Picón, el restaurante granadino que nació del arraigo y se convirtió en un hogar para el buen comer

Cómete Granada

En apenas un año, este restaurante ha conquistado a su barrio con tradición, pasión y una carta que rinde homenaje a la cocina de siempre, desde el alma

José María Lozano y Carlos Gómez Morales, dos de los socios que han convertido a Picón en un visita imprescindible.
José María Lozano y Carlos Gómez Morales, dos de los socios que han convertido a Picón en un visita imprescindible. / José Velasco/PHOTOGRAPHERSSPORTS
Rodrigo Vázquez - Redactor

13 de abril 2025 - 05:00

En una calle con historia, donde antes se vendía el picón para calentar hogares, hoy se enciende un fuego muy distinto: el de la pasión por la cocina bien hecha. Así nació Picón, un restaurante granadino que en apenas un año ha logrado algo difícil en los tiempos que corren: convertirse en una referencia para quienes buscan algo más que comer, para quienes buscan sentirse como en casa.

Carlos Gómez Morales es uno de los tres socios que dieron vida a este proyecto. Junto a José María Lozano y José Ángel Leyva, compañeros en el oficio y ahora también en los sueños, decidieron lanzarse a crear su propio espacio gastronómico. Y no uno cualquiera. Desde el principio tuvieron claro que Picón debía ser el reflejo de lo que aman: la cocina de raíz, con identidad, con verdad.

“Nosotros venimos de la restauración, de la alta cocina”, cuenta Carlos con una mezcla de humildad y orgullo. Su socio y chef del restaurante José Ángel, ha trabajado en algunas de las cocinas más exigentes del mundo, desde Daniel Boulud en Nueva York hasta Martín Berasategui y Santi Santamaría en España. Toda esa experiencia no la han guardado como un trofeo, sino que la han volcado en cada plato, en cada detalle de Picón.

El restaurante es muy amplio y su decoración interior es magnífica.
El restaurante es muy amplio y su decoración interior es magnífica. / José Velasco/PHOTOGRAPHERSSPORTS

Porque aquí, la cocina no es espectáculo, es memoria. Su lema lo dice todo: Cocina con arraigo. Y es que cada receta que sale de los fogones de Picón tiene un origen, una historia que contar. Desde los potajes diarios (como las lentejas con chorizo o el garbanzo con hinojo) hasta una reinterpretación elegante y sabrosa de las clásicas berenjenas con miel, que han conquistado a quienes las prueban por primera vez. Asadas, ahumadas, rebozadas en panko… crujientes por fuera, tiernas por dentro. Un bocado que, como dice Carlos, “sorprende y emociona”.

Pero no todo se queda en la comida. En Picón también hay lugar para el buen beber. Carlos, además de amante de la cocina, es un apasionado del vino. No se llama a sí mismo sommelier, pero cuida una bodega con más de 150 referencias como quien cuida un tesoro. Con una base andaluza fuerte, la carta de vinos parte desde el sur para viajar por todo el mundo, pero siempre con sentido, con coherencia, con amor por el producto.

Picón ofrece una cocina auténtica, casera y con los mejores ingredientes.
Picón ofrece una cocina auténtica, casera y con los mejores ingredientes. / José Velasco/PHOTOGRAPHERSSPORTS

Y aunque Granada es tierra de tapas, Picón ha sabido marcar su diferencia sin renunciar al alma granadina. Aquí no hay carta de tapas como tal, pero sí un aperitivo pensado como una antesala de lo que vendrá. Un pequeño bocado que no es solo un detalle, sino una declaración de intenciones: aquí se viene a comer bien, con calma, con gusto.

La propuesta del restaurante es completa. Desde desayunos atrevidos y sabrosos (como los huevos benedictinos o la sobrasada ibérica con huevo poché) hasta platos de cuchara y carnes al punto justo, Picón ofrece una carta pensada para todos los gustos y bolsillos, sin perder nunca su esencia. “Desde los seis euros hasta lo que te quieras gastar”, dice Carlos. Y lo dice con sinceridad, porque sabe que la gastronomía no tiene por qué ser inaccesible, solo tiene que ser honesta.

El reto de cambiar un local con historia previa no ha sido sencillo, pero ellos lo han hecho con cabeza y corazón. Analizaron el tipo de cliente que había y definieron a quién querían atraer. Poco a poco, sin prisa pero con paso firme, han ido ganando su sitio. La zona, llena de colegios, edificios de funcionarios y vida diaria, les ha permitido apostar también por un servicio ininterrumpido, de ocho de la mañana a once de la noche, con una plantilla de once personas que comparten la misma ilusión.

La historia de Picón es la de un proyecto joven, sí, pero también la de un equipo con las ideas claras, con raíces y con hambre de seguir creciendo. “Esto sigue siendo una apuesta diaria”, dice Carlos. Y es una apuesta que hacen con alegría, con esfuerzo y con esa esperanza que él mismo dice que “es lo último que se pierde”.

¿Y el futuro? Lo imaginan bueno. Lo imaginan con más clientes fieles, con más platos por crear, con más vinos por descubrir. Lo imaginan con más gente que entienda que Picón no es una cafetería, ni un bar, ni siquiera un restaurant-bar. Picón es un restaurante. Un restaurante de verdad.

Tres palabras definen lo que han construido hasta ahora. Tres palabras que no son eslogan, sino promesa: Cocina con arraigo. Y a juzgar por lo que se vive en cada mesa, es una promesa que están cumpliendo.

Picón Restaurante

C. Carril del Picón, 3, Ronda, 18002 Granada.

Horario: de lunes a viernes de 08:00 a 23:00 horas. Sábado de 09:00 a 23:30. Domingo cerrado.

Teléfono: 858 833 230.

Instagram: @picon.granada

stats