“La devoción de los granadinos a la Virgen de las Angustias es un estímulo para mi propia fe”
BLAS GORDO | PÁRROCO DE LA BASÍLICA DE LAS ANGUSTIAS
El párroco de la Basílica de las Angustias, Blas Gordo, desvela cómo el Templo Patronal va a vivir la próxima Semana Santa 2025
La Basílica de las Angustias, posible refugio de las hermandades granadinas durante la Semana Santa

Granada/Adentrarse en la Basílica de las Angustias es llegar al corazón de la ciudad. Cientos de miradas diarias, dirigidas siempre al Camarín de la Patrona. Entre la multitud, una devota sostiene tres rosas blancas en sus manos. En ellas recoge el anhelo de una nueva oportunidad laboral para un familiar cercano. Al llegar al presbiterio, las deposita en unos amplios jarrones de cerámica, que custodian el fiel testimonio de un fervor popular fundamentado en siglos de historia.
En el tercer banco, una feligresa se arrodilla. Esta vez viene a agradecer, tras reconocer la intercesión de la Virgen en algunos de los problemas que le atormentan y que, en este preciso lugar, parecen desvanecerse. Un relato parecido al granadino que, con gran esfuerzo, se aferra al bastón de madera hasta llegar al asiento más cercano a la puerta. Viene desde lejos a pedir salud, con la misma confianza que depositaron sus padres algún día.
Unos minutos bastan para comprender la trascendencia de un santuario que engloba la devoción de toda una provincia. A lo lejos, la Santa Iglesia Catedral. Una excelsa torre con doce campanas indica el centro neurálgico de la Iglesia granadina. Dos templos que, desde la distancia, representan el valor de la piedad popular. Y entre ellos un puente, efímero en el tiempo, que cada primavera tejerán 32 corporaciones. Una nueva carrera oficial que hará de la Semana Santa un comienzo ante la Patrona, y un final en el corazón de las naves catedralicias.
Cercano a la Basílica, en un humilde despacho, se ultima cada detalle de cara a la próxima Semana Santa. Allí se encuentra Blas Gordo, párroco de la Basílica de la Virgen de las Angustias desde 2015. Su vinculación a la Basílica nace en 1998. Conoce 27 años de plegarias, rezos y miradas de los granadinos a su Patrona.
Pregunta.Este año la nueva carrera oficial de Semana Santa hará que todas las hermandades pasen frente a la Basílica, ¿qué supone esto para la parroquia?
Respuesta.Es novedoso en lo externo. En lo interno, es una realidad que no nos despista de aquello que es lo fundamental. Celebrar el paso de Jesús por nuestras vidas a través de la Pasión, Muerte y Resurrección. Lo decisivo sigue manteniéndose ahí. Lo demás son circunstancias nuevas, que desde la Real Federación de Cofradías y Hermandades de Granada han propuesto. Pero yo destaco más el sentido espiritual. Si eso hace que el espíritu crezca en los fieles, bienvenido sea. Evidentemente, es una realidad que atraerá mucha gente. Pienso que lo que se hace es ensanchar el centro de la ciudad. No sé si demasiado, ya que muchas cofradías comentan que van a tener que alargar su Estación de Penitencia. En ese sentido, trataremos de acompañar de una forma discreta lo que es nuestra labor, animar a vivir los oficios litúrgicos. A partir de ahí, hemos estado estudiando con la Hermandad Patronal la logística de los accesos. Hemos tenido que ver algunos cambios, para facilitar el acceso a todos los que deseen acudir al Templo.
P.No deja de ser simbólico que la carrera oficial empiece en la Basílica de las Angustias y culmine en la Santa Iglesia Catedral. De alguna forma, unir los dos centros devocionales de la ciudad.
