Primeros indicios que te revelan si la meditación está funcionando correctamente

Investigación y Tecnología

Lo primero que sientes es un estado de calma que antes no tenías y, probablemente, te generaba ansiedad o estrés

Te sorprenderás al notar que comienzas a disfrutar más las cosas sencillas

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En la meditación, la transformación sucede en silencio, dentro de ti
En la meditación, la transformación sucede en silencio, dentro de ti / Freepik
Mercedes Fernández - Colaboradora

11 de septiembre 2024 - 07:01

Vivimos en un ruido constante y cuando estamos "tranquilos", ese ruido del exterior se traslada a nuestra cabeza. Las conversaciones que has tenido, el tráfico, los problemas en casa, los problemas en el trabajo, la apretada agenda y todo lo que te queda por hacer... Se repiten en bucle en tu cabeza y no te dejan ni centrarte, ni concentrarte en nada de lo que haces. Vas saltando de tarea en tarea, sin concluir ninguna, postergando y generándote más ansiedad por los pensamientos que invaden tu cabeza de lo que tenías que haber hecho o lo que tenías que estar haciendo y no lo estás cumpliendo.

"No significa que ya no sientas emociones fuertes, pero empiezas a darte cuenta de que puedes observarlas, como si te miraras desde afuera"

Meditar cuesta mucho porque hay que resistirse a estar quieto e intentar callar ese ruido mental que embota tu cabeza haciendo que estés todavía más cansado. Vemos tan difícil conseguirlo, que nos paramos a pensar si realmente las prácticas como la meditación pueden tener un efecto o, al menos el efecto deseado en nosotros.

Lo tiene. No siempre es algo inmediato, ni fácil de notar, pero los beneficios de la meditación no llegan con un destello repentino, sino más bien, como el amanecer, poco a poco, llenando los rincones de nuestro ser y que a veces ni nos damos cuenta de que están ahí.

Qué es lo primero que empiezas a notar

Lo primero que sientes es un estado de calma que antes no tenías y, probablemente, te generaba ansiedad o estrés. Ahora sientes es una pausa que marca una pequeña distancia entre lo que sucede y tu reacción. Ese espacio, aunque sea diminuto, es uno de los primeros signos. No significa que ya no sientas emociones fuertes, pero empiezas a darte cuenta de que puedes observarlas, como si te miraras desde afuera, sin dejarte arrastrar tanto por ellas.

Otro indicio sutil es cómo manejas los momentos de incomodidad. Quizás una conversación difícil, un atasco en el tráfico o una espera prolongada. Antes, esas situaciones muchas veces han encendiendo el fuego de la frustración dentro de ti, pero ahora notas que puedes respirar. El malestar está ahí, pero ya no te consume de la misma manera. Tal vez, incluso, empiezas a sentir gratitud por esos momentos que antes te alteraban, porque te permiten ver cuánto has crecido.

"No busques los resultados inmediatos porque la transformación sucede en silencio, dentro de ti"

Luego, están los pequeños detalles del día a día. Te sorprenderás al notar que comienzas a disfrutar más las cosas sencillas: el calor de una taza de té en tus manos, el sonido de las hojas al ser movidas por el viento, la risa de un ser querido. Cosas que siempre estuvieron ahí, pero que antes pasaban desapercibidas, ahora tienen un sabor más profundo y eso es que, gracias a la práctica de la meditación, te vuelves más consciente del presente, de lo que ocurre aquí y ahora, teniendo un resultado transformador dentro de ti y eso también se ve por fuera.

La paciencia y la compasión, tanto hacia ti como hacia los demás, también florecen con el tiempo. Empiezas a perdonarte por los días en que te distraes, en que la mente divaga o en que no logras la quietud que esperas. Y ese mismo perdón lo llevas a los demás. Te das cuenta de que, al igual que tú, los otros también están navegando por sus propias tormentas internas.

Se puede practicar en cualquier momento

Para practicar la meditación, no hace falta estar sentado, ni irte hasta la playa o estar en medio de la montaña; tampoco te hace falta emplear mucho tiempo. Jade Weston, experta en meditación de Ten Percent Happier aclara en CNBC que "los pequeños momentos de atención plena, como cepillarse los dientes o hacer uno o dos minutos de meditación, marcarán la diferencia".

La meditación no es una solución rápida, ni una respuesta a todos los problemas, pero es una manera de suavizar el camino, de conocerte mejor y de encontrar paz, incluso en medio del caos. Los beneficios están ahí, esperándote, pero se revelan con suavidad, como una flor que se abre al sol. Eso sí, no busques los resultados inmediatos porque la transformación sucede en silencio, dentro de ti. Y un día, sin darte cuenta, mirarás hacia atrás y verás lo lejos que has llegado.

Para meditar podemos escuchar música, aunque no es necesario. Es más se aconseja no hacerlo ya que así somos más conscientes del ruido interno, más allá del que tenemos de ambiente y que favorece la distracción. Por eso, muchas veces, nos cuesta meditar. El cirujano, conferenciante y escritor, Mario Alonso Puig, lo cuenta muy bien en el siguiente vídeo que publica en su cuenta de Instagram.

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