El Albaicín late con fuerza en el corazón de la Semana Santa
Crónica | Jueves Santo en Granada 2023
Granada se echa a las calles en esta jornada festiva para disfrutar del discurrir de las cofradías: Concepción, Salesianos, Aurora, Estrella y Silencio
El aumento de nazarenos vuelve a ser noticia en la jornada, con imponentes cortejos acompañando a los pasos
Granada/En el día que se conmemora la institución del sacramento de la eucaristía, en el que la Iglesia celebra el amor fraternal y se inicia propiamente la celebración litúrgica de la Semana Santa con el triduo pascual, Granada brilló con la luz propia de los días grandes. Ambiente festivo en la calles y miles de personas echadas a la calle para disfrutar del discurrir de las cuatro hermandades que hicieron presencia durante el Jueves Santo así como de la única hermandad de la madrugá granadina: la Hermandad del Silencio.
Temperatura primaveral y cielo apacible durante la jornada que animó, desde primera hora, a vivir con intensidad esta quinta jornada de pasión. Y que se mantuvo, a pesar del desplome del mercurio durante la noche. Noche de largas recogidas en el corazón del Albaicín: con la una hermandad como la de La Aurora que aunó casi mil almas desde el inicio de la cruz de guía y hasta el paso de palio; junto al Cristo de la Misericordia muy entrada la madrugada; en la iglesia de San Cristóbal, para disfrutar del regreso de la Hermandad de la Estrella. Así como en el Zaidín junto a los titulares de la cofradía salesiana.
Nazarenos de la Concepción
Con natural elegancia se presentó la Hermandad de la Concepción en la calle este Jueves Santo. Un trabajo estético, madurado y consolidado progresivamente, que viene a confirmar el trabajo que se ha venido haciendo en los últimos años. La cofradía albaicinera sorteó las calles que envuelven al Convento de la Concepción para alcanzar una Plaza Nueva repleta, que disfrutó de quienes se vistieron la túnica y echaron el cirio al cuadril, en un inmejorable inicio de la jornada.
Y de la dimensión que alcanzó el cortejo -con parejas compactas y sin cortes- lo dio la disposición de la cruz de guía en Puerta Real de España mientras el palio aún se encontraba apostado ante la antigua Capitanía. Digna de mención fue también la labor de los músicos de Las Angustias de Alcalá, que volvieron a enmarcar el andar costalero del Nazareno del Amor y la Entrega, quien elegante acudió a su cita con Granada entre rosas y calas negras.
Se estrenó José Manuel Miñán al frente del paso de palio de María Santísima de la Concepción quien regaló una nueva impronta en la mecida de las bambalinas de cajón. Solemne repertorio para la dolorosa de López Azaustre, un año más; y con una impronta marcada por los detalles de su palio: el aroma a clavel, las campanillas repicando en las levantás, y unas sobrias jarras, de calas blancas como la pureza de María.
Redimidos por el Zaidín
Cuando la cruz de guía de la Hermandad de los Salesianos salió desde el interior de la parroquia de María Auxiliadora el Zaidín entero se apostaba para disfrutar del momento. Gran reclamo el que, un año más, suscitó la cofradía: con el andar valiente del Señor de la Redención que caminó, muerto en la cruz, a los sones de la banda manchega de La Elevación. Preciosas instantáneas regaló la corporación nazarena al cruzar el puente romano, así como cuando transcurrió elegante por la Carrera de la Virgen antes de llegar hasta el palquillo federativo para pedir venia.
Con Caído del amor se presentó el crucificado de Fernández Díaz en la Carrera Oficial, con el centelleo de las tulipas de los espigados guardabrisas de Guzmán Bejarano. Y cuando la vista se había perdido, con el primero de los pasos ya buscando Alhóndiga, se presentaba incólume el palio de María Santísima de la Salud. Desbordantes esquinas y toda la alegría del barrio recogida entre los doce varales que cubrían a la dolorosa de Israel Cornejo. Larga travesía aguardó a la cofradía hasta que llegó, ya en la noche del Viernes Santo, de nuevo a su templo; eso sí, después de haber realizado una magnífica estación.
Los blancos halconeros
No se tiene muy claro, pero se apunta a que la etimología de la palabra Albaicín significa barrio de los halconeros. Y a si como esta rapaz hubiéramos visto desplegada la cofradía desde que partió de San Miguel bajo, se hubiera visto un infinito reguero de capirotes tan blancos como lo son sus fachadas. Un año más, espectacular la presentación qua la corporación dispuso en este Jueves Santo: con, quizá, uno de los cortejos más rotundos de cuantos se han visto desde el Domingo de Ramos.
Y si imponente resultó esto, no lo fue menos el discurrir de Jesús del Perdón. A los hombros de sus costaleros, desplegó una compleja plegaria racheada con los pies. Espectacular chicotá la que recetaron ante la puerta de las Carmelitas Descalzas y de idéntico sabor para entrar en la calle Ganivet, a los sones de Expiratio, entre una nube de incienso. Reteniendo sobre los costeros, picando el paso, o yéndose hacia atrás para finalmente ganarle metros a la calle entre la cerrada ovación del respetable.
Y se hizo de esperar la llegada del paso de María Santísima de la Aurora en Ganivet. Los amplios tramos de camareras, junto con el cadente andar del paso de palio retrasaron su presencia, aunque cada instante junto a la dolorosa de San Miguel bajo supuso un regalo: sin querer irse nunca, anduvo sobre los pies, regustándose en cada compás de los que ofrecían los músicos del maestro Perelló.
Estrella y camino, promesa de amor
Cerca de ti, Señor. A los sones de esta marcha, los primeros rayos de sol inundaron la dorada canastilla de Nuestro Padre Jesús de la Pasión que, deslumbrante, volvió a presentarse con su túnica bordada y una alfombra de iris morado a sus pies. Con elegancia y destilando clasicismo llegó a Granada el Nazareno de Dubé de Luque, que no osó a renunciar al tronío que encierran el espíritu albaicinero: flamenco, gitano y de desbordante majestad cuando hubo que serlo. De arte.
El cielo de Granada quedó iluminado con cada uno de los cirios de la candelería del paso de palio de la Virgen de la Estrella que en este Jueves Santo volvió a deslumbrar, aun sin esos momentos de siempre en la Plaza Larga. Una estampa diferente, e impuesta, para la estación de penitencia del 2023, que al menos regaló un rosario de imágenes con la mirada puesta hacia Granada desde lo más alto de la ciudad.
La misericordia de Dios
El rostro de la misericordia lo esculpió José de Mora. Y aunque sin ser la imagen original, Granada tuvo la suerte de volver verlo en la madrugá del Viernes Santo a los pies de la Alhambra. Entre las luces que imprimen los cirios sobre las fachadas de la Carrera del Darro transcurrió, silente, la cofradía. Regalando esos momentos únicos e indescriptibles que ofrece cada año.
Iris morado a los pies de un marfileño sobre cruz de taracea que anduvo sostenido sobre la cerviz de los pupilos de Álvaro Jiménez-Herrera y Álvaro Barea. Saetas en la noche oscura en una estampa casi centenaria.
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