Si David Broncano no es el primo tonto de Pedro Sánchez, lo parece

Opinión

El arranque de 'La Revuelta' aprieta su humor hasta la insolencia innecesaria cuando tiene la responsabilidad de conseguir audiencia para RTVE. Lo mejor, la elección del invitado

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Francisco Andrés Gallardo - Jefe de sección de Vitally

10 de septiembre 2024 - 01:56

David Broncano se ha estrenado excesivo, demasiado excesivo, y fiel a sí mismo, en TVE. Es decir, anda sobrado tela y no está dispuesto a ser dirigido ni aunque esté en una cadena pública y con una misión específica y complicada: aportar audiencia a La 1. Para los paupérrimos datos de seguidores que La resistencia acumulaba en Movistar Plus + ha preferido sacrificarse ya como mártir de su humor y de su estilo. Si no fuera porque nos va a costar 28 millones de euros, sí o sí, La Revuelta sería sólo una broma. Un mal programa que llega a una cadena que necesita, y sobre todo se merece, estar por encima de los dos dígitos. El estreno (recortando 20 minutos al Telediario 2, qué desprestigio de estrategia de programación) ha sido de pegarse un tiro en el pie, como Froilán, aludido a los pocos minutos. Y es un proyecto muy caro que va a ser un lastre para las cuentas de RTVE porque, tememos, llegará un momento en que no se sabrá qué hacer con las decenas de entregas que queden pendientes de producir y programar.

El único resquicio que se mostró en el formato de El Terrat de este lunes fue el invitado: un invidente campeón mundial de surf adaptado, vasquísimo y con guasa inteligente, Aitor Francesena. Un invitado ejemplar y bien elegido. Y diferente al de El Hormiguero, donde estaba una Victoria Federica en proceso de aprendizaje de estrella mediática. Al abrigo de la productora de Pablo Motos, Siete y Acción, va tomando experiencia, pero se le esperaba más soltura.

Pero antes de que la sobrina del Rey y hermana de Froilán apareciera por Antena 3 a Broncano ya le dio tiempo en su cuarto de hora de ventaja presentarse dando dolor de cabeza, ensancharse en sus impertinencias y labrarse todas las críticas posibles de sus detractores. Broncano dice que no es el "primo tonto" enchufado por el presidente Pedro Sánchez, pero lo parece. Sobre todo cuando cree que los que han criticado su costoso e innecesario fichaje de RTVE son fachas, señoros y cuñados. Sus voceros y boyeros le jalean.

David Broncano con su primer invitado en 'La Revuelta', el surfista ciego Aitor / RTVE

Es una irresponsabilidad contratar un formato así, tan incierto y tan de nicho, por tantísimo dinero, 28 millones de euros, 87.500 euros por noche. Y en un teatrillo. Lo que se ha firmado con Broncano no se ha firmado con nadie: una contratación a toda costa, con víctimas políticas, recortando el informativo estelar de la cadena. Aceptando su casi nula y floja promoción. Aguantando insolencias y trabajar poco. Todo ello por exigencias de alguien. ¿De quién? Sólo hay que leer las cansinas defensas por papel, web y éter de los medios más afines al Gobierno. La defensa de un aparatoso y ruidoso show, de registros chabacanos y de un tipo que no, que no tiene gracia. Tiene gracia Jorge Ponce. Grison, tampoco. Aunque se ponga en una teta dibujado al pte. y en la otra a Pablo Motos, odiado desde hace lustros en las redes sociales, para que parezca que La Revuelta es divertidamente equidistante, porque larga a diestro y a siniestro. La Revuelta fabrica la escatología molona y el chiste fácil. Y si no hay ingenio, se lanza un tirito a la familia del Rey, como Froilán. Wyoming y su gente en El intermedio, puestos a escoger, llevan ya casi veinte años haciéndolo mejor, con más talento y con enfoque más implicado. Si la intención es irritar a los diputados de la oposición, para que parezca que todos los críticos de Broncano son intolerantes, de piel fina y reaccionarios, La Revuelta no es un programa necesario precisamente en una cadena pública que merece tener espacios que la prestigien, no que la ensucien políticamente. Late Xou, con las mismas premisas, sí es un honroso y divertido baluarte para La 2.

A RTVE no le hace falta este formato traído de Movistar Plus + que hace tiempo ya no veía absolutamente nadie. Ellos mismos aseguran que son "la misma mierda". Pues es casi indecente, aunque sabemos que es guasa, que con tal coste hagan ufanía de fabricar un programa horrendo. El que saben hacer. Y lo hacen mal. También es mala su premeditada puesta en escena cutre. Ya a finales de los 80 se hacía en la tele del monopolio algo parecido en aspecto y contenido, pero mucho mejor, Plàstic, con el futuro director de Gestmusic, Tinet Rubira.

En la cadena pública se debió supervisar con más exigencia el nacimiento de este proyecto de La Revuelta, por el precio que ocasiona y su incidencia en los datos de La 1. Ese sentimiento de impunidad con que se mueve Broncano (incluso en la aparición en el Telediario, poco antes, en una no-entrevista de Carlos del Amor) nos habla entre líneas de una protección inusitada. Les protege alguien que creía que con esta mancha de insolentes lo de derribar a Pablo Motos sólo iba a ser cuestión de tiempo. No lo harán. Hay una sospecha de caradura en la apariencia de este programa que presume de provocar. Este no va a ser el camino.

David Broncano dice que no es el primo tonto de Pedro Sánchez, pero sí cree en el fondo, él y los suyos, que los demás somos tontos. Y fachas. Sobre todo si no le entendemos y no le reímos. Y mientras los fachas, es decir, más del 90% de la audiencia, se olvida de sintonizar La 1, a hurtadillas se van a embolsar la millonada hipoteca de una cadena pública que no levanta cabeza. Ni la va a levantar. No tengas la menor duda, como dice Juan Carlos Rivero.

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