De Granada a Los Ángeles: viaje de un Lorca" trémulo de vida, amor y pasión"

Entrevista | Rubén Amavizca, director del Teatro Frida Kahlo de Los Ángeles

Amavizca, director del Teatro Frida Kahlo de Los Ángeles, ha visitado Granada donde ha tenido la ocasión de ver al dramaturgo Pepe Moreno Arenas cuya obra, 'Federico, en carne viva' fue programada por el mejicano en Estados Unidos

José Moreno Arenas presenta 'Federico, en carne viva'

Moreno Arenas y Amavizca , en su visita a la Alhambra.

Visitaron la Alhambra, comieron de tapas por el Albaicín y disfrutaron de la belleza de Granada en verano. Dos viejos amigos, uno granadino y otro mexicano residente en Los Ángeles que se conocieron gracias al teatro de Federico García Lorca y, también gracias a él, volvieron a encontrarse en pasado mes de julio en la ciudad del poeta. Los engranajes artísticos de ambos están lubricados por el teatro y, por tanto, gustan de paladear sus encuentros en torno al mismo. Se trata de Rubén Amavizca, Director del Teatro Frida Kahlo de Los Ángeles y del dramaturgo granadino Pepe Moreno Arenas.

Se conocieron hace 6 años en Estados Unidos donde Amavizca, interesado por la obra de Moreno Arenas sobre Lorca, Federico, en carne viva, decide que su teatro acoja la representación del granadino en Los Ángeles. A partir de ese momento, con el poeta como aglutinante, nació la relación entre estos apasionados del teatro convencidos de que el mejor Federico es aquel exento del barniz de mito.

Pregunta.Es su primera vez en Granada, ¿cuál ha sido su impresión? ¿la imaginaba ‘lorquiana’?

Respuesta.Granada nos sorprendió por su historia y su belleza. Inigualable. Pasamos casi 4 horas recorriendo cada sección de la Alhambra, apoyados por un gran guía e historiador, e íbamos también acompañados de José Moreno Arenas, un historiador de cepa. Caminamos por el Albaicín. Ahí comimos. Viajo con mi hijo Rubén Alejandro, de 15 años, quien quedó impresionado por esa maravilla. Las zonas nuevas, me parecieron vibrantes, llenas de nuevos horizontes. Es una ciudad que, a pesar de su antigüedad y alcurnia, nos sigue guiñando un ojo a la modernidad. Me hubiera gustado tener más tiempo ahí, pero el plan de viaje es muy ambicioso.

P.Ha visitado la ciudad de la mano del dramaturgo granadino Pepe Moreno Arenas, quien en su obra insiste en quitar el barniz al mito de Federico para así entrar en el ser humano. ¿Coincide con Moreno en esa mirada?

R.Totalmente. El teatro es humanista y sus personajes deberían ser seres humanos vivientes, no leyendas o mitos. El mito no es un personaje dramático. A cada paso deberíamos sentir que descubrimos un ángulo diferente de los personajes. Experimenté esta situación cuando en 1993 escribí mi obra Frida Kahlo: Autorretrato del Dolor. La obra nació tratando de entender a la mujer, la persona, la artista, la amante detrás del mito ya casi folclórico de la pintora mexicana. El mito no puede cambiar. No tiene esa aptitud. ¿Cómo podemos seguir escribiendo la misma versión de un personaje una y otra vez? ¿Cómo hacerlo dramático y funcional? El teatro está en constante flujo. Si se detiene, se estanca, y se muere. Si vamos a escribir sobre nuestros ídolos, hay que desnudarles de toda pretensión, mostrar sus virtudes, sus pasiones, sus defectos, sus triunfos y sus caídas. Como Pepe Moreno, que muestra a Federico en toda su humanidad. Es el mejor tributo a García Lorca. Solo de esa manera el personaje estará vivo sobre el escenario.  El escritor tiene que interpretar la información y darnos su punto de vista. Es teatro, no telenovela.

Amavizca y Moreno Arenas en 2018 en las inmediaciones del Teatro Frida Kahlo

P.¿A qué tipo de teatro está dedicado el Frida Kahlo?

