Escapadas de un día: Valle de Lecrín, la comarca de los cítricos y las culturas
Un paraíso verde a pocos kilómetros de la Costa Tropical y bajo las faldas de Sierra Nevada que guarda en sus depresiones siglos de historia y preciosos parajes a escasos minutos de Granada
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En 'Escapadas de un día' se darán las claves para una excursión de ida y vuelta a un punto o zona de la provincia de Granada. En las siguientes líneas se propondrán planes, se recomendarán excursiones y visitas culturales. Se descubrirán los secretos del lugar, sus leyendas y, además, se señalarán los bares o restaurantes más populares para comer.
En esta primera etapa, la brújula señala al Valle de Lecrín, un paraíso verde a pocos kilómetros de la Costa Tropical y bajo las faldas de Sierra Nevada que guarda en sus depresiones siglos de historia y preciosos parajes.
Caminar por el Valle de Lecrín, en su enorme extensión, significa dar pasos sobre los siglos. Cuenta con 8 municipios: Dúrcal, Albuñuelas, El Valle (formado por Melegís, Restábal y Saleres), Lecrín (que comprende Acequias, Béznar, Chite, Mondújar, Murchas y Talará), Nigüelas, Padul, El Pinar (con Ízbor, Pinos del Valle y Tablate) y Villamena (con Cónchar y Cozvíjar). El área total de la comarca es de aproximadamente 460 Km2.
Siglos de moradores
Dado su posicionamiento estratégico, que linda con la Sierra, la Vega y la Costa, además de su fertilidad que desemboca en ese verde fulgurante que atraviesa la vista desde el primer momento, muchos pueblos decidieron asentarse en sus suelos mientras que, otros, recorrían sus caminos al ser zona de paso entre tierrras. Almohades, nazaríes y después, moriscos y cristianos viejos que llegaron a repoblar esta comarca tras la conquista de Granada, fueron moradores del Valle.
Un poblado en las alturas
De hecho, uno de sus grandes atractivos históricos y arqueológicos se remontan al final de la historia almohade y el comienzo de la nazarí. Se trata de El Castllejo, frente a Guájar Faragüit y cerca de Guájar Fondón, un antiguo poblado fortificado datado entre los siglos XIII y XIV de grandes dimensiones (120 metros por 130) al que se accede solamente a pie tras una bonita ruta y en muy buen estado de conservación. Se puede observar perfectamente el trazado de sus calles y la distribución de sus casas.
Qué ver en el Valle de Lecrín
Como se ha citado antes, el Valle tiene una gran extensión y, en cada una de sus localidades, se esconden tesoros naturales o históricos. Decenas de lugares que merecen ser vistos aunque, en esta entrega, se hará mención de los más simbólicos como punto de partida para empezar a conocer la comarca.
Para estos días de altas temperaturas, nada como pasar por el embalse de Béznar para refrescarse y probar las actividades acuáticas que ofrece, como navegar en catamarán, vela o kayac. Si lo que se prefiere es un paseo donde el perfume de los árboles frutales invada los sentidos, la ruta del Azahar, entre Melegís y Saleres, es un plan idóneo.
Sin salir de la naturaleza, aparece otros dos paseos bellos e interesantes. La ruta por el barranco de Luna en Saleres lleva a sus visitantes a un auténtico tesoro natural y, por otro lado, aparece uno de los iconos del Valle, la Laguna del Padul. Esta zona natural protegida es una auténtica belleza a la vista y una joya de la biodiversidad que se recorre a través de la Ruta del Mamut.
También en este término municipal está la Piedra Ventana, a la que se accede desde la Silleta del Padul, una enorme roca excavada naturalmente por la erosión en su centro que logra impresionar a quien la visita.
En Dúrcal, y cambiando de tercio hacia una obra de ingeniería civil muy interesante, llegamos al Puente de Lata, diseñado por uno de los discípulos de Eiffel y que sirvió durante más de 50 años como paso del tranvía de Granada.
Multiculturalidad entre limoneros y naranjos
Comer en el Valle, en cualquiera de sus zonas, siempre es un agasajo al paladar. Su tradición multicultural da a su gastronomía un toque especial que lo hace ser conocido en la provincia. Entre sus platos típicos están el choto al ajillo, la calabaza al ajoarriero, el remojón de naranja o el conejo en salsaalmohade. Restaurantes como el Garví o la Venta Natalio dan buena cuenta de la tradición de la comarca.
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