Palmas, forja y olivos

La Previa | Domingo de Ramos 2025

A las puertas de la Iglesia Parroquial de San Andrés Apóstol se aguarda el deseo de toda una vida, que vuelve a tener sentido

Crónica Viernes de Dolores 2025 | "La Vega y Granada, unidas en los Dolores de María"

Un balcón de la calle Elvira, frente a la Iglesia de San Andrés
Un balcón de la calle Elvira, frente a la Iglesia de San Andrés / ANTONIO L. JUÁREZ

Granada/La pétrea efigie de la Inmaculada se alza en el centro de la Plaza del Triunfo. A sus pies, dos pequeños hebreos. En sus manos portan unas ramitas del olivo de la casa de los abuelos. A lo lejos, las voces de una madre que busca controlar lo incontrolable. Emoción, entusiasmo y alegría. Es el día de jugar, reír y reencontrarse con los primos. Familiares de toda Granada sonríen frente a los pequeños hebreos. Ellos siguen jugando, indiferentes al mundo, sin ser conscientes de la grandeza de su misión.

La túnica y el cíngulo que les ciñe fue tejido por la abuela. Aunque este año no les acompaña, está más presente que nunca. No solo ella, también ese taller de hermanas cofrades que, hace más de una década, comenzaron a colaborar con la cofradía. Desde túnicas de nazareno hasta el arreglo de última hora, que siempre se soluciona con un imperdible. Cada Domingo de Ramos era un día de gala, y se vivía así en la casa. Hermanos de la Borriquilla, desde hacía más de tres generaciones.

De la mano de su madre, los dos hebreos caminan por la calle Tinajilla. La inocencia queda reflejada en cada uno de sus gestos y muecas que, al fin y al cabo, muestran nervios. Un estado de histeria colectiva que los mayores han aprendido a disimular. Quedan minutos para comenzar el momento que llevan soñando todo un año, sin ni siquiera recordar el anterior. Abrazos con una efusividad que desborda, e irradia ilusión a los demás. Así, padres y abuelos se iban reencontrando con un mar de nazarenos. Algunos con identidad irreconocible por el capillo, pero la voz nunca engaña. Los pequeños hebreos eran alzados con gozo, y en sus rostros se reflejaba el júbilo del reencuentro.

Silencio, tres golpes secos. La vida parece terminar, y empezar al mismo tiempo. Es allí donde nacen los sueños y la alegría, al ver el primer haz de luz traspasar el dintel de la puerta. Reír, saltar, vale todo. No hay reglas en el entusiasmo de unos hebreos, que aman aquello que llaman Semana Santa.

Mirar hacia arriba, abruma. Cientos de personas extendían las manos pidiendo una estampita, que ni siquiera sabían que era. Uno de ellos, el mayor, alzó la mirada al cielo. Azul, sin nubes, y al lado un edificio blanco. Muros encalados, grandes ventanales de caoba y forja, al estilo granadino. Había una señora asomada, y un matrimonio. Le sonreía, sin motivo. No había razón para ocultar la felicidad de un nuevo comienzo, una nueva vida para Granada.

Una historia de tantas se formulan en el trayecto de ida a los templos de la ciudad, y forjan en el granadino recuerdos entrañables. Así, desde primera hora de la tarde, la Iglesia Parroquial de San Andrés Apóstol acogerá a los cofrades más pequeños de la ciudad. Inquietos, tranquilos, e incluso dormidos en el regazo del padre. Todos con la mirada fija en el Señor de la Entrada en Jerusalén, que sale a las calles de Granada. Es el redoble de la Agrupación Musical de la Estrella quien inicia el latir de los corazones. Un año después, en el mismo lugar. Y Nuestra Señora de la Paz aguarda en las naves del templo los primeros acordes de El Día del Señor, por la Banda de Música de Nuestra Señora de la Soledad de Mena (Málaga).

No muy lejos, en el céntrico barrio Fígares, Nuestro Padre Jesús Despojado es portado por su cuadrilla de hermanos costaleros. Suena Sagradas Vestiduras por la Banda de Cornetas y Tambores Jesús Despojado de sus Vestiduras, mientras el paso revira hacia el Santo Ángel Custodio. Frente a la Imagen, el Santísimo Cristo de San Agustín. Devociones que despiertan fervor popular, y dan sentido a una de las tradiciones más identitarias de la esencia granadina. Y en la Calle Alhamar, Semana Santa en Granada tras el palio de María Santísima del Dulce Nombre, por la Banda de Música 'Los Ángeles'.

En la Carrera del Darro, la Virgen de las Maravillas. Desafiando un año más el urbanismo granadino, el palio de cajón roza los márgenes de la ribera. Suena el Darro, y la Asociación Musical San Isidro de Armilla. Y antes, una estela interminable de capas y terciopelo granate, Jesús de la Sentencia. En la granadina calle Colcha, a los sones de la Banda de Cornetas y Tambores 'Santísimo Cristo de la Elevación' del Campo de Criptana. Un solo interminable de corneta, que conmueve a todo el granadino que observa, sin poder parar de contemplarlo.

Ante la Santa Iglesia Catedral, el misterio de la Santa Cena Sacramental es portado por sus veteranos costaleros. La Plaza de las Pasiegas, en pie, aplaude con emoción, mientras la Banda de Cornetas y Tambores 'Nuestra señora de la Victoria' interpreta Eucaristía. Cae la noche en Granada, y María Santísima de la Victoria se reencuentra con el barrio del Realejo. Lluvia encendida de pétalos de rosa y clavel, que hacer estallarla emoción contenida durante toda la jornada, mientras la Agrupación Músico-Cultural de la Santa Cera-Cruz (Alhaurín El Grande, Málaga) interpreta Hosanna in Excelsis. Antecede a la 'Novia del Realejo' un mar de hermanos, fieles y devotos granadinos, que anhelan su mirada. Dulce, serena, para Granada.

En la Plaza de Alonso Cano, Nuestro padre Jesús Cautivo encara la portada de la Iglesia Parroquial del Sagrario. La Agrupación Musical 'María Santísima de la Cabeza' (Exfiliana) le ofrenda sus últimas melodías. Suena Tu dulce rostro... Cautivo, para el Señor. Y las ramas de olivo, parecen despedirse de una plaza abarrotada, que espera con ansias el regreso de María Santísima de la Encarnación. Pasan los Campanilleros de la Banda de Música de Torredonjimeno, y después Encarnación Coronada. Granada no quiere dejar de contemplar un rostro, que días más tarde volverá a la clausura del Convento de la Encarnación.

A las puertas de la Iglesia Parroquial de San Andrés Apóstol se aguarda el deseo de toda una vida, que vuelve a tener sentido. Semana Santa 2025, Granada te espera.

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