Costaleros, un mundo por regular
Hay hermandades que han empezado a redactar una serie de normativas para regular el acceso a las cuadrillas o la vestimenta También se vigila el comportamiento durante la salida.
Hacia un mayor control. Cada vez son más las hermandades que disponen de un reglamento para sus cuadrillas de hermanos costaleros. Hay cofradías que piden a sus costaleros exclusividad para la Semana Santa. Otras, simplemente la recomiendan.
A nadie se le escapa que los costaleros han adquirido un gran protagonismo en la Semana Santa de los últimos años. Los capataces podrían hacer dos y hasta tres cuadrillas con los cientos de aspirantes que acuden cada año a las igualás. Además, hay cuadrillas que van siguiendo a sus capataces de referencia, que sacan varios pasos y que se hacen con sus propios equipos. Y en Granada hay varios nombres: Alberto Ortega, Dionisio Martínez, José Manuel Rodríguez Quesada o Miguel García Almagro.
Este boom ha traído consigo, sobre todo en los más jóvenes, una relajación en el comportamiento y en la indumentaria, una de las cuestiones que más se está regulando. Muchos capataces han alertado ya de esta circunstancia.
Las hermandades deberían tener en su totalidad una normativa para instar a velar por el buen comportamiento de los costaleros antes, durante y después de la estación de penitencia. "Los costaleros son más visibles. Salen y entran del paso. Esperan los relevos o acuden a los bares a tomar algo. Hay que pedirles un buen comportamiento cuando estén dentro del paso, pero también fuera, mediante una labor de formación y concienciación", explican los expertos, que abogan por regular también las cuadrillas como otro elemento más que controlar durante una estación de penitencia.
En otras ciudades ya existen esas normativas, que implantan desde lo que aquí es la Federación de Cofradías con el respaldo del Arzobispado. Esa norma obliga a las cofradías a que los costaleros, cuando realicen sus relevos, no obstaculicen los pasos y travesías del público en la carrera oficial, así como el discurrir del cortejo de nazarenos de su propia hermandad".
"Estas normas persiguen mejorar la convivencia y la implicación de nuestra cuadrilla de costaleros, garantizando a la vez un desempeño correcto de las funciones propias de la misma y el mantenimiento de una imagen exterior acorde al carácter de la corporación a la que pertenecemos", dice el reglamento.
También hay otro punto importante como la edad para entrar en una cuadrilla, la edad máxima de permanencia en la misma, la creación de un delegado en la junta de gobierno o la exigencia de un comportamiento exquisito.
Del mismo modo se regulan aspectos como la uniformidad que deben llevar durante la estación de penitencia. En Granada ya cada vez son más las cofradías que han regulado la vestimenta y que ponen uniforme a sus costaleros: Cena, Borriquilla, Esperanza, San Agustín, Aurora, Rosario...
En este punto hay que hacer varias recomendaciones para el pantalón y el costal: en el caso de que el costalero trabaje más cómodo con el pantalón un poco remangado, éste no debería sobrepasar un par de dedos por encima del tobillo. En cuanto al costal, con preferencia debe ser de color blanco, quedando totalmente prohibido el uso de colores o diseños extravagantes, así como la representación en el mismo del escudo o imágenes de otras corporaciones ni anagramas de cualquier tipo de instituciones públicas o privadas.
Esta norma que debería imponerse buscaría poner por escrito lo que se ha consensuado con el tiempo. "La gente mayor sabe que va a sacar una imagen, pero hay muchos jóvenes que piensan que van a lucirse". Ese es el problema.
En Granada no está puesto todo esto por escrito de forma oficial, algo que sí ocurre en otras ciudades como Sevilla, que incluso contempla sanciones si se incumple la norma.
El incumplimiento podría llegar a suponer la suspensión temporal o la expulsión definitiva de la cuadrilla, siendo las propuestas de sanción elevadas a la junta por el delegado de capataces y costaleros con el preceptivo informe de los capataces.
Otras hermandades también cuentan en sus reglamentos con capítulos destinados a los capataces y costaleros. La mayoría de ellas se limitan a regular la indumentaria, aunque otras van más allá y entrar a valorar el comportamiento durante la salida.
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