Empieza la instalación de la Noria en el Congresos: la Navidad llega a Granada

Hay unos cuantos hitos que señalan que la Navidad se hace carne en Granada. Las luces del Corte Inglés, un clásico entre los clásicos; el árbol gigante del Nevada que nos ha entretenido desde hace varias temporadas; los puestos de Bib-Rambla, algo ancestral en la mente del granadino y granadina y, desde hace no muchos inviernos, las nuevas incorporaciones: la ciudad de la Navidad (atracciones de temática navideña para niños), la pista de patinaje sobre hielo (para todos, pero en especial para los más pequeños) y la noria mirador, que desde hace años atrae a todos los públicos aunque, en especial, a adolecentes y jóvenes.

La tercera de sus ubicaciones

A poco más de un mes de las Fiestas, Granada se empieza a engalanar de rojos, ocres y lucecitas y una de las atracciones que traen la Navidad empieza a coger altura. La noria mirador está comenzando a ser montada en la explanada del Palacio de Congresos, la tercera de sus ubicaciones a lo largo de los años.

Esta gran mole de casi 50 metros de altura repite temporada en esta ubicación tras pasar por el Paseo del Salón, frente a las Titas, y por la plaza del Humilladero. Es cierto que cuando se colocaba en cualquiera de las dos, la sensación espacial era algo angosta. Se trata de dos vías de paso muy concurrido, además, en las Fiestas por la colocación de los puestos navideños de la Carrera de la Virgen así como de la ciudad-poblado de la Navidad en el Salón.

El traslado de la noria indiscreta

Aún no se conoce la fecha de apertura de la noria, aunque su instalación no suele ser muy dilatada en el tiempo. Tampoco ha trascendido durante cuánto tiempo se mantendrá abierta en el Congresos, dado que el año pasado el permiso de estancia fue prorrogado a la empresa por el Ayuntamiento de Granada hasta la primavera.

En cualquier caso, el de mantener una noria perpetua, como en Málaga, es un proyecto que ha dado muchas vueltas por el Ayuntamiento de Granada y nunca acaba de consolidarse.

Aunque siempre hay quien se queja, la atracción no parece acarrear muchas molestias en esa ubicación, algo que no ocurría cuando se instaló por primera vez en el Paseo del Salón, cuando levantó las protestas de los vecinos de la zona por verse dañada su intimidad (desde la noria se veían las ventanas a nivel de ojo, decían), así como por estar en un espacio Bien de Interés Cultural protegido. Protesta que, en ese caso, debería extenderse también al poblado navideño y a la pista de hielo, colocados ambos en la misma vía.