La deseada lluvia de millones se queda en más lluvia de agua

Lotería de navidad

Un pellizco de 200.000 euros de uno de los cuartos premios recae en Priego, y Montilla reparte otros 600.000 euros en las terminaciones · La decepción general se combate con humor

La deseada lluvia de millones se queda en más lluvia de agua
La deseada lluvia de millones se queda en más lluvia de agua
Félix R. Cardador / A. R. Yébenes

22 de diciembre 2010 - 07:30

Los cordobeses más optimistas, que aún los hay aunque a alguno le sorprenda, confiaban ayer en que el sorteo de Navidad de la Lotería Nacional dejase una lluvia de millones y fuese así un bálsamo, un lenitivo, una esperanza para una provincia golpeada por numerosas fatalidades económicas y sociales. No hubo suerte, sin embargo, y, como diría Joaquín Sabina, la vida siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido. Un pellizco de 600.000 euros en la localidad de Montilla por las terminaciones del Gordo y otro de uno de los cuartos premios que cayó en Priego -lo que supone un montante de 200.000 euros- fueron las dos buenas noticias en una mañana en la que los cordobeses hicieron en su inmensa mayoría lo que vienen haciendo desde hace lustros: bromear en los bares y en los puestos de trabajo y asumir con naturalidad que la parte momia de este sorteo, como tantas otras veces, viajase a las comunidades de Cataluña y Madrid.

En realidad, a estas alturas ya nadie cree en el lugar común de que este sorteo navideño, tan querido por los españoles, suele dar suerte a las provincias que más penurias han sufrido durante el año precedente. Y es que en esta ocasión no atrajeron a la suerte ni las altos índices de paro (de los mayores de España), ni las dos crecidas del río Guadalquivir en febrero y en diciembre ni el colapso de Cajasur.

La fortuna, está visto, no sabe de méritos y lo cierto es que Córdoba capital acumula 32 años, que se dice pronto, sin que el Gordo haya caído de veras en nuestras fronteras. Dado el tiempo que ha transcurrido, hasta es muy posible que ni los cordobeses que fuesen agraciados entonces se acuerden hoy de aquello. Si habrá pasado tiempo que hasta la memoria del presidente que por entonces gobernaba España se encuentra hoy acuciada por la cruel neblina del alzheimer.

El caso, no obstante, es que la mañana no empezó nada mal para los intereses de la provincia, ya que poco después de las 10:30 las niñas Alicia P. Rodríguez y Gessy Quisnancela cantaron un cuarto premio al número 25.506. Muchos cordobeses seguían la retransmisión que realizaba Televisión Española y fue difícil no sentir un pálpito en el corazón cuando anunciaron que parte de los décimos de ese número se habían vendido en la provincia de Córdoba, concretamente en Priego, en la Subbética.

Acto seguido, en la administración Nº1 de dicha localidad, situada en la plaza de Andalucía y conocida como El Duende, se desató la alegría de los propietarios de la misma, aunque lo cierto es que ninguno de los premiados se dejó ver por allí. Dicha oficina ha vendido este año diez décimos de ese número, uno de ellos enviado por cierto a Alcañiz, una población de Teruel "porque la señora que nos llamó pidiéndolo quería ese número", comentaba Isidora Muñoz Bermúdez, la titular de la administración, que se encontraba en el día de ayer contentísima porque "ésta es la primera vez que doy un premio en Navidad".

Muñoz agregaba entre sonrisas que "llevo 23 años al frente de la administración, desde que en 1987, cuando tenía 25 años, me hice cargo, y ya creía que me jubilaba sin dar ningún premio". Muñoz reconoció que no fue un número que ella misma escogiera, sino que fueron décimos "de los que manda la administración sueltos todos los años, pero el número era bonito y lo vendimos en ventanilla uno a uno". La lotera admitió que "aunque el número me gustaba y lo ofrecía con gusto a los clientes, yo no me he quedado ninguno porque aquí tenemos la tradición de jugar desde hace muchos años a otro número, que es al que juego yo y el que más se lleva la gente".

