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Su nombre es Roger L. S., tiene 20 años y es ex militar. Los hechos tuvieron lugar el sábado, 8 de abril, en torno a las 6 de la tarde cuando el supuesto homicida se presentó en el Club de Tiro de Precisión Granollers.
Allí estuvo practicando hasta que se quedaron a solas él y el instructor y también responsable del centro. Fue entonces cuando, según lo captado por las cámaras de vídeo vigilancia, Roger le profirió cinco tiros por la espalda mientras que el trabajador se encontraba barriendo y sin que entre ambos mediara discusión alguna.
Lo siguiente que se ve en las grabaciones es cómo el instructor se desploma y Roger huye del lugar a toda prisa. Antes de abandonar las instalaciones fue sorprendido por otro hombre, de unos 50 años, que había bajado de nuevo a la galería porque se había olvidado algo allí.
Este segundo usuario vio el cuerpo del dueño de la galería en el suelo, aun con vida, y descubrió al homicida tratando de huir. A pesar de que intentó impedirlo, Roger lo encañonó con el arma y según cuenta el hombre, llegó a apretar el gatillo pero por algún motivo la pistola no se disparó.
Tras esto se marchó a toda prisa, pasando por el bar del club en el que todavía quedaban algunos socios, pero sin llegarse a enfrentar a ellos. A la salida del centro se encontró a una mujer y la amenazó, presuntamente, para que lo llevara hasta Barcelona.
Ya en la capital y en una zona de lavado de coches vio a dos chicas jóvenes y repitió la acción: a punta de pistola las obligó a que lo llevaran, en principio, hasta Tarragona. Ya en el interior del vehículo y con las dos chicas a cargo del mismo, el homicida cambió de opinión y pidió que lo dejaran en Valencia y, más tarde, en Murcia. En el camino trató de robar en una gasolinera y un bar pero ambos establecimientos se encontraban cerrados.
Ya en la provincia de Murcia el agresor liberó a las chicas porque se encontraban exhaustas. Ellas, ya fuera de peligro, no dudaron en avisar a la Policía de lo que había sucedido. Al presunto homicida lo encontraron en la estación de tren de la ciudad.
Allí, una dotación UPR (Unidad de Prevención y Reacción) integrada por seis efectivos consiguieron detenerlo en torno a las 08:00 horas del domingo. Dos policías comprobaron el exterior, otros dos se acercaron a los andenes y dos dos restantes se adentraron en el hall de la estación, en el que vieron a Roger entre otros pasajeros.
Después de un forcejeo, lograron quitarle el arma. Uno de los policías relataría luego que el sujeto les llegó a preguntar por qué no lo habían matado y a confesar que, de haber podido, él sí los habría matado a ellos.
Después de pasar a disposición judicial, el Juzgado de Instrucción Nº 5 de Murcia, en funciones de Guardia, ordenaba el ingreso de Roger en prisión provisional, aunque se inhibe a favor de un tribunal de la comunidad donde se cometió el crimen, en Cataluña. En concreto, al Juzgado de Instrucción Nº 2 de Granollers. Está acusado no solo de haber matado al instructor del club de tiro sino del secuestro de las dos jóvenes.
Roger L. Tiene 20 años y había formado parte del ejército de tierra. Es de complexión delgada, moreno y el día de los hechos iba vestido de negro, con unas zapatillas blancas y una mochila con estampado de camuflaje. Dos semanas antes de asesinar al instructor de la galería, Roger ya se mostró violento con otro empleado del mismo establecimiento, con el que discutió de forma agresiva.
Roger abandonó el ejército de tierra a finales de 2022. Desde entonces se encontraba sin empleo. A pesar de que tenía licencia de armas, no tenía pistolas de su propiedad y en la galería de tiro usaba las que le prestaba el club.
Los investigadores de los Mossos no han hallado todavía ninguna explicación que pueda aclarar por qué atacó por la espalda al instructor del club, un hombre muy apreciado por los socios.
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