“El Señor nos ha rescatado”

El Reportaje | Siervas del Evangelio, Camareras Perpetuas del Señor del Rescate

La Madre María Elisa y la Hermana María del Rosario aguardan en la Capilla del Colegio Nazaret Siervas del Evangelio, para desvelar todos los detalles sobre la pasada Misión Escolar de la Cofradía del Rescate

Entrevista Hermano Mayor de la Cofradía del Rescate | "Todos tenemos algo del Rescate"

Nuestro Padre Jesús del Rescate en la Capilla del Colegio Nazaret Siervas del Evangelio, Misión Escolar 2025
Nuestro Padre Jesús del Rescate en la Capilla del Colegio Nazaret Siervas del Evangelio, Misión Escolar 2025 / G. H.

Granada/En la Iglesia de Santa María Magdalena, resuena el eco de las plegarias de la Hermana María del Rosario. En su juventud, acudía con ferviente devoción a las plantas del Señor del Rescate. En el silencio sepulcral se sellaban las oraciones que, décadas más tarde, siguen sobrevolando las naves del templo. Aquella joven consagraría su vida a las Siervas del Evangelio, una orden que vela por la evangelización en las parroquias granadinas. Y también pasaría a ser camarera del Señor, junto a las hermanas de la comunidad. Años más tarde, esa Imagen visitaría la Capilla del Colegio Nazaret Siervas del Evangelio, espacio en el que cada día continúan su labor evangelizadora. En la nave central del templo aguardan la Madre María Elisa y la Hermana María del Rosario, recordando aquellas jornadas en las que el Señor del Rescate visitó las dependencias de su escuela.

“El Señor estaba aquí, en el presbiterio, al lado del Altar Mayor”, señala una de las hermanas, mientras eleva la mirada hacia el lienzo de la Inmaculada que preside la Capilla. Entre el recogimiento y la oración, los recuerdos invaden sus memorias. Tan solo unos meses antes, el Señor del Rescate presidía este espacio. Su presencia irradió especial fervor y pasión a las hermanas de la congregación, así como a los alumnos del centro educativo. “Vinieron muchos colegios a la Capilla, fue espléndido”, señala la hermana María del Rosario, mientras busca en el móvil fotografías de aquellas jornadas. Una de ellas refleja una manualidad, en la que los más pequeños revelaron el rostro del Señor y los colores corporativos de la cofradía. Mientras ambas observan con gran detalle las imágenes, una sonrisa se esboza en sus rostros. Es imposible contener la emoción ante la presencia de Jesús del Rescate.

“Nos gusta que los granadinos vean al Señor desde lejos”, aclara la Madre María Elisa, señalando un lienzo con el rostro del Señor del Rescate estampado. Es colocado cada Semana Santa en las ventanas más altas de la escuela, con el afán de que todo aquel granadino que transite por la calle Obispo Hurtado pueda sentir su presencia. Justamente la vía recibe este nombre de Monseñor Manuel Hurtado y García, párroco de la Magdalena y obispo auxiliar de Granada, fundador de la centenaria Cofradía del Rescate y de la Congregación Siervas del Evangelio. Una unión intrínseca, desde su propio origen. Especialmente llamativo es el hecho de que la calle que une ambos espacios recibe el nombre del obispo, cuyos restos descansan en la intimidad de la Capilla de la Congregación.

“Su deseo era descansar bajo la Imagen de Nuestra Señora de los Dolores”, señala la hermana María del Rosario, mientras señala la pétrea inscripción que sella el sepulcro. Un espacio reservado, de intimidad y oración, en el que estuvo presente el Señor del Rescate. Ambas hermanas comentan que, antes de abandonar las naves del templo, los hermanos de la corporación trasladaron la Imagen hacia este rincón. Un momento histórico, en el que la Cofradía del Rescate y la Congregación rindieron un sentido homenaje a su fundador. Un acto espontáneo, que nació del profundo amor de los cofrades trinitarios a la orden.

Nuestro Padre Jesús del Rescate en la Capilla Colegio Nazaret Siervas del Evangelio, Misión Escolar 2025
Nuestro Padre Jesús del Rescate en la Capilla Colegio Nazaret Siervas del Evangelio, Misión Escolar 2025 / G.H.

Mientras recorren los salones del palacete, conservado con gran dedicación por la Congregación, recuerdan anécdotas del pasado. “¿Recuerdas aquel baúl de la Capilla, el de las túnicas?”, señala la Madre María Elisa, rememorando tiempos pasados en los que los cofrades trinitarios atesoraban sus enseres en las dependencias de la orden. Un agradecimiento que se exterioriza en cada salida procesional, siendo el Colegio Nazaret Siervas del Evangelio un enclave predilecto en el itinerario de la cofradía. Ambas cuentan como, horas antes de su llegada, abren las puertas del recinto. “Vienen muchos jóvenes, antiguos alumnos del colegio y familias a ver al Señor”, comenta la Hermana María del Rosario, señalando a través de la ventana el espacio en el que, cada Viernes de Dolores, descansan el trono del Señor ante el rezo de la estación. Unas sencillas andas que, tal y como refleja su testimonio, fueron enriqueciéndose con el paso del tiempo.

“Aquí tienen su segunda casa”, manifiesta con emoción la Madre María Elisa, reconociendo la gran labor que desempeñaron el pasado año en el montaje de la Cruz de Mayo. La congregación cede ocasionalmente espacios a la Cofradía, para que puedan desarrollar actos extraordinarios. Símbolos de unión y fraternidad, que reflejan el cariño mutuo entre ambas entidades, que comparten fundador.

Quizás, uno de los mayores privilegios que ostentan es ser camareras perpetuas del Señor. Cuando la cofradía trinitaria requiere su presencia, las hermanas se desplazan hasta la Iglesia de Santa María Magdalena. Allí, rezan frente a la imponente efigie del Señor, que es descendido del camarín. “He solicitado ir un par de ocasiones, y me han recibido con gran afecto”, señala la hermana María del Rosario. Contemplar de cerca el rostro del Señor del Rescate despierta una pasión desbordante y recuerdos entrañables, ligados a sus inicios en la congregación. “Una mirada humilde y serena, inspira a la oración”, confiesa. Porta un pin conmemorativo del I Centenario Fundacional de la corporación, y una pulsera. “Cuando vi a los cofrades con él, no me pude resistir. Necesitaba llevar a Nuestro Señor siempre en mí”, asegura, mostrando la silueta del Rescate plasmada en metal.

“Nuestro estilo es la casa de Nazaret: lugar de amor, fe, oración, paz, servicio y trabajo”, asegura la Madre María Elisa, alzando sus manos hacia el campanario. Se erige sobre jardín floral, que brota cada primavera al paso del Señor del Rescate por las calles de la ciudad. El sol inunda cada rincón de una escuela, que evangeliza a toda Granada.

Campanario de la Capilla de la Congregación Siervas del Evangelio
Campanario de la Capilla de la Congregación Siervas del Evangelio / Alejandro Bonilla
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