Fraggi y sus murales, el artista que da vida a las paredes

Los pueblos de Granada hacen frente a una de las mayores luchas de las últimas décadas: la despoblación. Sorprenden por su geografía, su entorno privilegiado, sus costumbres o la hospitalidad de sus vecinos, pero cada día pasan más desapercibidos al reducirse notablemente sus habitantes. Los vecinos se afanan en mantener y conservar sus calles y plazas, que se van deteriorando con el paso de los años. Fraggi plasma en algunas de ellas su arte, y hace que cobren vida.

Pudiera parecer insignificante, pero cada pared, muro o tapia tiene una historia que contar. Una seña de identidad, aquello que caracteriza al municipio, o el reflejo de los que allí habitan. Esa justamente es la labor del artista, plasmar sobre el pueblo aquello que sus vecinos desean que perdure en el tiempo.

El entorno urbano es un lienzo, que paulatinamente se va transformando en una auténtica obra de arte. Su talento no solo reside en su plasmación pictórica, sino en adecuar aquello que se quiere representar al propio pueblo, haciendo que forme parte activa del entorno que lo rodea. Es un gran muralista, pudiendo considerarse el artista que, a través de su arte, devuelve la vida a los pueblos de Granada.

Monachil, Otura, Gobernador, Deifontes o La Zubia son algunos de los municipios afortunados, que han visto cómo sus localidades cobraban vida en cada esquina. Su arte ha llegado hasta Brasil, haciendo internacional la maravilla de mostrar en cada rincón la personalidad de sus habitantes. El arte de Fraggi cautiva, y sus vivencias aún más.

-¿Cómo empezaste en el mundo del muralismo y el arte urbano?

-Pues fue por casualidad y osadía. Me apunté a pintar en un festival de graffiti en Deifontes sin haber utilizado un bote de spray en mi vida. Fue una experiencia increíble, desbloqueé una nueva habilidad. Ese primer contacto despertó mi interés en aprender la técnica y, desde entonces, he estado aprendiendo y experimentando.

-¿Cuándo empezaste a ejercerlo profesionalmente?

-Llevo toda la vida en el arte. Desde pequeño, me encantaban los juegos de construcción, hacía esculturas surrealistas. He pasado durante estos años por el dibujo, la fotografía analógica, el bronce, la música, la arquitectura y la programación. Todas esas disciplinas han forjado una parte de lo que hoy es Fraggi.

En 2018 tuve un atelier en el barrio de Marvila de Lisboa (que era el barrio artístico por excelencia del momento). Allí realizaba cuadros-escultura con madera y otros materiales. En el muralismo comencé profesionalmente cuando se fusionó aquello que me gustaba, lo que sabía hacer y lo que los demás demandaban de mí, y podía vivir de ello.

-¿En qué te inspiras para tus obras?

-Primero me inspiro en el lugar y su contexto, e intento aprovechar todo lo que hay presente y que sea interesante. Después me centro en la historia y la narrativa del mural, que quiero comunicar y cuál es el mensaje que quiero transmitir. Lo visual viene después, por ahora.

-¿Recuerdas alguna que te haya marcado especialmente?

Quizás el mural que realicé de Federico García Lorca en Otura, por todo lo que él representa.

-¿Cuál de tus obras ha causado mayor impacto en el público?

-Creo que cada obra impacta por un motivo diferente. El mural que hice para el Festival de Cultura Inquieta en Madrid generó discusión por la diversidad de interpretaciones que podía tener. Los retratos que hice de Pai Damião y Pai Benedito en Brasil impactaron por sus miradas, que parecían observarte desde cualquier lugar. El mural de la Virgen del Rosario de Gobernador creo que al final sorprendió por su trampantojo. Parece que el paisaje del fondo se integra en la imagen.

-¿Qué cualidades crees que debe tener un buen artista que se dedique al muralismo?

-Creo que las mismas cualidades que se requieren en otras artes. Principalmente ser fiel a tí mismo y a tu esencia. Inquietud por explorar y aprender, libertad para crear y expresarte a tu manera, y constancia para producir y evolucionar.

¿Y qué consejo le darías a un joven que quiera iniciarse en el mundo del muralismo?

Pues les diría que buscase por redes a su referente más cercano, los de su ciudad. Así pueden seguirlos y ver sus murales en vivo. A veces, algún seguidor ha visto por redes que estaba pintando por su zona y han venido corriendo a hacerme una visita y ver lo que hacía. Ese rato de charla y encuentro humano siempre se agradece.

Un museo es un espacio demasiado reducido para exponer todo el arte de Fraggi, por eso las calles son su mejor aliado. Esta es la historia del comienzo de un artista, que poco a poco seguirá dando de qué hablar “a golpe de spray”.