Lunes Santo en Granada: Cerámica de devoción y fervor
Cinco hermandades realizan estación de penitencia en esta segunda jornada: La Luz, El Huerto, Los Dolores, El Rescate y San Agustín
La ciudad eleva una plegaria centenaria al Señor del Rescate
Horarios e itinerarios del Lunes Santo en Granada

Granada/Las calles del Zaidín quedan difuminadas entre sí. Un ir y venir de personas, el trasiego de cada Lunes Santo. El día en el que el barrio vuelve a ser, en sí mismo, una cofradía. Desde la cruz de guía hasta el fin del cortejo, la Hermandad del Trabajo evidencia en las calles de la ciudad una muestra de fervor popular que, cada año, va ganando una fuerza mayor. Unas raíces que forman parte de la propia identidad de los zaidineros y zaidineras, que viven en comunidad uno de los días más especiales del año.
Entre la multitud de la calle Polinario, toda Granada. Una señora con su nieto, del barrio. Al lado, un grupo de cinco jóvenes del Realejo. Más adelante, público de la Chana y del centro. Incluso de los municipios del Área Metropolitana que, ciñendo los límites de la ciudad, engrandecen una de las mayores tradiciones de la provincia. Un puzzle devocional que no entiende de fronteras, y da sentido al día a día de las corporaciones.
Suena Encarnación Coronada, de la Banda de Música ‘Felipe Moreno’ de Cúllar Vega. La ciudad le canta la salve a la Nuestra Señora de la Luz, mientras vitorean con fervor. Pétalos de flor y plegarias llenas de sentimiento se suceden en una calle, que entronca con la pasión más primitiva. Y hasta el Señor, un largo cortejo de mantillas testimonian la fuerza de sus oraciones.
Las baterías de la Agrupación Musical ‘Nuestra Señora de las Angustias’ (Alcalá la Real) marcan la cadencia de una cuadrilla de costaleras, referente de valor y resiliencia. Entre las trabajaderas, inscripciones y estampas. Familiares, amigos, conocidos, o incluso por aquel que no se conoce y lo necesita. Al Señor del Zaidín se le pide trabajo y salud, pero sobre todo se le pide con fe.
En el corazón del Realejo, el paso de palio de María Santísima de la Amargura Coronada revira hacia el Monasterio Madre de Dios de las Comendadoras de Santiago. Allí esperan, desde la clausura, las hermanas que custodian su Imagen cada día. Destello de rezos y plegarias incesantes en su Imagen depositan la confianza del día a día. A los sones de Ave María, las Madres Comendadoras ofrendan un último canto, antes de que la Sagrada Imagen se desvanezca entre el mar de fieles que la rodea.
Un ángel alza la mano hacia el Señor de los Favores. Un azulejo que preside la Plaza Fortuny desde hace tiempo, y refleja que la devoción en el barrio no reside en una sola advocación. Una confluencia de fervores, que emana del propio sentir granadino. La esencia se mantiene, y la devoción brota a las plantas de la pétrea efigie que, desde el Campo del Príncipe, aguarda la llegada de un nuevo Viernes Santo. Jesús ora elevando la mirada a su semblante, aquel que la cerámica plasmó y Granada hizo suyo.
La Banda de Cornetas y Tambores ‘Jesús Despojado de sus Vestiduras’ interpreta Amargura en tu Oración. Una ofrenda musical al Señor de la Oración, que cada Lunes Santo renueva la tradición. El paso de misterio recorrerá el centro del barrio, despertando el aplauso y la devoción de cientos de devotos que abarrotan sus calles, año tras año.
Salva de Nuestra Señora de los Dolores
Desde el atrio de la Iglesia Parroquial de San Pedro y San Pablo, se eleva una nueva partitura al cielo. Una vez más, los granadinos cantan la salve. Esta vez a Nuestra Señora de los Dolores que, bajo el palio color salmón, recorrerá una de las calles más bellas del mundo. Las rosas exhalan fragancia de Lunes Santo en la ribera del Darro, ante el paso de la dolorosa. La Torre de la Vela es testigo privilegiado de una historia que empieza y nunca termina. Las manos entrelazadas sustentan los tres clavos del calvario del Señor, con una gran carga expresiva. Es la escuela granadina la que da vida a un rostro de dolor y emoción contenida, y expresada en lágrimas.
En el barrio de la Magdalena, el Señor vuelve a conquistar el corazón de los vecinos. Es allí donde reside una de los grandes centros devocionales de la ciudad. Cada balcón, puerta o ventana es una muestra de fe que se abre a contemplar una mirada de resignación y aceptación. A los sones de la Agrupación Musical ‘Nuestro Padre Jesús del Rescate’ (Granada), el 'Señor de Granada' es portado por la cuadrilla de costaleros. A los sones de Nuestro Señor, las liras coronarán los acordes de una sinfonía propiamente granadina. La ‘Túnica Persa’ refleja mil destellos de la cera que, fundida en los cuatro faroles, da paso a la noche del Lunes Santo. Rodeando el paso cientos de granadinos, y su Agrupación. Las partituras eucarísticas reinarán en una jornada con un sentido especial. Cinco corporaciones, lejanas entre sí, y reunidas en el corazón de la ciudad.
Plegarias a San Agustín
Crujir de trabajaderas y veteranía costalera en el paso del Santísimo Cristo de San Agustín, Sagrado protector de la ciudad de Granada. La cruz cincelada en plata atesora miles de plegarias que, manteniéndose en el tiempo, han construido una de las Imágenes que mayor fervor despiertan de la Semana Mayor granadina. Una ciudad, a sus plantas, que renueva un voto. El rezo eterno de los granadinos, en agradecimiento a su intercesión.
Y por la calle San Antón, en la oscuridad más absoluta, avanza el paso de palio de Nuestra Madre y Señora de la Consolación. Junto a San Juan Evangelista y a Santa María Magdalena, la Santísima Virgen expresa un dolor atroz. La realidad de una pasión, que vuelve a revivirse un año más. Una mirada de eterna tristeza, que clama por el consuelo. En sus manos un rosario, con letanías de fe y esperanza. Tañen a difunto las campanas del Convento del Santo Ángel Custodio, anunciando una madrugada de oración.
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