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David Fernández
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Granada/Los investigadores Diego Romero-Ávila y Daniel Oto-Peralías, de la Universidad Pablo Olavide de Sevilla y la Universidad de St. Andrews (Reino Unido), respectivamente, han publicado un estudio sobre los efectos de largo plazo que tuvo la frontera de Granada sobre la desigualdad histórica en Andalucía. Esta investigación ha sido publicada en la revista Journal of the European Economic Association y fue presentada en la conferencia de la Royal Economic Society (Manchester 2015, Reino Unido).
Los resultados del proyecto de investigación muestran que perviven en Andalucía consecuencias de la frontera de Granada. Las necesidades defensivas derivadas de la existencia de la frontera con el Reino Nazarí dieron lugar a la concentración de la propiedad de la tierra y del poder político en manos de la nobleza. Este hecho supuso el punto de partida de la alta desigualdad que ha caracterizado desde entonces a gran parte de la geografía andaluza, concluyen los investigadores.
Para llegar a esta conclusión, los autores comparan los municipios del lado castellano de la frontera con los del lado granadino. Por una parte, el lado castellano se organizó y repobló como región fronteriza, circunstancia que marcó el carácter de la Andalucía castellana desde la segunda mitad del siglo XIII hasta finales del XV.
La inseguridad militar y las necesidades defensivas hicieron que la nobleza y las órdenes militares acapararan grandes extensiones de tierra. Otros factores como la baja densidad de población característica de este tipo de regiones fronterizas inseguras y la expulsión de los mudéjares también contribuyeron al alto grado de concentración de la tierra y el poder político en el lado castellano.
Por otra parte, la repoblación y organización política del antiguo Reino de Granada siguieron derroteros muy distintos. Ello se debió a que, una vez conquistado el Reino Nazarí por los Reyes Católicos, el fenómeno de la frontera cesó de existir. La repoblación del nuevo territorio conquistado no se vio afectada por las dinámicas de una región fronteriza, y, en consecuencia, la nobleza jugó un papel más secundario en el control de este. La distribución de la tierra terminó siendo más igualitaria y se crearon menos señoríos, indican desde la Universidad Pablo de Olavide.
La comparación de los municipios del lado castellano (aproximadamente las actuales provincias de Córdoba, Cádiz, Huelva, Jaén y Sevilla) con los del lado granadino (aproximadamente las de Almería, Granada y Málaga) evidencia una mayor desigualdad de la tierra, mayor concentración de rentas y más poder de la nobleza en el primer grupo.
La parte central del análisis se centra en los municipios localizados a 25 kilómetros a cada lado de la antigua frontera. De esta manera, la comparación se basa en municipios geográficamente muy parecidos. De hecho, el análisis estadístico realizado muestra que no existen diferencias significativas entre ellos en variables geográficas y climáticas. Sin embargo, sí existen diferencias significativas en variables de desigualdad.
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