R.El Teatro Frida Kahlo es, en este momento, el único teatro ubicado en Los Ángeles enfocado en la promoción del teatro Latino (así le llamamos al teatro Latino/Hispanoamericano). Nuestra compañía, Grupo de Teatro Sinergia, fue fundada en 1987 por un grupo de cuatro actores/escritores para promover el talento Latino y crear un foro en el cual discutir nuestra experiencia de migrantes dentro de la cultura estadounidense. En 1994, abrimos el Teatro Frida Kahlo, en lo que había sido un salón de bailes del ejército durante la segunda guerra mundial, el mismo que después funcionaría como Centro Cultural Comunitario de Fotografía. Somos la compañía titular, pero trabajamos con otras organizaciones teatrales de la comunidad como Teatro Akabal, Guatecal, Ta'yer, Teatristas, Teatro y Cuento, Off the Tracks, Teatro de Sueños, El Clan, entre otros. Cada organización tiene diferentes enfoques, pero todos tratamos de contar historias de nuestra comunidad que son ignoradas por la cultura y los medios de comunicación imperantes. Nuestros más grandes éxitos por parte de público y crítica has sido: Frida Kahlo, Malinche, Las mujeres de Juárez, Cuauhtemoc, La historia de México para un idiota. Destacan, entre trabajos presentados por otras organizaciones, Sentado en un árbol caído (sobre el genocidio que el gobierno de Guatemala usara contra las comunidades mayas), y Zapatistas (sobre el origen y desarrollo del movimiento indígena que sacudió a la sociedad mexicana). El Teatro Frida Kahlo cuenta con una sala principal en forma de U para proyectos teatrales de gran formato, y una sala pequeña para lecturas o proyectos de menor envergadura. Nuestras funciones son principalmente en español (alrededor del 70%), y el resto en inglés. Hemos realizado también proyectos mezclando los dos idiomas, como el caso de DESEO, en el cual el personaje femenino, una maestra de literatura inglesa en Santa Bárbara, California, hablaba solo en inglés y el personaje masculino, un migrante colombiano, hablaba solo en español. La gran parte de nuestro público son miembros de una primera y segunda generación de migrantes de Latinoamérica, especialmente de México, Guatemala, El Salvador, Honduras y Costa Rica. Ofrecemos también talleres para jóvenes y adultos, en español e inglés en Animación, Teatro, Cinema, Danza, y Fotografía. Tenemos algunos programas como el Festival de Teatro de 10 Minutos que anualmente (desde 2012) presenta de 20 a 40 obras cortas de autores latinos de Los Ángeles. Las obras se presentan en español, inglés y hasta en Spanglish. Y los autores han sido desde los 18 a los 75 años. Todos los artistas participantes son renumerados. Otro programa es la Lectura Escenificada de Obras Nuevas. Cada mes presentamos una nueva obra de autores locales y foráneos, en nuestro afán de crear la nueva generación de teatreros y asistentes.

P.¿Cómo entra Lorca en esa ecuación?

R.Nunca hemos montado a Lorca, pero existe una organización teatral que se especializa en ello. En 2018, mi amiga Polly J. Hodge, catedrática de Chapman University, me llamó un día y me dijo que traían a su universidad a José Moreno Arenas y su obra Federico, en carne viva, y que buscaban otro lugar donde presentarla. Inmediatamente accedí. Me intrigaba ver el tratamiento al mito o al humano detrás del mito del gran poeta granadino. Se hizo la presentación, que dejó muy gratos recuerdos en nuestro público, especialmente entre nuestros estudiantes, que aún recuerdan con fervor el texto, el montaje y el trabajo actoral de Rubén Carballés.

P.¿Cuál fue su experiencia?

R.El texto es de una riqueza teatral extraordinaria. Aunado al trabajo actoral de Rubén Carballés, y la sutileza y destreza de José Moreno Arenas para resolver los retos de un montaje llano de materiales escénicos, pero rico en recursos artísticos. Esa llanura enmarca y hace sobresaltar el texto. La magia se crea con el texto de Pepe Moreno Arenas, bien trabajado por el director y el actor. Escenografía, vestuario, utilería y luces son aderezos que pueden ayudar a poner en pie un montaje, pero en Federico, en carne viva la sencillez del montaje, la fuerza del texto y la desnudez de la dirección nos presentó un Lorca vivo y vibrante. La imagen del cartel ya nos invitaba a ver lo que hay detrás del mito, arrastrándonos hacia un Federico trémulo de vida, amor y pasión.

