Una hora menos, seis euros más
cambio de hora
Cifras para explicar los mitos y realidades que cuestionan la necesidad de variar al horario de invierno.
España retrasará sus relojes como cada otoño en la madrugada de este sábado, día 27, al domingo 28. Dará la bienvenida al horario de invierno regalándonos 60 minutos más de sueño porque a las 03:00 volverán a ser las 02:00 y dejando atrás el debate sobre el cambio de hora desencadenado a raíz de la propuesta de la Comisión Europea de suprimir el cambio de hora bianual de toda la Unión Europea.
La principal razón sobre la que descansaba la iniciativa europea era el ahorro energético pero, ¿compensa el desajuste con respecto al beneficio económico que se logra?
El cambio de hora en cifras
El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) cifra el ahorro que supone el atraso del reloj en octubre en un 5%, es decir, unos 300 millones de euros. De esa cantidad, 90 millones corresponderían al consumo doméstico, por lo que cada casa se ahorraría unos 6 euros; el resto provendría de la industria o la iluminación de edificios de servicios.
Otras fuentes disminuyen el ahorro estimado a un 1%. Esto, sumado a que en muchos hogares la disminución del gasto es relativa podríamos cuestionar que merezca la pena. ¿Por qué? Debido a que la luz que no usamos a primeras horas del día al final la gastamos con los atardeceres más tempranos y quizás habría que cuantificar un posible gasto extra en calefacción, ya que en muchos hogares se vive más durante la tarde.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que, en los últimos años, los modelos de empleo y producción industrial han variado sustancialmente (teletrabajo, liberalización de horarios, turnos solapados…) y la necesidad de contar con una hora extra de luz durante la mañana podría no ser tan determinante.
La tendencia a la inteligencia de los sistemas de iluminación, cada vez más automatizados y rentables, hace pensar que quizás sea menos necesario el cambio de hora dos veces al año.
Verdadero y falso
El primer mito y uno de los más afianzados acerca del cambio de horario es el del gran ahorro en el hogar, que ya se ha demostrado que no es tal.
Muchos se preguntan si, en caso de suprimir el cambio de hora, España mantendrá el horario de invierno. Aún no hay una respuesta certera al respecto. No se sabe qué horario permanecerá, aunque el más probable es el de verano.
Tampoco es cierto que estemos en el huso horario que nos corresponde. Estamos una hora por delante, España debería tener el mismo horario que Reino Unido.
Lo cierto entre las creencias populares sobre el horario es que el cambio de hora favorecería el turismo, al tener más horas de luz al final del día.
También es verdad que el 60% de los países no cambia la hora. La mayoría de los territorios tropicales no cambian sus relojes dado que las variaciones de la duración del día son insignificantes alrededor del ecuador.
Y, por último, pero no por ello menos extendido entre la población, está la convencimiento de que los cambios de hora generan graves trastornos en el organismo. Es totalmente falso. Sí provocan leves afecciones que se superan a los pocos días.
Recomendaciones para adaptarse a la nueva hora
1. Cambiar todos los relojes ya que el cerebro necesita asumir cuanto antes la nueva situación.
2. Modificar poco a poco el horario de las comidas para adaptarlo a la nueva rutina. Es normal que muchas personas el domingo tengan hambre más pronto de lo común. Una buena solución es atrasar la hora de comer media hora el primer día y media hora el segundo.
3. Ajustar la hora de irse a dormir. Será muy tentador acostarse el domingo a las 7 de la tarde con la excusa del cambio horario. Debemos intentar adaptarnos cuanto antes a nuestro horario habitual e irnos a dormir a la misma hora de siempre.
4. No echarse la siesta el domingo ayudará a conciliar mejor el sueño por la noche.
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