los "impactos paisajísticos" en forma de por ejemplo esas instalaciones de granjas con edificaciones típicamente industriales como las que ya afloran en algunos municipios de la zona.
Respecto al tema de la contaminación de las aguas, el informe de la UGR señala que ya se han registrado impactos en determinados casos de masas de aguas superficiales y subterráneas del Geoparque que están provocados de alguna forma por la agricultura, la ganadería intensiva y los vertidos a los cauces de aguas residuales urbanas sin depurar. En este sentido, el estudio elaborado para alertar de los peligros que puede encontrar la candidatura del Geoparque indica de manera literal que "es evidente que la intensificación de la actividad agroganadera y su concentración productiva ha incrementado estos impactos ambientales".
La Diputación es la institución que encabeza la candidatura del Geoparque y que, por tanto, ha encargado este informe con el objetivo de conocer de primera mano cuál es el alcance del impacto de otras actividades en el Norte de la provincia de Granada. En dicho documento se hace alusión a un tema que es el que remarca la incompatibilidad entre ambas formas de desarrollo económico. En concreto se indica que los efectos medioambientales asociados a las explotaciones ganaderas de carácter intensivo se vinculan a la generación de estiércoles y purines, con todo lo que conlleva esta actividad de granjas –especialmente las porcinas– que puede afectar a a centenares de hectáreas.
El estudio explica que, si bien estos residuos no poseen sustancias con un alto riesgo medioambiental, si se acumulan en grandes cantidades sí pueden "originar problemas serios" que en algunas ocasiones se alargan durante mucho tiempo. Además, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (conocida como la FAO), el sector ganadero es "probablemente la mayor fuente de contaminación del agua".
A este hándicap se suma otro igual de importante en contraposición al objetivo turístico del Geoparque como son los olores desagradables que generan esos purines y que pueden ser perceptibles desde posiciones alejados de las granjas. Es decir, que no es muy lógico que el visitante que busca un turismo sostenible en paisajes diferentes esté soportando un hedor constante, lo que comportaría la descalificación de la candidatura del Geoparque de cara a los estándares de calidad que se necesitan para este sello.
En cuanto al impacto paisajístico, el estudio asegura que existe una perturbación del paisaje agrario mediante naves como las que se han creado en los últimos años en algunos municipios. "Hay un claro impacto visual que rompe el equilibrio de formas y colores, que vienen configurados por el relieve, las rocas y las masas forestales así como de cultivos y edificaciones integradas en el paisaje miméticamente". A esto añade de nuevo el problema de los olores emitidos por fuentes fijas como estercoleros, balsas de almacenamiento o fuentes difusas además del esparcimiento de los purines en la zona.
Según el informe, en la zona que comprende el Geoparque actualmente se cuantifican en 50 explotaciones porcinas (150.000 cerdos y más de un millón de lechos más 80 explotaciones avícolas). Respecto a la amenaza de que sigan creciendo las macrogranjas, los catedráticos solictan que ante futuras implantaciones ganaderas exista un estudio exhaustivo de estas actividades.
Por último, los expertos emiten una serio de conclusiones y recomendaciones dejando patente en todo momento la incompatibilidad de la proliferación de macrogranjas con una iniciativa como el Geoparque enfocado al geoturismo y el ecoturismo. La última recomendación es que los gestores de dicha candidatura implique a la ciudadanía del territorio en las bondades de este proyecto para que lo vean como una “oportunidad” para un territorio al que, desde luego, le hace un falto un revulsivo económico y social para frenar la galopante despoblación.
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