P.¿Cuál es la importancia del teatro hispanoparlante en una ciudad como Los Ángeles?

R.Como migrantes, es de suma importancia mantener nuestra identidad frente a la máquina apabulladora de los medios de comunicación masiva. La historia de los migrantes es ignorada y cuando se trata, se usan estereotipos altamente negativos. En el proceso de adaptación a una nueva cultura, necesitamos seguir experimentando nuestras raíces, nuestra cultura. En Los Ángeles, California, existen pocos centros enfocados a la cultura Latina o la experiencia migrante. El teatro crea un foro donde podemos discutir aquellos problemas a los que nos enfrentamos. Hemos presentado y discutido los temas de la adicción, la violencia doméstica, racismo, homofobia, feminicidio, identidad social, política y de género, etcétera. Es importante que nuestras historias sean contadas y contadas por nosotros mismos en nuestra lengua. Nuestros hijos deben saber y apreciar la riqueza de nuestra cultura. La representación es importante, esencial y necesaria.

P.¿Cómo se lleva el teatro latino al público general, no solo al hispanoparlante?

R.Es difícil, pues está la barrera del idioma. Hemos tratado de hacerlo con subtítulos, usando diferentes combinaciones de ambos idiomas, pero al final lo más acertado y funcional han sido las presentaciones bilingües, una semana en español y otra semana en inglés, usualmente con el mismo reparto.

P.¿Qué le suscita interés de los autores españoles?

R.Hemos montado solo algunas obras de autores españoles: Entre mujeres, de Santiago Moncada, y El chico de la última fila, de Juan Mayorga. Hicimos también una lectura escenificada de Las heridas del viento, de Juan Carlos Rubio. Como en toda obra, me interesa el texto en sí. Un texto lleno de personajes y situaciones extraordinarias pero realistas y, sobre todo, que hagan un comentario interesante sobre la humanidad.

P.Siendo Lorca un autor universal, ¿cree que se pueden entender las entrañas de sus obras en inglés y fuera de Andalucía?

R.Claro que es posible. He tenido noticias de magníficos montajes, pero no he tenido la suerte de disfrutarlos como espectador. En Estados Unidos, los montajes de las obras de Lorca están llenos de reverencia por su trabajo. Volvemos al punto de mito vs hombre. No se puede montar una obra con miedo. El texto hay que atacarlo, exprimirlo y sacarle todo lo posible. Debemos de buscar nuevos significados, nuevas preguntas y respuestas a un texto que se ha reproducido de manera innumerable. Cuando el texto se vuelve intocable, como con un personaje, el resultado es la muerte por hastío. Y no me refiero a cambiar el texto, sino a que debemos constantemente reinterpretarlo.

P.Lorca ‘abandonó’ su faceta de autor de teatro surrealista por no ser rentable o porque podía suponer, en parte, una pérdida de prestigio. Si no hubiera sido asesinado, ¿cree que hubiera desarrollado aquella dimensión y, en ese caso, cómo habría repercutido en dicho movimiento?

R.Una pregunta difícil de contestar y que realmente no me preocupa demasiado explorar. Tenemos de García Lorca lo que tenemos. Pero entiendo el dilema arte vs comercio. Los que producimos teatro, nos enfrentamos a tal dilema en cada producción. Mi público es de gusto más conservador, pero en cada montaje buscamos expandir su gusto. Cuando hemos ido demasiado lejos con propuestas vanguardistas, el resultado se ha reflejado en taquilla. Dos de nuestras producciones con las mejores críticas fueron también aquellas con la más baja recaudación en taquilla. Como no estamos auspiciados por ningún instituto o fideicomiso, hagamos lo que hagamos, tenemos que recuperar costos. Hemos funcionado de esta manera durante 30 años, y esperamos continuar así.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Entrevista | Rubén Amavizca, director del Teatro Frida Kahlo de Los Ángeles

De Granada a Los Ángeles: viaje de un Lorca" trémulo de vida, amor y pasión"

Lo último

Las ciudades y los libros

Londres: todo lo que arrastra el río