Leyendas religiosas de Granada: Los ángeles de la Virgen de las Angustias o el Cristo que 'se hizo' a la mar

Las recogidas son solamente algunas de las miles de leyendas que existen y, en su exploración de la cultura popular granadina, Peinado Guzmán ha encontrado todo tipo de historias

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Procesión de la Virgen de las Angustias
Procesión de la Virgen de las Angustias

La leyenda de cómo apareció en la iglesia de la Virgen de las Angustias la imagen de la Patrona de Granada o por qué la simulación de la Virgen de los Remedios de Montefrío se resistió a salir del pueblo haciéndose tan pesada que ni un carro con bueyes podía moverla. También se cuenta el relato del Cristo de Nívar, que 'viajó' a la mar y volvió con los pies llenos de arena y la túnica mojada.

Son leyendas que recorren iglesias y conventos de toda la provincia y que se han quedado en imaginario de sus habitantes que perpetúan su legado generación tras generación. Son las 'hermanas pequeñas' de las populares historias de apariciones marianas, pero no por ello carecen de interés social y antropológico. Todas ellas llevan toponimia propias y fueron recogidas por el granadino José Antonio Peinado Guzmán en su texto Las leyendas de apariciones de imágenes en el entorno granadino como ejemplo de patrimonio cultural inmaterial , un documento bonito y divulgador sobre el ancestral boca-oído que enriquecen el espíritu de los pueblos de Granada.

Tal como relata el autor del estudio, las recogidas son solamente algunas de las miles de leyendas que existen y, en su exploración de la cultura popular, Peinado Guzman ha encontrado de todo: "leyendas que tienen su origen en apariciones de las imágenes en entornos naturales (casi siempre halladas por pastores), otras que son traídas en cajones o arcones por extraños personajes, las que son localizadas realizando tareas agrícolas, las que “hablan”, las que “pesan”, las que se manifiestan en condiciones meteorológicas desfavorables e incluso las que 'se dan paseos' por otros lugares".

Varios paradigmas, como los mencionados, que se suelen repetir en distintos puntos de la provincia y que se sustentan, con variaciones, en un mismo 'relato' base. A continuación se reseñarán tan solo algunos de los recogidos por el autor en el texto, ya sea por lo 'exótico' de sus detalles o por su relevancia en Granada.

Dos ángeles 'toledanos' y la Virgen de las Angustias

Comenzaremos por la gran protagonista imaginera de la ciudad de Granada, La Virgen de las Angustias, Patrona que vive en pleno centro de la ciudad. Según la leyenda, la imagen fue un regalo de dos caballeros venidos de Toledo. Esta pareja quiso hablar con la cofradía de la virgen granadina (formada por un grupo de hortelanos en 1545) y, explica Peinado Guzman, "les comentaron que ellos también veneraban en su ciudad de origen la misma advocación. Asimismo, dejarían sin más explicaciones, la imagen".

El 'plot twist' llegaría cuando la Hermandad de la Nuestra Señora de las Angustias quiso dar las gracias por el regalo a la hermandadad toledana y, para sorpresa de los granadinos, "nadie, en aquella ciudad, ni conocía a tales caballeros, ni que hubiesen regalado una imagen, o que tan siquiera hubieran mandado una comisión a la ciudad de Granada". A partir de ese momento, la leyenda se dispara y pasa a formar parte del imaginario popular que "dos ángeles del cielo habían traído a la patrona".

Tal como recoge el autor, esta es la versión más extendida de la leyenda de la imagen. Si bien es cierto que existe otra, que tampoco deja atrás el espíritu nobiliario que ciñe la anterior. En esta, "una bella señora, engalanada ricamente, y acompañada de dos sirvientes" entró hasta el altar del templo para orar. Pasadas las horas y cuando el encargado de la capilla se dispuso a informarle de que ya era hora de cerrar, en lugar de la doncella que viera antes rezando, vio que "era una bella imagen de la Virgen, que sostenía sobre sus rodillas a su Hijo muerto" y que sus dos sirvientes habían desaparecido.

