Las 'macabras' lápidas de la Iglesia de San Cristóbal
Vivir Ciudad
Granada/Tras la Reconquista de la ciudad de Granada, los Reyes Católicos se apresuraron en construir iglesias y edificios religiosos que, de alguna manera, ocultaran el pasado árabe de la ciudad. El gran volumen de construcciones en muy poco tiempo dejó prácticamente sin recursos a los obreros de la época, que tenían que buscar alternativas para continuar las labores de edificación.
El recurso más preciado y costoso era la piedra, muy demandada por su gran resistencia y por ser un elemento fundamental en la época para el levantamiento de pilares, muros y bóvedas. Son en este caso los propios muros los que nos muestran todos los elementos que se utilizaron en la época y que, gracias a que se han mantenido con el paso de los años protegidos por la propia infraestructura, a día de hoy se conservan en buen estado.
Si observamos con detenimiento algunas construcciones, como es el caso de la Catedral, podremos encontrar incluso restos fósiles marinos. El empleo de una gran variedad de piedras y rocas de diferentes tipologías determinó que, a día de hoy, observar con detenimiento los muros de las edificaciones de la época sea un auténtico misterio. Tan sólo fijándonos en los materiales de construcción utilizados, podemos saber cuál es el pasado de cada edificio y qué misterios ocultaron sus muros durante siglos.
Sin embargo, el pasado más 'macabro' de cuantas construcciones hay en la ciudad lo conserva entre sus paredes la albayzinera Iglesia de San Cristóbal, y pasa totalmente desapercibido para la gran mayoría de los granadinos.
El antiguo cementerio nazarí de la ciudad
La Granada que conocieron los Reyes Católicos tras la Reconquista dista mucho del tamaño actual de la urbe. Las murallas musulmanas, que a día de hoy tan sólo son vestigios del pasado nazarí, marcaban el final de la ciudad. Tras estos infranqueables muros se extendían amplias hectáreas de cultivos, y también enterramientos.
Solamente los califas tenían el privilegio de ser enterrados en la ciudad. El resto de la población, con independencia de cuál fuera su rango social, eran sepultados a extramuros de la población. Las denominadas Maqbara eran necrópolis árabes que, generalmente en las puertas de las ciudades, ocupaban grandes espacios dedicados al levantamiento de homenajes funerarios a los árabes de la época.
En aquella Granada, la popular Puerta de Elvira comunicaba la ciudad con un auténtico museo funerario que se extendía tras las murallas. El Maqbara granadino ocupaba gran parte de lo que hoy conocemos como la Avenida de la Constitución y el Parque del Triunfo. Prueba de esto son los numerosos restos óseos que se han encontrado fruto de las transformaciones urbanísticas que se han llevado a cabo en esta zona. Esto tan sólo sería historia, pero parte de estos monumentos han permanecido en el tiempo.
San Cristóbal, un templo de convivencia entre religiones
En los muros que se alzan entre el Templo y el clásico Aljibe de San Cristóbal, en la calle Larga de San Cristóbal, encontramos estas maqbaras. Quizás la cercanía con la zona de enterramientos árabes fue un factor determinante para el empleo de estas sepulturas en la construcción de la Iglesia. A modo de yeserías, las sepulturas ofrecen inscripciones árabes, epitafios o decoraciones fúnebres.
La fachada de la Iglesia se encuentra repleta de estas muestras, que se conservan en un estado excepcional. El desconocimiento generalizado de estas historia justamente ha sido un factor clave en la salvaguarda de estas maqbaras, ya que han pasado desapercibidas durante siglos. A día de hoy, esta fachada es un auténtico museo del arte islámico más desconocido, y nos traslada a una de las historias más 'macabras' de la época.
¿Y de dónde proviene la palabra 'macabro'?
La convivencia durante siglos de la cultura islámica y la cristiana ha influido en multitud de aspectos a la sociedad actual, y especialmente a la ciudad de Granada. Esta convergencia cultural se vió también plasmada en el lenguaje, que se ha nutrido en gran parte de la etimología árabe. Justamente de Maqbara proviene la palabra 'macabro' del castellano, que hace referencia a ese sentido lúgubre y terrorífico de los enterramientos.
La Iglesia de San Cristóbal es uno de los edificios más 'macabros' de la ciudad pero, ¿es el único?. Realmente es el enclave privilegiado para contemplar estas sepulturas desde una altura idónea, pero también podemos encontrar estas lápidas funerarias en otras construcciones. El Ábside del Monasterio de San Jerónimo, la Iglesia de Santa María de la Alhambra, la parte posterior del Convento de las Carmelitas Calzadas o el muro izquierdo de la Puerta de la Justicia son otros lugares en los que podremos contemplar el empleo de las maqbaras en sus muros.
Un paseo por estos lugares podrá mostrar a granadinos y visitantes una de las facetas más ocultas de la ciudad. La confluencia cultural y religiosa mantenida durante décadas se ha plasmado incluso en los edificios de la época. Los muros centenarios de la ciudad guardan secretos de ultratumba, que con un poco de paciencia y observación podrán ser descubiertos.
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