Resuelto el misterio del cementerio de elefantes de Orce: así era la trampa mortal de mamuts del norte de Granada
Ubicado en el yacimiento de Fuente Nueva 3, este alberga algunas de las evidencias más tempranas de presencia humana en Europa occidental
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Los investigadores no se explicaban el por qué había tantos fósiles de elefantes en Orce, en la provincia de Granada. El yacimiento de Fuente Nueva 3 (FN3), uno de los que alberga las evidencias más tempranas de presencia humana en Europa, además esta lleno de restos de estos mamíferos y de herramientas usadas para matar y desollar a estos animales. Tal era el misterio que esta zona era llamada coloquialmente como el cementerio de elefantes. Y ahora, un estudio ha conseguido responder este enigma.
Científicos de la Universidad de Málaga (UMA) han mostrado de forma inédita cómo este cementerio de ancestros de elefantes -por la cantidad de restos de la especie Mammuthus meridionalis que contenía- escondía una trampa natural en arenas movedizas. Un lugar por el que estos animales pasaban, y se quedaban atascados, siendo presa fácil para homínidos que todavía no conocían la agricultura y para todo tipo de animales carroñeros.
El yacimiento conserva numerosos manuports, o lo que es lo mismo, piedras no modificadas utilizadas como herramientas para fracturar los huesos y acceder al tuétano, abundantes fósiles de grandes mamíferos con marcas relacionadas con el desollamiento o la carnicería, y también huesos con marcas de dientes producidas por carroñeros. Sin embargo, todavía no se había podido definir el por qué de atacar a los mamíferos en esa zona concreta.
Dos niveles arqueológicos
Según este trabajo, coliderado por el catedrático de Paleontología de la UMA Paul Palmqvist y la profesora de Estratigrafía y Paleontología de la UMA María Patrocinio Espigares, las capas fértiles de este yacimiento presentan dos niveles arqueológicos diferenciados: inferior (LAL) y superior (UAL). Ambos conservan abundantes restos óseos y herramientas, pero mientras el primero presenta una alta densidad de los llamados manuports, el segundo conserva muchos restos de estos elefantes extintos, lo que apunta a una mayor participación de las hienas gigantes.
Así, se ha realizado un análisis de las diferencias en la composición de los conjuntos faunísticos conservados y de la sedimentología, concretamente del tamaño de las partículas en las capas fértiles de ambos. Este último es un aspecto clave en la investigación, puesto que muestra como en las capas 2-3 del nivel inferior predominan limos y arcillas, y en la 5 del nivel superior, arenas finas y muy finas. O lo que es lo mismo, tierras blandas en las que se podrían haber quedado atrapados estos animales de gran tamaño y peso.
“Estos sedimentos de arenas finas al estar depositados próximos al paleolago que había en la región, albergarían también agua ligeramente salina, mezcla que explica que podrían haber funcionado como una arena movediza, donde los animales más grandes se quedaban atrapados”, explican los científicos de la UMA.
Por ello, los expertos señalan que este último nivel se interpreta, por tanto, como una trampa natural de arena movediza, en la que los megaherbívoros quedaban atrapados, atrayendo sus cadáveres a medio hundir a los carroñeros, tanto hienas como humanos, que se alimentaron de estos y dejaron sus herramientas y sus restos como evidencia de su presencia.
Nuevas estrategias de subsistencia
El nuevo hallazgo descubierto por los investigadores de la UMA supone un “hito muy importante para avanzar en el conocimiento sobre las estrategias de subsistencia de nuestros remotos antepasados, los primeros europeos, y su competencia con las grandes hienas carroñeras por el acceso a estos recursos cárnicos, ya que es la primera vez que se describe una trampa natural con estas características en un yacimiento fósil con especial interés para la evolución humana”.
Efectuar estudios de mayor detalle diferenciando los niveles arqueológicos superior e inferior, así como caracterizar otros yacimientos importantes de la región de Orce, como Barranco León, que también alberga evidencias de presencia humana, son los próximos pasos previstos por este equipo científico de la UMA, en el que también participan investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y de la de Tarragona.
La Universidad de Málaga lleva varias décadas implicada en investigaciones en el yacimiento de Fuente Nueva 3 en Orce. La primera publicación de la universidad malagueña que puso en valor la relevancia de este lugar, del año 2013, describió un esqueleto parcial de elefante rodeado en parte por lascas de sílex y coprolittos, atestiguando la competencia de estos dos supercarroñeros por los recursos del cadáver.
Los resultados de esta investigación pionera han sido publicados recientemente en la revista ‘Iberian Journal of Geology’- de la prestigiosa editorial ‘Springer-Nature’.
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