El aliento de la ciudad, acicate para las cofradías
Opinión | María José García Escobar, directora del Centro de Estudios Cofrades
En estos días en que el confinamiento parece querer sacar lo mejor de nosotros mismos, sería estimulante que la ciudad, con sus instituciones y representantes al frente, reconocieran con gestos tangibles la importancia que las hermandades y cofradías tienen para Granada
Granada/Se cumple por estas fechas un año desde la presentación oficial del Centro de Estudios Cofrades (CEC), nacido a iniciativa de la Federación de Hermandades y Cofradías y cuyo objetivo fundamental es el estudio y la investigación del ámbito cultural y patrimonial de la Semana Santa de Granada. Y lo hace siendo testigo de una circunstancia que va a quedar para los anales de nuestra Semana Santa: la suspensión de las estaciones de penitencia de este 2020 a causa de la pandemia de COVID-19.
Dicha circunstancia va a permitir, desafortunadamente, que los miembros y colaboradores del CEC podamos contar con una muestra de lo que es la vida de nuestra ciudad sin la presencia de las hermandades en sus calles durante nuestra Semana Mayor. Algo que haremos –y de ahí el «desafortunadamente»– pese a la condición de cofrades de nuestros miembros, pues nuestro Centro se debe a esa función científica, desapasionada, con la que ha nacido. Desconocemos cuál será el resultado de esa confrontación entre una y otra realidad: la vida de la ciudad durante la Semana Santa, con y sin las hermandades en sus calles; pero sin duda esta excepcionalidad nos permitirá un análisis contrastado.
No puedo dejar de pensar, sin embargo, que dicho análisis sería innecesario en capitales como Córdoba o Málaga, donde desde hace años conocen de forma analítica y positivamente contrastada la repercusión de las hermandades en la vida de la ciudad. En ellas ya se cuenta con la valoración metódica y científica de datos socioeconómicos proporcionados por sendos estudios: en el caso de Córdoba, surgido desde la propia Agrupación y desde las hermandades, pero que ha contado con la colaboración y financiación del Ayuntamiento, la Cámara de Comercio e Industria y la Asociación de Empresarios; en el caso de Málaga, por parte de la Cátedra de Estudios Cofrades de la UMA, iniciativa surgida de una fundación promovida por el actor Antonio Banderas y que ya ha dado a la luz tres estudios: uno sobre el potencial turístico de la Semana Santa de Málaga y otros dos sobre el perfil y el impacto de los visitantes de Málaga a la Semana Santa de 2016 y de 2018.
Por nuestro lado, y desde el CEC de Granada, nos hemos propuesto (o, más bien, autoimpuesto) esta tarea titánica de analizar y valorar los datos que la vida social y económica de la ciudad de Granada arroja respecto de la actividad cofrade. Como he dicho más arriba, podremos hacerlo desde la comparación con los indicadores de esta excepcional Semana Santa de 2020. Pero nos gustaría hacerlo, sobre todo, con el aliento de la ciudad.
En estos días en que el confinamiento parece querer sacar lo mejor de nosotros mismos, sería estimulante que la ciudad, con sus instituciones y representantes al frente, reconocieran con gestos tangibles la importancia que las hermandades y cofradías tienen para Granada. Como directora del CEC, llevo un año tocando a las puertas de instituciones y representantes; desde esta tribuna vuelvo a hacerlo para pedirle a esta ciudad que queremos sentir su aliento: pero con hechos, no con palabras. Qué acicate constituiría para nuestro Centro y para nuestras hermandades –pero también para nuestra ciudad– la cesión de espacios y de medios, la colaboración personal y económica, la organización de iniciativas duraderas de patrocinio…
El CEC puede seguir funcionando con la ayuda de la Real Federación y, sobre todo, gracias al trabajo desinteresado y el empuje generoso de sus miembros, cofrades jóvenes pero experimentados, además de sólidamente formados; pero sería todo un revulsivo contra el desánimo que tantas veces atenaza a esta ciudad si el Ayuntamiento se hiciera presente entre las hermandades a través de sus áreas y unidades; si la Universidad difundiese esta iniciativa y le prestase medios o recursos; si los empresarios y hosteleros asumieran y amparasen la trascendencia que para nuestros visitantes tienen las estaciones de penitencia en la Semana Santa de Granada… Entonces, y solo entonces, no solo facilitarían nuestra misión, sino que, sobre todo, estarían propiciando en buena medida la recuperación y la mejora del pulso de nuestra ciudad.
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