La explosión del molino de pólvora nazarí que casi destruye la Alhambra y el Albaicín: 700 años de pólvora en Granada
VIVIR GRANADA | 'INVENTANDO LA PÓLVORA'
Comienzo de la historia de Granada como cuna de la fabricación de la pólvora en Occidente
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Una gran explosión en las faldas de la Alhambra de un molino nazarí de pólvora en el año 1590, que casi destruye el Palacio y parte del Albaicín, fue el detonante de las largas raíces que unen a Granada y a El Fargue con los explosivos. Aunque la nafta viaja mucho más atrás en nuestra provincia, tanto, que cumple 700 años de implantación desde su primer uso y, por eso, Granada se puede considerar la cuna de la fabricación de pólvora en Occidente.
"Aunque se dice que fue en el Cerco de Niebla donde se usó la pólvora por primera vez...no es cierto, fue en Huéscar", hace 700 años. Son las palabras de Joaquín Alastrué, hombre criado en la fábrica de pólvora de El Fargue (su padre trabajaba en ella), que junto a su hermana, Pilar Alastrué, que incluso nació entre sus muros en 1953, no han querido dejar pasar la efeméride sin rendirle el merecido homenaje.
Los hermanos han creado la Asociación de Amigos de la Fábrica de pólvoras de Granada, con la que, tras recabar apoyos en instituciones como la Subdelegación de Defensa en Granada y el patrocinio de la Fábrica de Municiones está preparando una serie de actos como conferencias, visitas guiadas a la Fábrica,
exposiciones itinerantes y conciertos para dar vida a la efeméride.
Inventando la pólvora, 'made in' Gharnata
Todo ello para que Granada conozca que fue la primera en usar la pirobalística en la península y posiblemente también en Europa, según el testimonio de Ibn al-Jatib, historiador musulmán de la época, explica Alastrué en su artículo 700 años de la pólvora en Granada, sacado de su libro, Inventando la pólvora, fabricando la pólvora. El Fargue y la Fábrica de Granada, editado por la Diputación de Granada en su colección Tahás.
Venida desde Oriente, como es bien conocido, la nafta o pólvora negra una vez llegada a través de la Ruta de la Seda, fue usada por primera vez por los musulmanes en 1250 "contra el rey de Francia Luís IX, adalid de la Séptima Cruzada". Pero después llegó otro acto pionero, el mencionado cerco de Huéscar.
De este modo, cuenta Joaquín Alastrué, los "Caballeros de Santiago que defendían 'Úskar' estaban aterrorizados". Envueltas en "un humo espeso que olía a diablos, unas bolas de fuego golpeaban como rayos del cielo las torres de la fortaleza...y las derribaban", esto narra lo acaecido hace 700 años, un 14 de julio de 1324, cuando el Emir Ismail I de Granada (quinto soberano de la dinastía nazarí) cercó Huéscar.
Después de esta paliza, los Caballeros de la Orden de Santiago no tuvieron más opción que bajar "precipitadamente a rendirse a discreción". Lo que decantó el final de la batalla y la gran novedad fue que ahora se disponía del cañón, porque la pólvora ya se conocía.
Una explosión que casi destruye la Alhambra
Con este 'tesoro' en sus manos, cuenta Alastrué en su artículo, "nazaríes trataron de asegurarse este producto estratégico instalando su molino a los pies de la Alhambra y frente al Albaicín, aprovechando una acequia que transcurría paralela al río Darro, muy cerca de la Bab al-difaf o Puerta de los Tableros y cerca de lo que hoy se conoce como el Puente del Cadí".
De hecho, ahí queda aún la huella de la gran explosión de 1590 que dejó, según las crónicas, numerosos muertos, casas destruidas y desperfectos en la propia Alhambra tanto en vidrieras y carpintería, desprendiendo alicatados y causando daños estructurales que persistirán a lo largo del tiempo y por valor de 60 ducados.
En concreto, señala Alastrué, la sala de los Mocárabes se vio afectada en su zona alta. La cúpula sufrió grandes desperfectos que por no repararse en su momento llevaron a su derribo posterior y a la sustitución de un elemento singular por una bóveda elíptica de yeso.
Las voces coetáneas, señala Alastrué, relataban que "… dio la dicha casa y pólvora un grandísimo rumor y
estruendo… derribó muchas casas del contorno y parte del muro desta çiudad… An muerto muchas gentes y otras questán, a lo que se entiende, devaxo de tierra. A sido en esta ciudad caso de admiración".
Sucedió en 1590, cuando Granada ya estaba en manos de los cristianos, que tomaron posesión también del molino de pólvora, "que se convirtió en el garante de la seguridad del nuevo reino y por ello responsable de la fabricación, almacenamiento y distribución de la pólvora".
Una vez tomada la ciudad, entre las previsiones que tomaron los Reyes Católicos, acordaron que "quedaran en la Alhambra cierto número de Artilleros de las clases que expresa la relación siguiente 4 : lombarderos, un Maestre y otros 6, afinador de salitre, doce tiradores y dos herreros……de este modo quedaba constituido un pequeño parque o casa de munición (Fábrica) en la Alhambra de Granada".
En ella trabajaban moriscos, dado que eran quienes mejor conocían los métodos de fabricación. Eso sí, antes de ser expulsados definitivamente. Entonces se procedió a dar la producción de la pólvora en asiento (arriendo) a Juan Real en 1584, para garantizar el suministro en la provincia, en las plazas africanas y en la carrera de Indias.
La pólvora hecha en Granada era de tal calidad que la Casa de Contratación pedía al Consejo de Indias "la buena pólvora de Granada …" porque la que vendía en Sevilla el francés Remón Martín, "… es de muy rruin calidad para las armadas de Indias", cita el autor.
Pero en febrero de 1590 el molino, entonces conocido como la casa del polvorista, explotó.
Gran explosión y subida a El Fargue
Todo el valor y la riqueza que producía el Molino Real no podía apagarse tras la explosión. Eso sí, dados los daños que produjo se decidió que no estuviera cerca ni del Albaicín ni de la Alhambra. Aquí comienza la historia que araña el presente: el vínculo de El Fargue con la pólvora.
Fueron cuestiones prácticas lo que inclinaron la decisión de que este barrio hospedara el molino, además de ser un lugar más seguro, era próximo a la ciudad y contaban con una potente corriente de agua que al caer por una pronunciada pendiente, haría mover las ruedas del molino sin problemas. Se trataba de la Al-qariya Alfargue y de la acequia Aynadamar.
Relata el autor que según las escrituras que aún se conservan en la Fábrica, en 1624 se compraron en El Fargue unos terrenos que habían pertenecido al morisco Juan Ciycy. Allí se montó primero un molino y luego tres. Y allí sigue la Fábrica en la actualidad.
De este modo la pólvora pasó a formar parte del ADN del barrio, a consecuencia de un accidente en la propia Alhambra, y que abriría el capítulo de la historia actual que relaciona El Fargue con los explosivos.
Actos por el 700 aniversario
Insiste Alastrué en que el gran impulsor de los actos es el Subdelegado de Defensa en Granada, coronel Federico González-Vico, y el director de la Fábrica Antonio Caro Chena. También aportan de forma notable el Ayuntamiento de Granada, la Diputación de Granada y Cajagranada fundación con los que se espera, no solo su colaboración en los actos ya previstos, sino en el desarrollo de una exposición para el año 2025, que "creemos debiera de ser muy importante, como Granada se merece".
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