Llamaradas solares: qué son y por qué podrían suponer un peligro para la Tierra
Sevilla/¿Qué está sucediendo con nuestro sol? El 11 de julio a los observatorios les llamó la atención una rareza en nuestro sol: una región de la atmósfera solar muestra algunas manchas. Esto es debido a un aumento imprevisto de su brillo ultravioleta y de rayos X.
Según National Geographic, "Las llamaradas o fulguraciones solares son, junto a las eyecciones de masa coronal del Sol, las explosiones más potentes que pueden observarse en el sistema solar".
Nuestro Sol está compuesto por gases que están cargados con electricidad. Estos gases generan gigantescos y poderosos campos magnéticos y además, están en contante movimiento, lo que puede ocasionar que se enreden y se retuerzan estos campos magnéticos, creando una gran actividad en su superficie: a esto lo conocemos como actividad solar, la cual varía dependiendo de la etapa del ciclo solar en la que se encuentre nuestra estrella.
En 1843, el astrónomo alemán Heinrich Schwabe, definió estos ciclos como algo que se da cada 11 años y por los cuales se produce la inversión del campo magnético del Sol y además, también influyen en la creación de manchas solares. "Las líneas del campo magnético cerca de las manchas solares a menudo se enredan, entrecruzan y reorganizan", lo que a veces puede llegar a ocasionar explosiones conocidas como llamaradas solares y se trata de las explosiones más grandes que conocemos en nuestro sistema solar.
Y sin son las explosiones más grandes conocidas en nuestro sistema solar ¿por qué no han destruido nuestro planeta Tierra?
Esto se debe al trabajo de nuestra atmósfera y magnetósfera, que actúan como un escudo natural, absorbiendo esta radiación. Esto ocasiona que los efectos de las llamaradas solares no sean mortales para el ser humano, aunque sí son dañinas para nuestra tecnología. Los estudios de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de EEUU han demostrado que durante una llamarada solar, los satélites, el transporte aéreo, sistemas eléctricos de telecomunicaciones y sistemas de navegación, pueden verse gravemente afectados. Por lo tanto, una fuerte llamarada solar podría acabar con la vida tal y como la conocemos actualmente a nivel tecnológico.
Aun así, gracias a los grandes avances científicos se han descubierto formas de monitorizar la actividad solar, lo que permite prevenir los terribles efectos de las llamaradas solares.
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