¿De qué estaba hecho el Blandi Blub?
La generación que veía 'El circo de TVE' y 'Mazinger Z' descubrió este viscoso lanzamiento de Congost que fue el juguete de moda en los veranos de principios de los 80
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¿Para qué servía el Blandi Blub? Si había que buscarle utilidad, para poco, Es decir, no servía para nada. Ni siquiera los niños de finales los 70 y principios de los 80 cultivaron alguna habilidad gracias al moco verde de juguete que deleitaba espachurrándolo con las manos, sacándolo de su recipiente (un cubo de la basura en miniatura) y dando asco a las visitas. Nada más. Y nada menos. Para eternos veranos cuando la televisión, ocio habitual, se cortaba a media tarde, no había nada como experimentar con los mocos mientras los padres y abuelos intentaban conciliar la siesta.
En España la juguetera Congost, que sacó el invento estadounidense, lanzó el Blandi Blub que en el resto del mundo es conocido como Slime. En España aún se 'españolizaban' las patentes foráneas para no tener que recurrir a términos difíciles o extraños de pronunciar. La textura del moco era tentadora. Un juguete que en el año de Mazinger Z, 1979, constaba 99 pesetas, lo que al cambio serían unos 7 euros. Una pastosa ganga para llenar la casa con restos de mucosidad.
Aunque era considerado "juguete", el Blandi Blup no nació por supuesto con esa intención. La sustancia de la que estaba hecho se experimentó en plena Segunda Guerra Mundial. En 1943 el ingeniero escocés James Wright investigaba para presentar un sustituto sintético del caucho natural para los neumáticos de tantos vehículos. La sustancia era pegajosa y maleable, pero no tenía la consistencia necesaria para crear piezas con ella. En dicha investigación mezcló ácido bórico y aceite de silicona para buscar ese sustituto para correajes y gomas para los coches. No servía para darle forma de rueda pero era una sustancia plástica que recuperaba su forma.
Tras las necesidades prioritarias de la guerra, en 1949 Peter Hodgson patentó la adaptación de dicha sustancia para convertirla en una especie de plastilina que pudieran usar los niños. En principio fue vendida en pequeños huevos de plástico bajo el nombre de Silly Putty. En 1976 el invento se convertía en fenómenos internacional a través de la juguetera Mattel que lo convirtió en Slime y con el cubito de basura que le daba un tono de humor. Congost al aplicar la franquicia lo llamó Blandi Blub manteniendo todo el marketing de fotos divertidas de niños embarullados con la masa pegajosa. Los pequeños de la EGB querían emular a las fotos de los anuncios. Mattel y Congost vendían el Blandi Blub como juguete en sí y lo incorporó también a otras líneas de juego como los muñecos de Las Tortugas Ninja y los Masters del Universo.
El Blandi Blub tuvo su tiempo de euforia y de entusiasmo infantil hasta que con los años se hizo costumbre y todo eran molestias: se deterioraba rápidamente y además de menguar se llenaba de suciedad y no era suficiente enjuagarlo con agua y jabón. Manchaba las telas de la ropa y la familia se enfadaba.
¿De qué estaba hecho, entonces aquel Blandi Blub de la infancia de los años 70 y 80'
Pues era una sustancia compuesta por ácido bórico como elemento base; aceite de silicona como emulgente que convertía la sustancia en sedosa (y atractiva) y colorantes para darle por ejemplo ese tono inicial de moco verde fosforescente, profeta del Acid House. A la fórmula se le añadían polímeros y glicerina en distintas proporción para darle más elasticidad.
El Slime se sigue fabricando y hay tutoriales en youtube para emularlo. Quien sabe si cualquier día se pone de nuevo de moda como juguete convencional.
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