Notas al margen
David Fernández
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La paella. Ese plato tan internacional que se pronuncia con mil acentos, todos los de las nacionalidades que visitan nuestro país y que tienen como requisito indispensable el probar esta receta icónica de la dieta mediterránea. Aunque la receta de su zona de origen, Valencia, es muy canónica y, para muchos, inflexible, el plato se ha universalizado tanto que, en cada cocina y en cada casa, la paella se hace se una forma muy particular. Puede ser de pollo, de conejo, vegetariana, de pescado, marisco, cerdo... cualquier cosa le queda bien a este arroz.
Hay también un mito, un dicho popular, que sostiene que es 'peligroso' comer paella fuera de casa, porque es complicado encontrar lugares donde el punto del arroz, el sabor y sus características básicas se comparen con las que consiguen las manos amorosas que la elaboran en una cocina casera. Bien, esa leyenda, aún con cierto criterio que la respalda, cada vez queda más desmontada.
Cada día aparecen más establecimientos donde la paella es uno de los platos fuertes de la carta o bien, incluso, es su reclamo principal y especialidad. Hoy, 20 de septiembre, se celebra el Día Mundial de la Paella y vamos a hablar del que es, según The Fork, el mejor restaurante para comerla.
La mejor paella de Granada, según el portal, se puede probar en un restaurante con solera. De esos que huelen a comida casera desde metros antes de llegar a su puerta. Se trata del Carmen de San Miguel, 'escondido' entre el hotel Palace y el Carmen de los Rodríguez Acosta y justo lindando con las recién renovadas Torres Bermejas.
En lo que a paella se refiere, su carta recoge dos tipos: la vegetal de espárragos, habas y alcachofas, y la mixta de pollo, pescado y marisco. Ambas tienen un precio de 22,50 euros por persona y para pedirla, minímo se necesita una pareja.
También añaden a su carta de arroces el arroz seco de picadillo de chorizo, setas y queso de cabra gratinado; la fideuá de calamares con gambas y sepia acompañado de alioli y la llamativa cazuela de la sierra con conejo, patatas y arroz. Todos ellos con un precio igual al de las paellas.
Los únicos arroces que se pueden pedir de forma individual son el cremoso de setas y rúcula con perfume de trufa y el arroz meloso de pulpo y judiones. El primero cuesta 22,50 por persona y el segundo, 28 euros por persona.
Su "pequeña carta" como ellos mismos la llaman contiene, dentro de los platos principales, un desfile para carnívoros. Desde el corte de tira pajuna a la brasa, el de vaca madurada a la parrilla, el cochinillo confitado a la vainilla, el corte ibérico a la brasa, la paletilla de cordero segureño o el codillo asado a la cerveza.
También hay opciones para los que disfrutan más de los productos del mar. El Carmen de San Miguel cuenta con pata de pulpo asada sobre puré de coliflor, bacalao en tomate con calabaza y ventresca de atún asada.
Para compartir o abrir boca, por otro lado, el restaurante ofrece desde puntillitas de calamar, pasando por ravioli de morcilla, canelón de berenjena y queso de cabra, steak tartar de vaca vieja, croquetas de cocido, ensaladilla rusa de chorizo y encurtidos o mini pastelas de cordero.
Por otro lado, este establecimiento apuesta por un menú gastronómico de siete platos con un precio de 60 euros por persona o, añadiendo el maridaje de 5 vinos, con un precio de 80 euros.
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