Placeta Resbaladero, una tradición que mantiene su esencia desde hace 50 años

Contenido ofrecido por Restaurante Placeta Resbaladero

Francisco López ha levantado La Placeta Resbaladero a pesar de todas las adversidades. / Granada Hoy
Rodrigo Vázquez - Redactor

22 de junio 2024 - 14:44

La ciudad de la Alhambra siempre se ha caracterizado por contar con grandes exponentes culinarios, recorrer la Avenida de Andalucía es un placer para los sentidos, sobre todo, cuando al caminar por sus calles, te encuentras con uno de los lugares más representativos de la zona. Se trata de La Placeta Resbaladero, un restaurante cafetería que no solo ofrece deliciosos platos caseros, sino que también es un testimonio de perseverancia y amor por la hostelería. Al frente de este entrañable lugar está Francisco López, un hostelero humilde y apasionado, cuya dedicación y esfuerzo han convertido a este lugar en un punto de referencia para la comunidad local.

La historia de Paco (como es conocido por los vecinos del restaurante) y La Placeta es una de esas que merece ser contada. “Abrí tres meses antes de la pandemia”, comenta Francisco con una mezcla de nostalgia y orgullo. “No lo esperaba, pero claro, la pandemia llegó”. En esos primeros meses, Francisco había invertido una suma considerable para acondicionar el lugar y convertirlo en un espacio acogedor y único. Sin embargo, con la llegada del covid-19, tuvo que enfrentarse a un desafío que nunca imaginó.

La crisis sanitaria no fue amable con los pequeños negocios, y La Placeta Resbaladero no fue la excepción. “Nos costó recuperarnos más de un año y medio”, recuerda Francisco. La incertidumbre, el miedo de la gente a salir y las restricciones horarias impuestas afectaron profundamente al negocio. “La ayuda que decían que nos iban a mandar nunca llegó”, dice con resignación. A pesar de estas adversidades, Francisco no se rindió.

Paco no es ajeno a los desafíos de la hostelería. “He sido hostelero toda la vida, sabía a lo que entraba”, afirma con determinación. Con el paso del tiempo, se dio cuenta de que para atraer a más clientes, debía innovar. “Al principio solo éramos una cafetería, pero poco a poco empezamos a ofrecer comida y tapas”. Fue entonces cuando La Placeta comenzó a llenarse de vida nuevamente.

Los platos que ofrece el establecimiento son hechos de forma cien por ciento casero y son deliciosos. / Granada Hoy

El nombre del restaurante, La Placeta Resbaladero, tiene un significado especial. “El bar lleva 50 años con el mismo nombre”, explica Francisco. “Quise mantenerlo porque la gente ya lo conoce y no quería cambiar algo que forma parte de la historia de este lugar”. Este respeto por la tradición y la historia local es una de las razones por las que La Placeta Resbaladero es tan querida por la comunidad.

A medida que la pandemia empezaba a remitir, Francisco observó cómo la dinámica de la hostelería cambiaba. “La gente ya no sale como antes”, comenta. “Prefieren quedarse en casa, viendo películas o navegando por internet”. Sin embargo, Paco encontró una manera de atraer a los clientes: ofreciendo productos frescos y caseros. “Voy al mercado de Granada a traer el pescado fresco”, dice con orgullo. Esta dedicación a la calidad se refleja en la popularidad de sus platos, especialmente el pescado. “El bacalao, las hamburguesas y el lomillo son muy solicitados, pero el pescado fresco es lo que más gusta”.

El pescado frito es el plato favorito de los comensales que visitan el lugar, es un imprescindible en tu visita a La Placeta Resbaladero. / Granada Hoy

La Placeta Resbaladero no es solo un lugar para comer; es un espacio donde la gente se siente bienvenida y apreciada. Francisco ha creado un ambiente familiar y acogedor, donde cada detalle cuenta. “Todo es casero”, destaca. “Desde las tapas hasta las parrilladas familiares de carne”. Este compromiso con la calidad es lo que hace que La Placeta sea un lugar especial.

Granada es sinónimo de tapas, y Francisco entiende la importancia de esta tradición. “Estoy acostumbrado a las tapas”, dice. Aunque sabe que en otros lugares como Málaga no las ofrecen de la misma manera, él defiende el valor de mantener esta costumbre viva. “Una tapa bien hecha puede atraer a mucha gente”, afirma. Y es que, en La Placeta, las tapas no son solo un acompañamiento, sino una muestra del cariño y la dedicación que Paco pone en cada plato.

La ubicación de La Placeta también juega un papel importante en su éxito. Situada en una esquina céntrica, con una amplia terraza que permite disfrutar del aire libre, es un lugar perfecto para relajarse. “La terraza me ha salvado”, comenta Francisco. Aunque admite que las restricciones al fumar han afectado un poco, sigue viendo la terraza como una ventaja significativa.

Mantener un negocio en estos tiempos no es fácil, y Paco lo sabe y lo entiende bien. “Debo muchas cosas”, confiesa. Los impuestos y las deudas acumuladas durante la pandemia son una carga, pero su espíritu inquebrantable lo mantiene en pie. “Con mucho esfuerzo y muchas horas, creo que lo estamos consiguiendo”, dice con esperanza.

La comunidad local ha sido un pilar fundamental para La Placeta. “La gente de aquí me ha apoyado mucho”, afirma Francisco. Los trabajadores, maestros, médicos y empleados de oficina han sido los clientes fieles que han ayudado a mantener el negocio a flote. “Sin ellos, no sé dónde estaría”, añade.

El compromiso de Francisco con La Placeta Resbaladero va más allá de un simple negocio. Es un proyecto de vida, una muestra de su pasión por la hostelería y su amor por la comunidad. Su resiliencia y su capacidad para adaptarse a los tiempos difíciles son un ejemplo inspirador para todos. La Placeta Resbaladero no solo es un lugar para disfrutar de una buena comida, sino un símbolo de lucha, perseverancia y esperanza.

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