La nueva imagen de la Borriquita se podrá ver en la Iglesia Mayor

La lluvia se convirtió en la gran protagonista del inicio de la Semana Santa motrileña, ya que la Cofradía de Nuestro Padre Jesús en su entrada triunfal en Jerusalén y Nuestra Señora del Rosario no pudo completar el recorrido y se vio obligada a regresar al templo, pese a que un rayo esperanzador de sol acompañó la salida de las imágenes de la Iglesia de la Encarnación. Ésta era una de las novedades de este año: mientras que antes la procesión salía del Colegio del Santo Rosario, ahora lo hacía de la iglesia mayor, por lo que suponía una vuelta a sus orígenes. También había un trasfondo práctico: la puerta del centro educativo se había quedado pequeña para el tamaño de las imágenes. Además, ha sido necesario fabricar una rampa especial en el templo para facilitar el traslado de las imágenes.

A media hora de la salida, a las 17:30 horas, el cielo se llenó de oscuridad y comenzó a llover. El palio de la Virgen se encontraba aún en los alrededores de la plaza de España, por lo que en pocos minutos regresó al templo, mientras que el Cristo se disponía ya a entrar en la carrera oficial. Hasta allí había llegado con un cambio de sentido respecto a otros años, ya que mientras siempre entraba por Catalanes a Cruz Verde, en esta ocasión fue desde este punto hacia la plaza de las Palmeras.

El palio del Cristo tuvo que resguardarse del chaparrón bajo un plástico que no permitía contemplar la nueva imagen de la Borriquita a los centenares de vecinos y visitantes que habían salido a su encuentro. Ya en las escaleras de acceso a la iglesia, cuando pasó la nube, se le retiró el plástico para contemplar con nitidez la nueva imagen. Ésta era la principal novedad y provocaba la mayor expectación.

Bajo la gubia del imaginero jienense Antonio José Martínez Rodríguez, había sido tallada tras casi una década de trabajos por encargo de la Delegación de Arte y Ornato de la Curia Diocesana. El autor de la obra indicó que esta talla es "quizás la que más se aleje" de su estilo y confesó que midieron a un asno real que utilizaron "de modelo".

Una vez en la parroquia las dos imágenes, se sucedían los abrazos entre hermanos con lágrimas en los ojos ante la impotencia de estar todo el año esperando para un final así, entre centenares de personas que abarrotaban la iglesia y que al no poder ver el paso de los palios en la calle entraron en el templo para admirarlos.

La hermandad anunció, entre los aplausos de la gente, que los pasos quedarían en la iglesia para el culto público hasta el próximo sábado.