La Virgen que 'habló' y no consintió salir de Montefrío

En este caso, tal como recuerda Peinado Guzmán, nos acercamos a una leyenda que guarda en sus líneas estructurales varios de los paradigmas clásicos que se repiten en otras leyendas. El de la imagen que no consiente ser sacada de su pueblo, que 'habla' y que es traída por un "extraño personaje". Se trata de la Virgen de los Remedios de Montefrío, una historia compleja que comienza con la bondad de una anciana pobre, que pedía limosna en la villa y que, pese a eso, compartió su pan con un anciano que apareció en su casa pidiéndole caridad.

El hombre misterioso portaba en su carro una caja alargada de madera que llevó con él dentro del hogar, donde ambos ancianos conversaban y la mujer le contó su grave situación de pobreza. Cuenta Peinado Guzmán, que a la mañana siguiente, el hombre partió de nuevo. "Antes pidió a la mujer que le permitiese dejar el cajón en la choza hasta su vuelta" a lo que añadió que si en un mes no regresaba, "era su voluntad que el contenido del cofre fuese para ella y sus hermanos".

Efectivamente, el anciano no volvió y la anciana, con el cajón aún en su casa, empezó a ver los milagros. La vieja no volvió a pasar hambre, "sobre el cajón misterioso siempre aparecía una hogaza cuando se le acababa". Pero lo asombroso no quedaba en lo alimentario pues, una noche, del cajón "empezaron a salir luces y una deliciosa música, mientras que una angélica voz decía: “Llevadme al templo”. Así, con el párroco de Montefrío mediante, se abrió el cajón y se descubrió "la bella imagen de la Virgen de los Remedios".

El fenómeno fue inmediato: la talla se llevó a la iglesia de la villa donde "recibió público culto". Y aquí comienza el tercer prodigio de la imagen: cuando la autoridad eclesiástica quiso llevársela a Granada capital en una carreta de bueyes, "la carga se hacía tan pesada que las ruedas se hundían en el suelo y no podían avanzar. Varias veces intentaron el traslado, sucediendo idéntico impedimento milagroso. El pueblo interpretó tal suceso sorprendente como que la Virgen no accedía a marcharse de la localidad". Por esto, cuenta el texto, pasó a denominarse 'La Tranca'.

Este detalle que cuenta cómo una imagen no quiere marchar de su localidad, se repite en varias leyendas por toda Granada, desde la de San Pantaleón, patrón de Bérchules, San Blas, en Cádiar o la de San Marcos, el Albuñol.

El Cristo que se hizo a la mar

 En esta ocasión, las leyendas recogidas por Peinado Guzmán se trasladan a Nívar con su Santo Cristo de la Salud como protagonista 'viajero'. Se traya de una historia en la que una imagen no aparece misteriosamente por primera vez en su templo, si no que se fuga. El relato cuenta que "una mañana, cuando se levantó el cura, en lugar de maitines tocó a rebato, porque asombrado observó, que en el altar mayor no estaba el Cristo".

La sorpresa llegó cuando los habitantes del pueblo entraron a la iglesia alarmados por el aviso y vieron que, efectivamente, el Cristo había vuelto a su lugar, "aunque tenía las faldas húmedas sobre el altar, y sobre éste había restos de arena".

Nadie entendía lo que había sucedido hasta que, tiempo más tarde, el milagro que explicaba la fuga se hizo patente. Fue con la llegada de unos niveros al templo, que volvieron para cumplir promesa al Cristo ya que, "a falta de trabajo, habían embarcado como marineros en Motril , y cuando a causa de una tormenta daban por perdidas las esperanzas de salvación, invocaron al Cristo; los mares se calmaron y la nave, aunque maltrecha, pudo llegar a puerto". En este punto, los habitantes del pueblo entendieron que su Santo Cristo de la Salud se había hecho a la mar para rescatar a sus paisanos.

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