R.Sí. El Papa Francisco decía que la piedad popular es un lugar teológico. Dios a través de los sencillos en la fe, expresada de manera popular. Siempre debe acompañada por una riqueza de formación e integración en la vida litúrgica y caritativa. Es importante que la Semana Santa sea una realidad completa, porque si no, tal y como dice nuestro arzobispo José María Gil Tamayo, el riesgo de que se convierta en un espectáculo más turístico que espiritual puede suceder. No es así, ya que hay una valoración positiva que desde nuestra labor percibimos. Cuánta gente viene, con la fe en la Virgen, a expresar su realidad más profunda. Lo importante es combinar estas dos cosas, para que podamos tener al final de la Semana Santa un juicio que sea realista.
P.Y más allá de la Semana Santa, ¿qué supone ser párroco de la Basílica de la Virgen de las Angustias?
R.Es una realidad muy bonita. Se armonizan dos facetas muy interesantes: la realidad de un Santuario, en lo que marca el paso es la devoción de los fieles y de quienes vienen como peregrinos, y la realidad parroquial. Cómo tratar de acompañar la dinámica de la vida de una parroquia. Desde la catequesis o las celebraciones litúrgicas y sacramentales, a la labor de crear una comunidad de vida fraterna, para que haya un núcleo que pueda llevar adelante la vida del Santuario. Y la labor caritativa. Y en ese sentido, dentro de la realidad comunitaria, es muy bonito comprobar la diversidad de grupos existentes. Cada uno, a su modo, participa en esta tarea. Ciertamente la Hermandad Patronal de la Virgen de las Angustias tiene una tarea especial, colaborando en acompañar la devoción a la Virgen, y una labor muy rica. Y luego están las comunidades neocatecumenales, que tienen una presencia muy rica a nivel formativo. Grupos de formación de catequesis de niños, de jóvenes, adultos, grupos de preparación para la confirmación de adultos e incluso acompañamiento de personas que no han recibido los sacramentos. Y la parte sacramental tiene una gran importancia. Los bautismos y las bodas son protagonistas.
P.¿Cómo influye la fuerte devoción de los granadinos a su labor pastoral diaria?
R.Influye muchísimo. Para mí, la Virgen de las Angustias es un estímulo para mi propia fe. De una manera muy confiada en la capacidad de la Virgen en poder ayudar en sus realidades más pequeñas, ves como viene alguna madre a encomendar su embarazo, y después con el bebé en los brazos. Gente que pone en manos de la Virgen una enfermedad propia o de un familiar, una confianza depositada en la Imagen. Evidentemente junto a la medicina pero, hay una parte de la vida humana que no es sólo un hospital. Una dimensión de trascendencia que es necesaria. Te ayuda a valorar a la gente sencilla que, de una manera auténtica, vienen cada día.
P.¿Recuerda alguna anécdota?
R.Sí. Una de las experiencias más bonitas que he vivido. Una persona vino andando desde la Zona Norte de Granada, una mañana de invierno. Eran las 8:30, venía descalzo. Le pregunté: “¿Adónde vas?, y me dijo que venía a hacer una promesa a la Virgen porque tenía a su hermano en la cárcel. Venía a rezarle una oración, y estaba preocupado porque no sabía si se acordaría al recitarla. En él quedaba el hecho de que, haciendo una peregrinación y un momento de oración, le facilitaba el canalizar una preocupación. Y al mismo tiempo, una relación con la trascendencia.
P.En el día a día de la parroquia, ¿hay muchas demostraciones de fe?
R.En torno al día de la procesión de la Virgen, muchos peregrinos caminan durante más de tres días para poder llegar aquí. Desde Albuñol, todos los años llegan cientos de devotos. Percibes que todos los años llegan con el cansancio de una caminata tremenda, pero con una motivación y una finalidad que les hace encontrar sentido a ese esfuerzo. Uno entiende así por qué el Papa llama a este Año Jubilar como el de la Esperanza. Experimentar ponerse en camino como pueblo, para abrirnos a horizontes nuevos en un tiempo que puede llegar a ser confuso.
P.Una devoción que es intrínseca a la propia ciudad.
R.Sí. Me llama la atención como los granadinos, en todas partes y en todas las casas, la tienen presente. Una devoción muy arraigada, no es solo sentimental.
