El reclamo de los Belenes Vivientes

Motril/Árboles gigantescos con cientos de luces de colores, espectáculos sonoros y visuales, mercadillos de artesanía, calendarios de adviento gigante, pistas de patinaje o espectaculares alumbrados se están convirtiendo en elementos fundamentales de esta fiestas y reclamos turísticos para cientos de personas que se desplazan a lo largo y ancho de la geografía para disfrutar en época invernal de la "magia" de la Navidad. Unos elementos identificativos de las fechas navideñas que los distintos Ayuntamientos aprovechan para programar multitud de eventos para que vecinos y turistas puedan paladear algunos de los aromas de la festividad por excelencia.

Pero sin duda el elemento identificativo más patente y palpable en esta festividad es el portal de Belén. Los hay de todos los tamaños y para todos los gustos, como los algo más de una veintena que se presentaron al concurso convocado por el Ayuntamiento de Granada, o el primer belén del mundo confeccionado con una pasta de escayola hecha a partir de mascarillas de Huétor Tájar.

A lo largo y ancho de España se pueden encontrar infinidad de portales de Belén, una tradición que en algunos municipios llegan a escenificar con representaciones al aire libre de portales vivientes y que en estos días sirven de atractivo turístico para la provincia, aunque en 2021 por segundo año consecutivo, dos de los más característicos, el de Los Tablones (Costa) y el de Válor (Alpujarra)no se celebraron por la pandemia.

Esta Navidad muchos misterios volvieron a sus tradicionales ubicaciones, aunque buscando espacios de gran tamaño para poder ser vistos sin ningún problema de protocolo. Y es que, pese al aumento de incidencia que se está experimentando en los últimos días, muchas son las personas que se desplazan hasta las distintas localizaciones para ver de cerca una costumbre centenaria que, sobre todo entusiasma a los más pequeños.

Como es el caso del Belén Viviente que la Asociación de Mujeres Virgen del Mar de Calahonda realiza cada año y en el que no faltó ni un detalle para que grandes y pequeños disfrutasen durante todo el día viendo en directo como se fabrica jabón casero, se escribe en papiro o se cuida de los distintos animales. Aunque sin duda, lo que más atrajo las miradas de los jóvenes fueron los distintos burros ataviados con talabartería y la gran oveja de lana blanca que sorprendía a algunos niños que se sorprendían al intentar acercarse a ella para que sus padres inmortalizasen el momento y descubrían que era más alta que ellos, como Mario, un niño de dos años que se acercó dispuesto a la oveja y que desató las risas de sus padres, Ana y José, vecinos de Almuñécar, cuando al hacerle la foto el pequeño se llevó un buen susto al no esperarse que esta fuese a moverse.

Otros de los vecinos de la provincia, como Carmen y Luis, señalaron a Granada Hoy que aprovecharon el fin de semana para pasar el día en Calahonda con algunos amigos, y tras comer en uno de los establecimientos del municipio le aconsejaron visitar el belén, "es divertido ver a los niños guardando fila para poder subirse en uno de los burritos para dar un paseo, nosotros hemos aprovechado y hemos comprado un poco de jabón natural y unos buñuelos para el camino de vuelta a casa".

Y aseguraron que son "fijos" cada año para visitar el que se realiza en Los Tablones, "teníamos la esperanza de que este año si se hiciese, es el más espectacular que hemos visto en años".

Algo más modesta fue la representación organizada por el Área de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Motril en el Santuario de la Virgen de la Cabeza. Un Belén Viviente solidario que contó con la colaboración de varias entidades vecinales y otros colectivos para recaudar alimentos para el comedor social de Jesús Abandonado. Apenas cuatro horas de misterio que contó con los cánticos del coro Cardenal Belluga y la agrupación Soniquete que amenizaron a todos los presentes. La teniente de alcalde de Participación Ciudadana, Inmaculada Torres, reseñó que "es una experiencia muy bonita, teníamos muchas ganas y es una excusa generosa para participar en una iniciativa solidaria ya que los alimentos son para Jesús Abandonado".

Unas recreaciones de los personajes del Nacimiento, llenas de detalles, que se convierten en citas obligatorias de la Navidad de cada municipio donde se realizan.