El antiguo mercado árabe de Granada perfecto para visitar en verano

Turismo

Estrechas calles llenas de diversos negocios en los que encontrar artesanía típica de Granada

El pueblo de la costa más bonito según un conocido portal turístico

El antiguo mercado árabe de Granada perfecto para visitar en verano
El antiguo mercado árabe de Granada perfecto para visitar en verano / Granada Hoy
Cristian Castro

09 de agosto 2023 - 20:22

Granada/Hay calles de Granada que por su construcción son más propicias para visitar si se está pasando unos días veraniegos en la capital nazarí. Y es que Granada cuenta con zonas históricas y sorprendentes que asombran tanto a recién llegados como a turistas de paso. Así, situado en el centro histórico de Granada, junto a la plaza Bib-Rambla, la Capilla Real y la Catedral, está la Alcaicería de Granada. Se trata de un entramado de callejuelas llenas de pequeñas tiendas artesanales y de recuerdos. Las decoraciones que hay por las vías hace recordad que se camina por un antiguo zoco o mercado árabe.

El nombre viene directamente del árabe, siendo originalmente al-qaysariya, palabra que designa a una institución comercial y a los diferentes edificios que lo componen. Este mercado era cerrado y estaba bien protegido. Aquí se comerciaba con mercancías de alto precio como la seda, objetos de plata, orfebrería o bellos ropajes. Esto significaba que fuera de este lugar estaba prohibido la venta de estos materiales.

Se fundó en el siglo catorce y para acceder había que atravesar nueve puertas que por la noche se cerraban para mayor protección. Tras la Reconquista se mantuvo mediante el mandato un gobierno cristiano que asignaba a señores de la nobleza y un gobernador para residir en el interior. El lugar lo dividieron en dos partes: una con la aduana y demás oficinas y otra para las tiendas de comercio, principalmente de seda, y las distintas lonjas.

Dos siglos después contaba con casi 200 pequeñas tiendas en su interior en el que se seguían vendiendo todo tipo de mercaderías. La seguridad incrementó, teniendo vigilantes nocturnos que usaban perros e instalaron rejas para evitar robos.

Con el paso de los años, el valor de la seda, que era uno de los principales materiales con el que se comerciaba, fue cayendo, haciendo que muchos de los negocios dejasen de estar abiertos. Esto hizo que acabasen instalándose nuevos negocios que no tenían nada que ver con la seda ni con los materias de alto precio. Y así perduró hasta nuestros días en el que sigue existiendo un gran número de tiendas apostadas en estas calles pero con una mercancía muy diferente.

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