P.¿Va más allá de las propias fronteras de la provincia?
R.Ciertamente. Viene mucha gente de Barcelona, de otros lugares lejanos. Las redes sociales tienen mucho seguimiento desde hace tiempo. La Novena que se le hace a la Virgen, se suele emitir vía online. No es extraño que supere las 700 visualizaciones desde todos los lugares del mundo. Una cultura digital en la que se rompe el espacio físico, es algo que se nota. Tratamos de cuidarla para que sea un vehículo que acerque la devoción a otras personas.
P.¿Qué sería lo más gratificante en toda su labor?
R.Para mí sería una doble faceta: ver cómo construir la comunión entre todos los grupos, y que se sientan partícipes de la vida de la parroquia. Si hay unidad en los distintos grupos, la labor de evangelización podrá ser eficaz. Cultivar esta relación que, a día de hoy tiene una palabra especial: la sinodalidad. El Papa Francisco, en estos últimos años ha animado a caminar juntos. Es una necesidad en nuestro tiempo. Y la parte misionera. Todo esto es para dar a conocer un mensaje. Nos damos cuenta que en Europa, y especialmente en nuestro país, hay un enfriamiento en la vida de fe. Se trata de ver como salir al encuentro de quien ha perdido el rastro, o de quien lo está buscando y no sabe cómo encontrarlo.
P.Desde su llegada en 1998 a la Basílica, ¿ha notado evolución?
R.He participado en distintas etapas. Al principio fui vicario parroquial, colaborando con grupos de jóvenes. Más adelante fui arcipreste de todas las parroquias del centro de la ciudad. Posteriormente fui vicario de pastoral para el clero y, desde 2015, me ha tocado la parte de párroco. Hay una evolución muy clara en la participación en los sacramentos. Cuando llegué a la Basílica había más de 500 bautizos al año, mientras que a día de hoy hay 140 como máximo. Las bodas igual, han disminuido drásticamente. Mientras que antes había 170 bodas al año, actualmente hay 50. Durante los primeros 25 años de este siglo, hemos vivido muchos acontecimientos históricos que han influido enormemente en la forma de relacionarnos. Sobre todo la pandemia hizo que muchas personas no retornaran a los templos. También somos menos sacerdotes, hemos tenido que reducir porque no llegábamos a todo. Lo que si se mantiene estable en el tiempo es el fervor del pueblo a la Virgen, eso siempre. Estamos en un periodo de crisis en muchos ámbitos. Entre los jóvenes, la dificultad laboral es una realidad que se percibe por todas partes e impide crear una vida estable. Ante situaciones nuevas, necesitamos dar una respuesta nueva, y en eso tratamos de estar. Armonizando lo tradicional, fusionando nuevas expresiones en la vida de fe. Todos podemos crecer y avanzar mucho.
P.¿Cómo suele celebrar la Basílica la Semana Santa?
R.Nos adaptamos al lugar donde estamos. Comenzamos el Domingo de Ramos, con siete celebraciones este año. Lo más importante es el Triduo Pascual. El Jueves Santo, la víspera centrada en la Eucaristía. Después, tendremos un espacio de Adoración Eucarística hasta la celebración de los Oficios de la Pasión del Señor, ya en el Viernes Santo. Ese día habrá un Vía Crucis dentro de la Basílica, y la Vigilia Pascual, la celebración central del año. La procesión del lucernario, y la celebración de la gran Vigilia.
P.Desde su posición como párroco de una de las Basílicas más importantes de la ciudad, ¿qué mensaje desea trasladar a los granadinos?
R.Estamos a las puertas de la Semana Santa. Lo que estamos viendo a nivel de primavera, que está estallando, es una metáfora de aquello que la vida de la Pascua nos ofrece. Debemos descubrir los brotes que suscita la fe. A veces vivimos muy dispersos, y es importante saber mirar la realidad con las gafas que nos da la experiencia de la fe. Una Pascua para alimentar la Esperanza de que tenemos futuro, y debemos construirlo.
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