Lo que no consiguió recordar Isidora fue a quien había entregó el 25.506, "ya que lo hemos vendido ahora en diciembre y en el puente de la Inmaculada han venido muchos turistas, así que los premiados pueden estar en Cádiz, Sevilla o Málaga, por ejemplo". Cierto o no, el caso es que por la Administración Número 1 de Priego no se presentó ayer ningún agraciado, pero sí muchos curiosos. Anécdotas aparte, quien si llamó a esta feliz lotera prienguense para comunicarle que tenía uno de los décimos premiados fue un vecino de la aldea de los Zamoranos, Jesús, de 24 años. Era ayer uno de los pocos cordobeses especialmente felices.

La llegada de ese cuarto premio tan tempranero abrió las expectativas de que el sorteo de 2010 pudiese ser el que rompiese los años de mal fario que padece Córdoba. En el popularísimo mercado de La Mosca de la capital, que a dicha hora se encontraba en plena ebullición mañanera y cotidiana, una compradora de pescado bromeaba en voz alta mientras hacia cola: "Hoy me toca seguro; así que mañana mismo me paso de los boquerones, las bacalaillas y las sardinas a las cigalas y los langostinos". El pescadero, zalamero y dulzón, respondía: "Anda ya, si el premio ya se lo ha llevado tu marido por tenerte a ti". Pero ni las bromas ni los requiebros galantes más populares sirvieron para que la diosa fortuna se decidiese a hacer pareja de baile con la provincia de Córdoba.

El sorteo siguió pues y los premios fueron cayendo uno tras otro y viajando hacia numerosos rincones de España. El Gordo se quedó en buena parte en Barcelona, aunque un pellizco del mismo se vino hasta Andalucía gracias a una empresas de transportes de Huelva. Madrid también acaparó alguno de los bocados más jugosos. Mientras, el nombre de Córdoba no aparecía por ningún sitio y las esperanzas decaían sin paracaídas. Otro año igual.

No obstante, y pese a que no cayeron más premios en la provincia, sí que hubo otros cordobeses que pudieron celebrar cuando menos una suculenta tajada del clásico sorteo del 22 de diciembre. Y es que en la administración El Racimo de Oro de Montilla la alegría se desbordaba al saber que, entre terminaciones y pedreas, habían repartido algo más de 600.000 euros en premios.

El responsable del despacho, Jesús Pérez, comentaba encantado a El Día que "es la primera vez que damos tanto dinero en el Sorteo de Navidad, si bien tenemos experiencia en otros juegos, como La Primitiva; de todas formas, han venido muchos montillanos a felicitarnos". Trabajadores de Bodegas Alvear, de Bodegas Pérez Barquero y de la Casa de Montilla en Córdoba "han sido los agraciados", comentó Pérez, quien a modo de anécdota dijo que una gran parte del premio ha llegado a la ciudad por las terminación del premio gordo -el 79.250-, "ya que el código postal de Montilla es el 14.550 y a mucha gente le gusta jugar ese número, que es el que al final más dinero ha dejado". El titular de El Racimo de Oro, situada en la céntrica Puerta de Aguilar, insistió en que la mayoría de los afortunados son trabajadores de las bodegas, "con lo que la alegría es doble".

La felicidad de esos montillanos fue en fin una de las pocas notas felices de una jornada que en su conjunto resultó tristona. Amanecer tardío, lluvia casi incesante... y, por contra, sin huella alguna de esa lluvia de millones con la que la noche del martes soñaban cientos de personas cuando se fueron a la cama. Quizá sea mejor para años venideros no acumular tantas desgracias sociales y económicas como acopió Córdoba durante los últimos 12 meses, pues está visto que eso no produce grandes resultados. Mejor será un año venturoso y de potente desarrollo social y económico. En sí mismo será un premio.

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