¿Qué se esconde bajo la Alhambra de Granada?

Pasadizos subterráneos, refugios, silos, caballerizas, mazmorras y conductos se esconden bajo el suelo del recinto nazarí.

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la Alhambra es el monumento más visitado de España. / G. H.

La ciudad de Granada, por su dilatada historia, conserva en su subsuelo la huella de aquellas antiguas civilizaciones que poblaron y construyeron la ciudad. A lo largo de los siglos, estos pueblos fueron diseñando pasadizos subterráneos, refugios, silos, caballerizas, túneles y conductos. Lugares y rincones llenos de historias y secretos. Muchos de ellos se esconden bajo el suelo de la Alhambra, el monumento más visitado de España. También el Palacio de Carlos V tiene estructuras muy similares que tuvieron la misma función de facilitar una huida o albergar cautivos.

Debajo de la colina roja sobre la que se asienta al magistral monumento, se esconde todo un entramado de oscuros y estrechos pasadizos. El Patronato los tiene catalogados y trabaja para su conservación y estudio. Se encuentran en diferentes niveles de la arquitectura y no están abiertos al público, ya que no resistirían el volumen de visitantes que soporta a diario el monumento. Estos pasillos sólo se visitan en circunstancias excepcionales.

En la zona de la Alcazaba lo que predominan son los silos y las mazmorras. Los primeros servían para guardar los alimentos, fundamentalmente grano y semillas, además de diferentes utensilios. Los segundos eran los habitáculos en los que se encerraba a los cautivos. En la mayoría de los casos se trata de grandes oquedades en el suelo de las que es imposible salir sin unas escaleras. De este modo, la huida del apresado era imposible y no era necesario someterlos a una vigilancia permanente.

En la parte de arriba de la Torre de Comares, la mayor de la Alhambra con 45 metros de altura, se encuentra el Salón del Trono. Debajo de esta sala, en el subsuelo hay una serie de espacios para la guardia personal del Sultán donde los soldados se comunicaban y desarrollaban estrategias para defender la vida de su señor.

También por encima del muro Adarve, conocido como El Paso, hay un pasadizo de guardia que se reconvierte en túnel en la zona de los palacios nazaríes, atravesando torres y recintos arquitectónicos siguiendo la línea de la muralla. Existen túneles que conectan la Alhambra con la ciudad, en concreto con campos abiertos donde se practicaba la cetrería, de la que eran seguidores los habitantes de los palacios de la Alhambra, lo que hace pensar que fueran empleados para llegar allí sin correr el riesgo de salir de la ciudad amurallada.

Uno de los últimos majestuosos secretos descubiertos en el recinto nazarí y recuperados por el Patronato en 2018 son los restos arqueológicos del silo-mazmorra Grande del Secano, una galería subterránea que sirvió para encerrar a cautivos y también como un almacén para multitud de objetos. Con una profundidad de ocho metros de altura y una galería de unos 20 metros de longitud, la de Grande del Secano es una de las veinte mazmorras que se han localizado en los subterráneos de la Alhambra y que atestiguan los siglos de historia bajo sus suelos. Está situado en medio de una amplia zona que se extiende desde la Torre del Agua hasta el lugar donde estuvo emplazado el palacio de Abencerrajes.

Estas galerías servían para encerrar a los cautivos, a los que se descolgaba con cuerdas por el hueco central. En general, tenían forma de cuello de botella y la mayoría de las que se han encontrado en la fortaleza nazarí conservan en su interior pequeños espacios radiales, separados por ladrillos, que servían a los cautivos para recostarse como camastros independientes.

El espacio central, a cielo abierto, solía tener desagüe y se marcaba en el suelo. También, estos espacios subterráneos tuvieron otra utilidad y fueron usados como silos, almacenes o contenedores para multitud de objetos, granos, especias, entre otros productos.

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