Estas son las mascarillas obligatorias que se deben utilizar: higiénicas o quirúrgicas
El Ministerio de Sanidad ya ha anunciado que la orden por la que será obligatoria llevar mascarilla en espacios públicos cerrados y allí donde no se pueda respetar la distancia de seguridad se publica en breve
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Las mascarillas son obligatorias en el transporte público, pero ahora solo falta la publicación de la orden ministerial para que además lo sean en los espacios públicos cerrados y allí donde no se pueda mantener la distancia de seguridad.
Pero, ¿cuál debemos usar? Desde el inicio de la pandemia nombres como higiénicas, quirúrgicas, FPP2, FPP3, sobresalen en nuestro vocabulario al hablar de mascarillas. Somos unos expertos en nombres, pero parece que no en su utilización.
Las mascarillas que debemos usar, siguiendo las recomendaciones del Ministerio de Sanidad, son o las higiénicas, para que nos entendamos, las de tela que muchos han cosido en casa durante la cuarentena o las quirúrgicas.
Mascarillas higiénicas
La fabricación de mascarillas higiénicas de fácil confección "es solo con propósitos meramente higiénicos", ya que este producto que hacemos en nuestros hogares o en pequeñas empresas de costura. La fabricación de las mascarillas higiénicas puede realizarse en cualquier instalación que reúna las condiciones de limpieza necesarias. Además, el personal deberá asegurarse de que la manipulación de la materia prima y de las mascarillas se realizar de forma tal que no se manchen ni se contaminen.
Esta mascarilla higiénica estaría compuesta por una capa doblada de TNT (Tejido No Tejido, compuesto por 50% de viscosa y 50% de poliéster) para el contacto con la piel del sujeto y por la parte externa otra de TNT extendida. Todo se puede coser o termosellar, y al conjunto formado se añaden dos cintas de algodón elástico o de otro material para su sujeción.
Mascarillas quirúrgicas
Las mascarillas quirúrgicas, que deben contar con un mecanismo que permita ceñirla estrechamente sobre nariz, boca y barbilla, son las que se usan en ambientes clínicos, limitan la transmisión de agentes infecciosos porque están diseñadas para filtrar el aire exhalado, por lo que su misión es proteger a quienes están alrededor del portador evitando la dispersión vírica al estornudar, toser o hablar.
Su precio está regulado por el Gobierno (0,96 euros por unidad) y no son reutilizables. Su periodo de uso no debe exceder de las cuatro horas antes de ser desechadas.
Prácticas a evitar usando mascarilla
Para que cumpla su función esto es lo que no hay que hacer a la hora de utilizar las mascarillas:
- Sobarla para ponérsela. Su colocación es muy sencilla, no hace falta "darle muchas vueltas".
- No es una bufanda. Su uso es claro y conciso, de nada sirve que esté donde no debe.
- Ni tampoco un sombrero. De la boca al cabello, un recorrido ventajoso para el virus.
- Boca y nariz tapadas. Las vías respiratorias son hermanas, no hacen nada la una sin la otra.
- Las manos quietas. Las caricias para otro momento y con las manos limpias.
- La higiene es fundamental. Las mascarillas son una prenda más, necesita de cuidados.
- Sí a los celos. Mía y solo mía. La generosidad está muy bien, pero en esto, no.
- Hablar sin ella, no. Lo que uno quiere decir se va a escuchar de la misma forma, con o sin ella.
- Estornudar sin ella, tampoco. "Ande yo caliente...", no debemos poner en riesgo a los demás.
- Dentro del supermercado, más que nunca. Seguridad ante todo y más en lugares aglomerados.
Como conservarla si te la quitas
Vamos a comprar, a la farmacia o a una terraza y llevamos la mascarilla puesta pero si vemos que no hay demasiada en la calle a la hora de volver a casa dando un paseo nos la quitamos. ¿Cómo la guardamos? La recomendación de los expertos es tocarla lo menos posible.
Y muy importante, no tocarse los ojos, nariz y boca a la hora de ponerse y quitarse la mascarilla.
La mejor opción para quitarnos la mascarilla es hacerlo con las manos desinfectadas y sin tocar nada más que las gomas. Si estamos en casa nos lavamos las manos con agua y jabón o gel hidroalcohólico, mientras que si estamos en la calle, lo recomendable es llevar un bote pequeño de este gel en el bolso y darnos por las manos antes de quitarla.
Nos hemos quitado la mascarilla cogiéndola por las gomas y para guardarla, la doblamos por la mitad, con el interior hacia dentro para evitar posibles contagios o que se ensucie. La metemos en una bolsa con cierre, como las que se utilizan para congelar alimentos, en aeropuertos para los líquidos, etc. Esta forma de guardarla sirve tanto para la calle, como para nuestros hogares. La bolsa, lógicamente, debe estar limpia y no tocar su interior.
Las mascarillas de tela, lo recomendable es guardarlas como máximo una semana. De todas formas, el Ministerio de Sanidad pide a la población que mire las recomendaciones del fabricante respecto al número de veces que se puede usar una mascarilla, y siempre recomienda cambiarla en caso de que estén húmedas, sucias o hayan perdido su forma.
Según la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (haciéndose eco de todo lo publicado durante la pandemia sobre las mascarillas), la desinfección de las mascarillas se puede hacer para las mascarillas de tipo FFP2 en el entorno hospitalario, si bien señalan que no existe evidencia científica de un método que permita hacer algo semejante en el uso doméstico.
Las mascarillas de tela reutilizables se deben lavar antes de guardarlas. Se puede usar la lavadora, con agua a una temperatura de entre 60º y 90º y un ciclo normal.
Otra opción es introducirlas en una dilución de una parte de lejía por cincuenta de agua tibia, durante 30 minutos, aunque no es apto para todos los modelos de mascarillas porque se degrada la capacidad que tienen para filtrar el aire. Además, después hay que lavarlas de nuevo con agua y jabón para eliminar la lejía y dejar secar antes de guardarlas.
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