Hasta un 45% de los fumadores opta por los cigarrillos electrónicos con la intención de dejar de fumar
Sociedad
El 12% de los españoles entre los 15 y 64 años han probado alguna vez en su vida un cigarrillo electrónico
El uso de cigarrillos electrónicos cada vez se encuentra más extendido y su consumo va en aumento, según los últimos datos de la encuesta EDADES 2022. Así el 12% de los españoles entre los 15 y 64 ha probado alguna vez en su vida un cigarrillo electrónico, lo que supone un incremento de casi dos puntos respecto a los datos de 2020, si bien cerca del 45% de los consumidores los usa con la intención de dejar de fumar. En este sentido, según la última revisión sistemática de Cochrane, publicada en noviembre de 2022, los cigarrillos electrónicos con nicotina ayudan a más personas a dejar de fumar en comparación con el tratamiento de reemplazo de nicotina. Tras la revisión de 78 ensayos, de los cuales 40 eran controlados aleatorizados, en donde se incluían a más de 22.000 fumadores adultos, los investigadores han concluido que la tasa de éxito para dejar de fumar del cigarrillo electrónico con nicotina se sitúa entre el 9%-14%, frente al 6% de los tratamientos de reemplazo de nicotina o el 4% de aquellos pacientes que no reciben no reciben apoyo o que reciben solo apoyo conductual.
Pero ¿qué son los cigarrillos electrónicos y cómo están regulados en nuestro país? Lo primero que hay que tener en cuenta es que estos dispositivos no incluyen tabaco. Es un producto que se utiliza para el consumo de vapor con nicotina, aunque también se comercializan sin nicotina. La tipología es variada, pueden ser desechables o recargables, mediante un envase de recarga y un depósito o recargables con cartuchos de un solo uso. Tanto su comercialización como su consumo están regulados por la normativa europea y española, que prohíbe la venta de dispositivos con nicotina a menores de 18 años. De hecho, esta regulación se extiende tanto al dispositivo como a los ingredientes a utilizar.
En Europa, los vapeadores o dispositivos susceptibles de liberación de nicotina están regulados en la Directiva 2014/40/UE que, entre otras cuestiones, establece límites tanto al volumen de los depósitos o cartuchos de recarga como de los niveles de nicotina que pueden tener. En este caso concreto, el límite de nicotina por cartucho es de 20 mg/ml.
En nuestro país, el Real Decreto 579/2017 establece que estos productos deben incluir una lista de los ingredientes y la advertencia sanitaria de que la nicotina es una sustancia muy adictiva y, por lo tanto, no se recomienda su consumo a los no fumadores. Además, fija la obligatoriedad de un registro para las empresas comercializadoras. Por otro lado, a finales de 2017 se modificó la Ley 28/2005 para incluir nuevos artículos que expresamente se refieren al vapeo. Además de prohibir su venta a menores, especifica que su consumo está permitido en general salvo en los puntos que la ley lo prohíbe expresamente: centros y dependencias de las Administraciones públicas, centros sanitarios y educativos, transporte público y en los recintos de los parques infantiles y áreas o zonas de juego para la infancia, entendiendo por tales los espacios al aire libre acotados que contengan equipamiento o acondicionamiento destinados específicamente para el juego y esparcimiento de menores.
No son inocuos
Los líquidos utilizados en los cigarrillos electrónicos se componen principalmente de glicerina, propilenglicol y nicotina en cantidades variables. Existen evidencias científicas de que sus efectos, sin ser inocuos, son menos nocivos que el tabaco de combustión. En la citada revisión de Cochrane también se concluye que: “los cigarrillos electrónicos permiten inhalar la nicotina en un vapor, en lugar de humo. Debido a que no queman tabaco, los cigarrillos electrónicos no exponen a los usuarios a los mismos niveles de sustancias químicas que pueden causar enfermedades en las personas que fuman cigarrillos convencionales”. En la actualidad, los cigarrillos electrónicos pueden encontrarse en una amplia variedad de sabores y niveles de nicotina, lo que permite al fumador contar con más alternativas para cambiar de categoría, reducir el consumo de tabaco convencional o, incluso, dejar de fumar.
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