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Los frutos secos han tenido siempre muy mala fama ya que solemos tener la imagen mental de que no son saludables o que engordan y, por lo tanto, la ciudadanía los consume con menos frecuencia de lo que deberían. Lo cierto es que la Fundación Española de la Nutrición (FEN) aconseja comer cierta cantidad todos los días porque tienen muchas propiedades saludables.
Por su parte, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) aclara que "su consumo habitual se ha relacionado con una reducción del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, un menor riesgo de padecer varios tipos de cáncer, enfermedades respiratorias y diabetes".
"Las almendras son una gran fuente de vitamina E"
Uno de los frutos secos que más favorecen a la salud son las almendras, ya que son una gran fuente de nutrientes esenciales y se han utilizado durante siglos por sus efectos significativos en nuestra salud y de mejora de nuestra calidad de vida, pasando por tener un corazón más saludable hasta la mejora en el control del peso. Esta es una de las razones por las que la ciudadanía era reacia a su consumo cuando se ha demostrado que los frutos secos tienen un poder saciante.
Uno de los beneficios más destacados de las almendras es su impacto positivo en la salud cardiovascular ya que son ricos en grasas saludables, particularmente ácidos grasos monoinsaturados, similares a los que se encuentran en el aceite de oliva.
Estas grasas saludables son las que necesitamos en nuestro organismo ya que nos ayudan a reducir los niveles de colesterol LDL (el "malo"), mientras que, por otro lado, mantienen o aumentan el colesterol HDL (el "bueno"). Es importante que los niveles de ambos estén equilibrados ya que es lo que va a hacer que se disminuya el riesgo de enfermedades cardíacas.
Adicionalmente, las almendras son una excelente fuente de vitamina E, un potente antioxidante que protege las células del daño oxidativo y favorece la salud arterial. Pero también contienen magnesio, que es un mineral muy importante para que podamos regular la presión arterial. Al reducir el estrés oxidativo y mejorar la elasticidad de las arterias, las almendras pueden prevenir el desarrollo de afecciones cardíacas crónicas.
Las almendras no solo benefician al corazón, también son aliadas para quienes buscan controlar su peso. A pesar de su densidad calórica, se ha demostrado que son saciantes y por tanto ayudan a la regulación del apetito. Las almendras contienen una buena cantidad de fibra dietética, lo que favorece la digestión y ralentiza la absorción de carbohidratos, ayudando a mantener estables los niveles de azúcar en sangre.
Según la FEN, "el contenido en fibra de la almendra destaca sobre el resto de los frutos secos". Además, los estudios muestran que una parte de las grasas presentes en las almendras no se absorbe completamente durante la digestión, lo cual quiere decir que, a pesar de su contenido calórico, el cuerpo no asimila toda la energía. De esta manera, contribuye a un menor impacto calórico real en comparación con otros alimentos calóricos.
De todos los nutrientes que ofrecen las almendras, el contenido en vitamina E es quizás el más destacable. Según la Fundación Española de la Nutrición (FEN), "una ración de 25 gramos de almendras sin cáscara aporta el 42% de las ingestas diarias recomendadas de vitamina E para la población de estudio".
"Las almendras no elevan tanto los niveles de azúcar en la sangre"
La vitamina E es fundamental para combatir los radicales libres, lo que protege a las células del envejecimiento prematuro y de enfermedades crónicas como el cáncer. Asimismo, se ha demostrado que la vitamina E mejora la función inmunológica, favorece la salud de la piel y el cabello, y juega un rol crucial en la protección de las membranas celulares.
Aunque otros frutos secos como las nueces o las avellanas también ofrecen beneficios nutricionales, las almendras destacan por su equilibrado perfil nutricional. Contienen menos grasas saturadas y más fibra que muchos otros frutos secos, lo que las convierte en una opción más adecuada para el control del peso y la salud digestiva. Su contenido en vitamina E también supera al de la mayoría de los frutos secos, lo que las posiciona como una fuente superior de antioxidantes.
En cuanto al magnesio, aunque algunos frutos secos como los anacardos también son ricos en este mineral, las almendras ofrecen un balance óptimo entre este nutriente y otros compuestos beneficiosos, como los ácidos grasos monoinsaturados. Además, tienen un índice glucémico más bajo, lo que significa que no elevan tanto los niveles de azúcar en la sangre, siendo más amigables para personas con problemas de glucosa.
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