¿Quieres ver las habitaciones de la Alhambra donde se hospedó Washington Irving?

Lo podrás hacer durante diciembre

El monumento abre de manera excepcional las conocidas como Habitaciones del Emperador, cuyas paredes fueron pintadas por discípulos de Rafael

Una de los espectaculares espacios de las Habitaciones del Emperador.
Una de los espectaculares espacios de las Habitaciones del Emperador. / G. O.
R. C.

30 de noviembre 2019 - 14:02

Granada/En uno de sus cuartos, cuenta la leyenda, Carlos I de España y la emperatriz Isabel de Portugal engendraron a Felipe II. El escritor norteamericano Washington Irving también se hospedó en algunas de sus "románticas estancias". Hablamos de las celebradas Habitaciones del Emperador, que el Patronato de la Alhambra y el Generalife abrirá de manera excepcional al público durante el mes de diciembre.

Así, los visitantes podrán acceder cinco días a la semana durante el próximo mes a este significativo espacio, conocido también como las Habitaciones de Washington Irving en referencia al autor de los famosos Cuentos de la Alhambra. El diplomático se alojó en la Sala de las Frutas en 1829. Del monumento dijo: "Nunca encontraré una morada tan de mi agrado, ni que se adapte tanto a mis gustos y costumbres".

El origen de las Habitaciones del Emperador

Cuando el emperador Carlos V visitó Granada en 1526 quiso alojarse en la Alhambra, por lo que se habilitaron unos jardines situados entre el palacio de Comares y el de los Leones, que lindaban con la muralla norte, para adaptarlos como habitaciones del Emperador y recibieron destacados elementos decorativos. Se accede a ellas por una puerta abierta, que anteriormente fue ventana, en la alcoba izquierda de la sala de Dos Hermanas.

Las habitaciones se construyeron en época cristiana, en lo que era conocido como El Prado y cerca de la Sala de las Dos Hermanas, y se enmarcan en la adecuación del palacio islámico a sus nuevos usos cristianos aunque algunos investigadores han señalado unas posibles intervenciones en la época de los Reyes Católicos.

Las nuevas salas se organizaron por medio de un corredor internamente comunicado y en torno a un patio irregular, y en estas habitaciones y sus dependencias contiguas se encuentra uno de los programas iconográficos más destacados del Renacimiento español.

La primera estancia, el despacho del Emperador, conserva una chimenea y un artesonado, realizado en 1532 por Pedro Machuca y, a continuación, presenta una antecámara por la que se accede a los dormitorios reales. Sobre la puerta luce una placa de mármol colocada en 1914 en recuerdo a Washington Irving. Julio Aquiles y Alejandro Mayner, discípulos de Rafael y Giovanni de Udine, fueron los encargados de pintar las paredes de estas estancias entre 1535 y 1537.

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