El subdelegado y el nuevo director de la prisión de Albolote abordan los retos del centro con 1.295 internos

En el centro se le otorga gran importancia a áreas clave como la  educación, la terapia, el tratamiento de adicciones, la formación  laboral y la reinserción social

Visita del subdelegado del Gobierno en Granada, José Antonio Montilla, en la derecha en la imagen, con su director, Miguel Ángel de la Curz, a la izquierda
Visita del subdelegado del Gobierno en Granada, José Antonio Montilla, en la derecha en la imagen, con su director, Miguel Ángel de la Curz, a la izquierda / G.H.
R. G.

03 de septiembre 2024 - 14:28

El subdelegado del Gobierno en Granada, José Antonio Montilla, ha abordado los retos del centro penitenciario de Albolote, en una reunión con su nuevo director, Miguel Ángel de la Cruz, tras la jubilación de Jaime Hernández, responsable durante 13 años de la prisión, que cuenta con una población de 1.295 internos.

Tras dirigir la cárcel de Almería durante los últimos 15 años, Miguel Ángel de la Cruz, ha regresado a Granada para desempeñar la dirección de la prisión alboloteña, donde cuenta con un equipo de 466 funcionarios y 38 efectivos de personal laboral, que trabajan diariamente para "garantizar el buen funcionamiento de las instalaciones y la seguridad del recinto", así como para gestionar y atender las necesidades de su población reclusa.

En el centro se le otorga gran importancia a los programas orientados a influir positivamente en el comportamiento, bienestar y rehabilitación de los internos e internas en áreas clave como la educación, la terapia, el tratamiento de adicciones, la formación laboral y la reinserción social, según ha informado la Subdelegación del Gobierno en Granada en una nota de prensa.

El fin es el de "facilitar la rehabilitación de los reclusos, reducir la reincidencia y prepararlos para su reinserción en la sociedad una vez que hayan cumplido su condena". En relación con los aspectos clave de intervención que aborda esta prisión, se busca fortalecer la participación de las reclusas en todas las áreas de intervención, garantizando que se lleve a cabo en condiciones de igualdad con el resto.

Además, se pretende intensificar la intervención terapéutica con los internos e internas, especialmente en el tratamiento de la drogadicción, a través de la creación de una Unidad Terapéutica Educativa.

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