"A mi perro le va a dar algo con la pirotecnia": vecinos desesperados con las fiestas de pueblos y barrios por el efecto sobre sus mascotas
Muchos dueños de perros viven con preocupación la llegada de las fiestas locales así como la Navidad, momentos donde el uso de petardos y cohetes se dispara y, además, suelen lanzarse sin hora concreta, a lo largo del día y sin preaviso
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Hace apenas 4 días todo el centro de Granada temblaba. El estruendo se pudo escuchar en toda su magnitud desde el barrio de Cervantes, a pocos cientos de metros del epicentro. Era el domingo grande de la Patrona de Granada, la Virgen de las Angustias, y con la celebración de esta tradicionalísima efeméride granadina, vinieron dos tandas de ejercicios pirotécnicos: uno por la tarde, en torno a las 18:30 horas y, el segundo, a las 23:30 horas.
Pero desde balcones o ventanas no solo se escuchaba el lanzamiento de estos fuegos artificiales, también aullidos de perros, lloros y ladridos. Algunos de ellos sonaban desesperados. Es la cara B de las celebraciones que, durante el verano y hasta el actual mes de octubre, se suceden cada fin de semana en Granada ya sea en forma de fiestas de barrio, como las del Albaicín o Barranco del Abogado o bien, de las fiestas patronales de los pueblos, que colman los calendarios en esta época.
Precisamente sobre las próximas fiestas de Vegas del Genil ayer una vecina preguntaba preocupada en el canal de Facebook 'Vegas del Genil sin censuras' si habría pirotecnia el viernes por la mañana en Ambroz con motivo de sus fiestas. Explicaba, pidiendo confirmación, que se trata de "un día de semana que mi perro está solo en casa porque estamos trabajando y le va a dar algo..."
Como esta vecina, muchos dueños de perros viven con preocupación la llegada de las fiestas locales así como la Navidad, momentos donde el uso de pirotecnia se dispara y, además, artefactos como petardos suelen lanzarse sin hora concreta, a lo largo del día y sin preaviso.
"Horas de ansiedad tras el último petardo"
Gloria Molina es dueña de Monet, un perro que lo pasa especialmente mal con petardos o fuegos artificiales. "No lo podemos dejar solo en casa si preveemos que va a haber cohetes", explica esta granadina que añade que "las Navidades son terribles, Monet sufre horas de ansiedad después del último cohete o petardo".
Este animal, como tantos otros, vive la pirotécnia con "terror", tanto que su dueña señala que aúlla, tiembla y se esconde hasta pasado un buen rato tras los espectáculos de pólvora.
Otro caso similar es el de Tao, perro de Lidia Pardo. "Tao lo pasa fatal con cohetes y petardos, es exagerado cómo lo pasa el pobre". Lidia sostiene que, por ejemplo, cuando sabe que se celebran las fiestas de su pueblo, Maracena, intenta sacarlo a la calle lo menos posible, y en todos los casos "al tranco de la puerta, como aquel que dice".
En momentos también clave como las Navidades, señala, intenta irse de Maracena "y quitarlos de enmedio porque un día les da algo", sobretodo en Nochevieja. "Desde hace unos años el 31 de diciembre es exagerada la cantidad de petardos que tiran, prefiero llevármelo".
Pirotecnia 'amable', cambio en el modelo festivo
El debate sobre un cambio hacia la pirotecnia 'amable' o 'respetuosa' donde no haya daño ni a animales ni, en mayor medida, a personas con autismo, por ejemplo, está cogiendo cada año más entidad.
En caso de que a Tao los petardos o cohetes le sobrevengan paseando por la calle (como hemos explicado la mayoría de veces la gente los lanza a cualquier hora), "es un horror" porque el perro tira tanto de la correa "por miedo" que teme que un día, cuenta Lidia, Tao se rompa una uña o se le acabe escapando, como sucede en muchas ocasiones con otros perros o gatos.
Sobre la necesidad de empezar a implementar la piroctecnia 'respetuosa', agrega, "este año en Maracena durante las fiestas, el castillo de los tradicionales 'fuegos artificiales' no se han hecho con cohetes, sino con drones. Aunque, en cambio, cuando sacan la procesión el domingo sí que los tiran".
Tanto Gloria como Lidia coinciden en que "aunque sean unos pocos o tan solo uno, suenan muchísimo y ya no se trata solo de los animales, hay muchas personas que sufren con la pirotecnia".
Pueblos sin pólvora
Atendiendo a esta última premisa, pueblos como Maracena, aunque no al 100% como hemos visto, o Cijuela, ya están tomando conciencia y, sobretodo, acciones concretas para celebrar sus fiestas de la manera más respetuosa con todos.
Desde este mismo año, la población de Cijuela disfrutará de unos fuegos artificiales mudos. Así lo eligieron mediante consulta popular los vecinos el pasado septiembre.
De los 257 votantes del pequeño referéndum, 139 vecinos y vecinas optaron por la opción "sin ruido" mientras que 84 personas se decantaron por la fórmula tradicional. 33 personas en contra, con un sufragio nulo, según detalló el Ayuntamiento de Cijuela.
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