Recogida de setas en Granada: una guía de todas las especies y dónde encontrarlas
La mayoría de los que disfrutan de esa 'caza' de la seta no conocen en profundidad todas las especies aún siendo una práctica que conlleva su riesgo dado que algunas son altamente tóxicas
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La campaña de recogida de setas comienza en estos primeros días octubre y, aunque se pueden recolectar casi durante todo el año, el otoño es la estación fuerte de los hongos más apreciados en la cocina.
Salir al campo, marcar en el calendario ese día de 'salida y búsqueda', hace de esta actividad una de las más seguidas por los amantes de la naturaleza. Granada es rica en espacios naturales, cuenta con muchas sierras y montes dónde es fácil encontrar algunas especies de setas. Pero esta actividad tiene su dificultad: saber reconocer y distinguir las especies de setas y, sobre todo, saber dónde buscarlas.
Los expertos micólogos y también los aficionados bien informados saben qué buscar y en qué lugares pero, no osbtante, la mayoría de los que disfrutan de esa 'caza' de la seta, suelen estar más perdidos, aún siendo una práctica que conlleva su riesgo dado que algunas especies son altamente tóxicas.
Para aplacar la curiosidad y ese hueco de sabiduría ha nacido, en parte, una guía llamada Inventario Micológico Básico de Andalucía (IMBA), una publicación resultante del trabajo de investigación y catalogación de la diversidad fúngica presente en Andalucía, incluye más de 32.000 registros sobre especies micológicas y dispone de una representación de especies de todos los ecosistemas andaluces.
Granada, tierra rica en hongos
En esta guía se recogen todas las especies registradas que se ven en el campo granadino. El documento añade, además, en qué lugares pueden encontrarse, como por ejemplo en la Sierra de Huétor, la Alfaguara (lugar clásico para la búsqueda de setas) Alhama, el Llano de la perdíz, Fuente fría, Soportújar, entre muchas otras zonas.
El Parque Natural Sierra de Huétor, por ejemplo, alberga una de las reservas micológicas más importantes de la comunidad autónoma. En esta área protegida se promueve la conservación de las especies de hongos mediante la creación de rutas educativas. El objetivo es fomentar el conocimiento y el respeto hacia los hongos, permitiendo que los visitantes disfruten de su belleza sin interferir en su desarrollo.
Además de la Sierra de Huétor, otros parques naturales como el de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche y el Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla son reconocidos por su riqueza micológica. En estos espacios, se pueden encontrar especies como la Lepista nuda (pie azul), una seta comestible muy apreciada, o la Clitocybe odora (anisada), cuyo fuerte aroma a anís la hace inconfundible.
Precaución, no comas sin saber
Así, también zonas naturales como el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, el Parque Natural de los Alcornocales y el Parque Natural Sierra de Grazalema, entre otros, son algunos de los destinos más destacados para los aficionados a la micología. En estos espacios, se puede encontrar desde especies comunes como el Lactarius deliciosus (níscalo o guíscano), una de las setas más apreciadas para el consumo, hasta otras más raras como el Rubroboletus satanas, conocido popularmente como boleto de Satanás, una especie extremadamente tóxica.
De hecho, una de las preocupaciones más relevantes para la Junta de Andalucía es la recolección irresponsable de setas. Mientras que hay especies comestibles altamente valoradas, como el mencionado níscalo, o la Macrolepiota mastoidea (parasol), existen muchas otras que, aunque a simple vista parezcan inofensivas, pueden ser altamente tóxicas. Es el caso de la Amanita phalloides (oronja verde), una de las setas más venenosas del mundo y responsable de la mayoría de las intoxicaciones mortales relacionadas con el consumo de setas.
Las setas comestibles y tóxicas a menudo presentan similitudes morfológicas, lo que aumenta el riesgo de confusión para aquellos que no tienen suficiente experiencia en micología. Por ejemplo, el Agaricus campestris (champiñón silvestre) se puede confundir con especies del género Amanita cuando son jóvenes, lo que subraya la importancia de no recolectar setas si no se tiene un conocimiento profundo en la materia.
Recogida de las setas, una práctica regulada
La recogida de setas en Andalucía está sujeta a una regulación estricta para preservar el equilibrio del ecosistema y garantizar la regeneración de estas especies. En esta línea, cada Delegación Territorial establece un límite diario de recolección con fines de consumo propio. Las normativas, igualmente, prohíben el uso de herramientas que dañan el micelio, como rastrillos o azadas, ya que esto podría impedir el crecimiento de nuevos ejemplares.
El artículo 31.2 de la Ley 8/2003 de Flora y Fauna Silvestres establece que no es necesario solicitar autorización para la recolección de pequeñas cantidades en fechas y lugares tradicionales, siempre y cuando no ponga en riesgo la desaparición local de la especie.
Sin embargo, deben cumplirse ciertas condiciones para no alterar el suelo ni afectar la capacidad de las setas de reproducción. Además, se prohíbe la recolección en horas sin luz natural y se recomienda el uso de cestas que permitan la aireación y la dispersión de esporas para contribuir a la regeneración natural de los hongos.
La recolección de setas inmaduras no está permitida y deben respetarse las no comestibles, las que no se conozcan o no vayan a recolectarse por estar en mal estado o pasadas porque todas ellas cumplen una función ecológica.
La recogida es gratuita en montes públicos de la Comunidad Autónoma, salvo indicación en caso contrario, y está sujeta a normativas locales cuando se realiza en montes pertenecientes a municipios o terrenos privados, donde sí se requiere autorización. En los espacios protegidos, la normativa será aún más estricta para asegurar la conservación de los hábitats.
Es importante respetar la normativa para evitar sanciones administrativas, que pueden incluir multas y el decomiso de las setas recolectadas. Asimismo, se prohíbe circular con vehículos fuera de los caminos autorizados, molestar a la fauna silvestre y abandonar residuos, ya que todo ello constituye una infracción.
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