El dulce sabor de El Sol

El Sol brilla con fuerza en su centenario. Las pastelerías que fundaron José Castillo y Matilde Sáez en 1917, impregnan los rincones de la ciudad donde se encuentran de tradición y sacian el apetito con el buen gusto de un sabroso café acompañado de un dulce de elaboración artesanal. En estos cien años los establecimientos que ostentan la filosofía del sello El Sol han ido aumentando, hasta contar con tres cafeterías propias, y una en régimen de franquicia, que abrió ahora hace apenas un año.

Esta última, ubicada en el barrio de los Alminares y regentada por Beatriz Rodríguez - quien ha trabajado con la familia de El Sol, codo con codo, durante más de diez años, lo que la convierte en una fiel seguidora de esta casa-, es un buen lugar donde hacer una parada para coger fuerzas, a cualquier hora del día. Atendida por Beatriz; su hija, Andrea; su sobrino, Paco y Amanda, una amiga de la familia, el servicio es bastante bueno. A esto cabe sumar el buen ambiente del local, que además cuenta con una terraza abierta durante todo el año. Así como la calidad de sus productos procedentes del obrador de las pastelerías El Sol, "poco puedo añadir al trabajo artesanal bien hecho de esta casa: la textura de la crema y el inconfundible sabor del chocolate de sus pasteles, la suavidad del bizcocho de sus tartas o el aroma de sus tradicionales dulces", indica Beatriz Rodríguez. Entre las especialidades a probar en estas confiterías se encuentra el mousse de chocolate, con crema y azúcar tostado, más conocido como Cecilio.

Beatriz Rodríguez se muestra muy contenta con la zona y agradece la "excepcional acogida que ha tenido su cafetería en el barrio". Ahora solo es cuestión de disfrutar con el dulce sabor de El Sol.