La Comisión Europea avisa sobre el rastreo de móviles por el coronavirus: los usuarios deben tener el control
Bruselas insiste en que la instalación de cualquier aplicación relacionada con la pandemia debe ser voluntaria
La privacidad y el uso limitado de datos deben ser prioritarios
La Comisión aconseja el uso del Bluetooth para localizar posibles contactos de riesgo
Informe del INE sobre la movilidad de los españoles durante el confinamiento
Son muchos los países que están recurriendo a la tecnología y a los teléfonos móviles para intentar controlar la propagación del coronavirus. En Europa, son varios los Estados que han desarrollado aplicaciones y otras herramientas para analizar tendencias de expansión de la pandemia o, como en España, la movilidad de los ciudadanos.
Ante el posible abuso que algunas de estas tecnologías pueden suponer, la Comisión Europea ha publicado unas directrices para los Estados miembros que las estén utilizando o vayan a hacerlo.
En el documento, de 14 páginas (PDF, en inglés), la CE insiste en los dos principios por los que deben regirse los Estados: la privacidad y el uso limitado de los datos personales.
Y, junto a ellos, un tercero: la instalación de cualquier aplicación que permita el seguimiento de los movimientos y los contactos con otras personas debe ser voluntaria. No se puede obligar a nadie a instalar nada contra su voluntad ni se le puede castigar por no hacerlo. En esas aplicaciones el usuario debe, además, dar su consentimiento explícito para las distintas funcionalidades, incluido el compartir datos. Unos datos que deben ser por supuesto cifrados y que las autoridades podrán recopilar y procesar durante el tiempo imprescindible, no más. Las apps en cuestión deberán, por otra parte, desactivarse cuando la crisis sanitaria haya pasado.
¿Cómo serán las aplicaciones?
La Comisión Europea ha elaborado, en colaboración con los veintisiete, un paquete de herramientas que ha puesto a disposición de los desarrolladores para trabajar en las distintas soluciones que, de forma particular o pública, se están poniendo en marcha por todo el mundo.
Al igual que se ha hecho en países como Singapur, también Bruselas apuesta por emplear el Bluetooth para detectar y evaluar de forma más precisa los contactos entre personas sin poner en riesgo la privacidad. La app podría alertar a un usuario de que ha estado en contacto con un infectado por coronavirus y así podría acudir a las autoridades sanitarias.
Estos programas, indica la Comisión, deberán ser interoperables en toda la UE para que los ciudadanos estén protegidos incluso cuando crucen las fronteras y deberán basarse en directrices epidemiológicas aceptadas, reflejar las mejores prácticas en materia de ciberseguridad y accesibilidad y, sobre todo, ser seguras y eficaces.
La funcionalidad de seguimiento de contagios podría podría completarse con cuestionarios de autodiagnóstico -como las que ya incluyen algunas aplicaciones publicadas por varias comunidades autónomas (incluida Andalucía) o incluso el propio Ministerio de Sanidad-, alertas personalizadas o un "foro de comunicación entre médicos y pacientes de aislamiento voluntario".
Las directrices consensuadas por los Estados miembros, con el apoyo de la CE, insisten en que el uso de aplicaciones móviles de rastreo debe ser voluntario y anónimo, y siempre respetando la privacidad de los ciudadanos y las leyes de protección de datos. Y los usuarios siempre deberán "conservar el pleno control" de sus datos personales.
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