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¿Y si el sastre que hace que la virgen más bonita luzca aún mejor con sus telas fuera en realidad un fiero y despiadado caníbal? Eso es lo que podría pasar en caso de que algún adicto a la carne roja (y humana) tuviera en sus manos la mejor destreza artesanal tanto para los ropajes como para el asesinato. Si la premisa te parece curiosa tienes la posibilidad de ver una fantástica película rodada en distintos puntos de la provincia de Granada, 'Caníbal' (2013).
El director almeriense Manuel Martín Cuenca tenía en sus manos un fantástico guion que se tenía que adaptar a las necesidades de las localizaciones que terminaran siendo las definitivas. Así fue como el caníbal de Antonio de la Torre terminó aterrizando en suelo granadino gracias a la riqueza del paisaje local. La película de coproducción internacional entre España, Rumanía, Rusia y Francia cuenta la historia del sastre más prestigioso de la ciudad. Un hombre serio, respetado y centrado en su trabajo, puesto que prefiere mantener un perfil bajo. Y es que se alimenta de mujeres desconocidas con las que no tienen ningún vínculo emocional, hasta que conoce a una vecina que desaparece en extrañas circunstancias.
La capilla de la Iglesia parroquial de San Pedro y San Pablo hacen su aparición en esta cinta de cine negro ya que el protagonista viste a la virgen para la cercana procesión de Semana Santa. Lo cierto es que hablamos posiblemente de la película rodada en la provincia que mejor muestra su singularidad y variedad de ambientes y paisajes. Normalmente, cuando una producción pasa por suelo andaluz, se suele usar como un telón de fondo descontextualizado o imitando el imaginario de otra cultura. Es el caso de películas como 'Indiana Jones y la última cruzada' (1989) que pasa por Guadix, o 'Un día perfecto' (2015) de Fernando León de Aranoa, que convirtió Alquife en Bosnia. Sin embargo, en 'Caníbal' los distintos puntos de la provincia donde se posicionó el set de rodaje hizo del paisaje un personaje más.
Además de la Granada folclórico-religiosa de la Carrera del Darro podremos ver la costa de los chiringuitos, las estaciones de servicio del extrarradio o una espectacular Sierra Nevada que envuelve la pantalla de un frío blanco y tenebroso sin el que no se podría haber contado tan bien esta historia. Bien es cierto que la cinta no tuvo una calurosa acogida por parte del público debido a su ritmo pausado, pero la experiencia de visionado es bien distinta para los granadinos que incluso pueden apreciar esos momentos de pausa para disfrutar del retrato de su provincia.
La fuerza visual de la película es tan potente y aprovechó también las infinitas posibilidades de los paisajes granadinos que departamento de fotografía de la película recibió el premio a Mejor Fotografía del distinguido Festival de San Sebastián. Un punto a favor para animar a su visionado a todo apasionado del cine o de Granada.
El viaje del héroe es la premisa dramática más conocida y repetida en la historia del cine. En este caso nos encontramos ante el viaje del caníbal, un antihéroe con el que nadie podría llegar empatizar, al menos a priori, excepto en casos excepcionales como en el de esta película, con tan buen libreto que hace que el espectador se meta en la piel del devorador de mujeres.
El viaje de Carlos (Antonio de la Torre) comienza en una casa al lado de la acera del Darro y, cruzando el puente de Cabrera, se sitúa su prestigioso y discreto taller en el que se entelan los ropajes más prestigiosos de la ciudad. El equipo de la película supo aprovechar cada oportunidad que se le presentó y, si la oportuna lluvia de cada Semana Santa hacía su aparición, ellos lograban convertir la Acera del Darro, uno de los puntos más bonitos de la geografía española (o del mundo) en un paseo oscuro y amargo, gélido como el carácter del anacoreta protagonista.
Como una buena historia que recorre distintos lugares en su trascurso, el relato finaliza de nuevo en el lugar en el que tuvo origen una vez realizado los personajes su particular viaje, creando una sensación de circularidad exasperante y llena de pesimismo intencionado. La película cierra con un paso de Semana Santa, retratado con una belleza espectacular acompañada de figuras dolientes y la marcha del paso cerrando el relato.
En las partes intermedias de la película se filmó también en un chiringuito de la Costa Tropical, en una localización entre Motril y Torrenueva. Pero el otro protagonista de la película es sin duda uno de los enclaves más destacados de Granada, Sierra Nevada. El director de la cinta conocía bien el espacio, puesto que pasó sus años universitarios en la ciudad y conocía los puntos que quería retratar, entre ellos la gélida montaña en la que se refugia el escurridizo caníbal.
En el gigante helado de la provincia, entre Sierra Nevada y Güejar Sierra, se ruedan las que son posiblemente las secuencias más impactantes de la película. Crímenes, frío y soledad para describir la relación del carnívoro personaje con las mujeres de su vida. El equipo supo aprovechar la belleza del espacio y contó con la presencia de la nieve natural, retratada sobre el gélido e inquebrantable rostro de Antonio de la Torre.
El preestreno de la película tuvo lugar en 2013, en el Teatro Isabel la Católica, finalizando el paso de Semana Santa final con una oleada de aplausos. Y es que la ciudad que había visto cómo se engendraba la película entre la aparición de los llamativos equipos de rodaje y cortes de calles merecía ser el primer jurado de la misma.
Además, como toda buena película producida en España, fue proyectada en el mítico 'Cine Madrigal'. Casualmente, un pequeño pasaje de la película trascurre en la Carrera de la Virgen, que puede apreciarse a través de los cristales de un coche (si prestamos atención, curiosamente, y por motivo desconocido, la escena se rodó con el coche circulando en dirección contraria, un pequeño detalle sólo al alcance de los granadinos más observadores) siendo una premonición de su paso por la prestigiosa y respetada sala de proyecciones.
'Caníbal' se encuentra disponible de forma gratuita en RTVE Play y bajo suscripción en Filmin
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