Reparación valvular, la cirugía que preserva la estructura de tu corazón

Consejos de Salud

A continuación, hablaremos de la técnica de reparación valvular, qué abarca y a quienes beneficia. Pero antes de entrar en detalle, se hace muy necesario contextualizar la relevancia sanitaria y social de las patologías que resuelve este tratamiento quirúrgico

José Manuel Garrido, doctor en Medicina y Cirugía, especialista en Cirugía Cardiovascular. / Granada Hoy
R.G

24 de noviembre 2024 - 06:00

“Como queda expresado en el informe ‘Objetivo 2025: Insuficiencias Cardiacas’, publicado por la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo. Así lo certificó también la Organización Mundial de la Salud que estimó que en 2019 fallecieron por esta causa 17,9 millones de personas, un 32% del total de muertes registradas ese año. 

En nuestro país afecta a más de 770.000 personas, con una prevalencia superior a los países vecinos, entre un 4,7% y un 6,8% a partir de los 45 años, incrementándose hasta un 16% a partir de los 75 años. El estudio refleja, además, que una de cada cinco personas podría padecer insuficiencia cardíaca en algún momento de su vida. Con relación a las causas de esta elevada incidencia, se conoce que podría estar relacionada con diversos factores, destacando la cronicidad, que constituye el estado final de muchas afecciones cardiacas y el envejecimiento poblacional progresivo.

Los costes con relación a las insuficiencias cardíacas se cuentan en vidas, con afectación tanto en hombres como en mujeres. La mortalidad al año del diagnóstico se estima que ronda el 20%, y entre el 40 y el 50% a los 5 años. Pero también se conocen los costes en ingresos hospitalarios y ambulatorios, farmacológicos y cuidadores, con cifras que alcanzan los 2.500 millones de euros anuales, lo que supone el 3,8% del gasto sanitario global. 

Pese a estas cifras, siempre vale recordar que el riesgo de sufrir insuficiencia cardiaca se puede contrarrestar implementando hábitos de vida saludables, con visitas periódicas al especialista para revisiones, actuando precozmente sobre los factores de riesgo cardiovascular y abordando los casos de forma multidisciplinar. Hay más buenas noticias, y es que la medicina continúa avanzando y los tratamientos clínicos y quirúrgicos son cada vez más efectivos y menos invasivos, con resultados muy esperanzadores para los afectados”.

Ahora sí, hablemos de la reparación valvular

“Nuestras protagonistas, las válvulas cardíacas, son unas estructuras fundamentales para el buen funcionamiento de nuestro corazón. Su labor principal es la de permitir que la sangre viaje en una única dirección y no vuelva nunca hacia atrás. Pero, como toda estructura viva, puede ser susceptible de enfermar. Entre las enfermedades que la afectan están las que pueden condicionar que las válvulas se estrechen más de la cuenta, dificultando el paso fluido de la sangre hacia el resto de su recorrido. O, por el contrario, que produzcan un defecto en su cierre y causen que la sangre en lugar de caminar en un solo sentido se vuelva hacia atrás. 

Estas dos situaciones constituyen básicamente las valvulopatías cardíacas, y van a demandar en última instancia ser tratadas. El abordaje de las valvulopatías incluye procedimientos quirúrgicos (abiertos o mínimamente invasivos) técnicas transcateter (realizados a nivel endovascular y endocavitario). El campo de la reparación valvular ha avanzado enormemente en los últimos años, y las técnicas más avanzadas ya están al alcance de cualquier paciente en servicios como el de Cirugía Cardiovascular del HLA Hospital Universitario Inmaculada, donde abarcamos el espectro completo de los métodos terapéuticos disponibles. 

Actualmente, el campo de la Cirugía Cardiovascular está dirigida hacia dos grandes focos que constituyen un cambio de paradigma. El primero de ellos es la cirugía mínimamente invasiva. Cada vez tenemos más casos de pacientes de avanzada edad y con más comorbilidades (cuando el paciente presenta dos o más enfermedades), pero que tienen una buena calidad de vida. Con ellos, nuestro objetivo es que tengan más cantidad de vida preservando su calidad, y para estos casos las técnicas que se aplican son de mínimo abordaje o invasión.

Paralelamente, siempre intentamos conservar la propia estructura anatómica del paciente, como parte de una estrategia que prioriza la reparación por encima de la sustitución por una prótesis. No obstante, la prótesis es una alternativa muy válida que se utilizará si no hoy otra opción. La reparación debería ser la primera opción terapéutica en las insuficiencias valvulares degenerativas, principalmente si las válvulas afectadas son la válvula mitral y/o la válvula tricúspide.

De esta forma, por un lado, están las técnicas quirúrgicas de reparación que son las más consolidadas. Con ellas podemos tener un abordaje tanto de las válvulas mitrales, aórticas o tricúspides, es decir, prácticamente todas las válvulas que controlan el flujo de la sangre a través del corazón. Se trata de una técnica de mínima invasión con reparación directa, y con ella obtenemos los mejores resultados, especialmente para pacientes jóvenes con enfermedades degenerativas, tanto de válvula aórtica como mitral.

Pero, además, se ha avanzado mucho en las técnicas transcateter, en las que se practican soluciones muy sencillas pero muy efectivas y sin necesidad de parar el corazón. La técnica trasncateter nos permite abordar lesiones en válvulas mitrales en pacientes con mayor edad o con comorbilidades. Así, podemos tratar las válvulas cardíacas mitral o tricúspide mediante un catéter sin necesidad de parar el corazón. Este es un procedimiento similar al que hacemos para la sustitución de la válvula aórtica en estos pacientes de edad más avanzada (técnica que se denomina TAVI).

A diferencia de las técnicas convencionales que, casi todas, van dirigidas a la sustitución de la válvula, las técnicas que utilizamos en HLA Inmaculada buscan preservar la estructura anatómica del paciente y tiene como gran ventaja no solo evitar el tratamiento de anticoagulación sino también el mantener la función normal del propio corazón, del ventrículo, ya que no se distorsiona su morfología tridimensional.

Para concluir, estas técnicas de abordaje de reparación con técnicas de implante de neocuerdas o mediante técnicas transcateter, consiguen minimizar el riesgo de desarrollar algún resultado adverso en el perioperatorio y potenciar una recuperabilidad muchísimo más precoz hacia una situación normal del paciente. Porque, finalmente, este es nuestro objetivo, que la persona se reincorpore a su vida normal lo antes posible. De poco sirve actuar sobre el corazón si luego el paciente tarda meses y meses en recuperarse”.

José Manuel Garrido es Doctor en Medicina y Cirugía, Especialista en Cirugía Cardiovascular con amplia experiencia médico-quirúrgica en el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares. Unidad de Cirugía Cardiovascular y Endovascular. HLA Hospital Universitario Inmaculada. 

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