El secreto para una vida sana en verano: saber qué comer y no qué quitar de la dieta
El consumo moderado de cerveza, dentro de un patrón de vida saludable, se ha asociado con posibles efectos beneficiosos para el organismo
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Con la llegada del verano, y el aumento de comidas fuera de casa, celebraciones y fiestas, es frecuente la preocupación de cómo seguir llevando un estilo de vida saludable sin privarnos de compartir estos momentos. Sin embargo, no siempre es sencillo saber cómo aplicarlo, pues abundan los consejos y mensajes basados en mitos o en recomendaciones sin respaldo científico, que muchas veces llevan a restricciones innecesarias.
“Para llevar un estilo de vida saludable, prevenir la enfermedad y lograr una mayor calidad de vida, suelen transmitirse mensajes basados en los alimentos o bebidas que hay que evitar, pero este tipo de mensajes no son los más acertados” ha explicado hoy la Dra. Rosa María Ortega Anta, Catedrática de Nutrición, Coordinadora de la Unidad de Nutrición y Directora del grupo de Investigación VALORNUT en la Universidad Complutense de Madrid, en el curso de verano de la Facultad de Farmacia de la UCLM “Últimos avances en patología digestiva y nutricional”, celebrado esta semana en Cuenca . “Tenemos que basar las recomendaciones nutricionales en lo que conviene tomar, en lugar de en lo que se debe evitar, pues una dieta pobre en ciertos nutrientes puede ser muy perjudicial”.
Contra los falsos mitos
En un contexto en el que abundan informaciones falsas y a menudo contradictorias, los profesionales sanitarios se posicionan como portavoces referentes a los que recurrir ante la duda de cómo alimentarnos. Por ello, es fundamental que no sólo nutricionistas, si no también médicos, enfermeras y profesionales de farmacia, tengan los conocimientos necesarios para saber indicarnos cómo cuidarnos en esta época y no caer en modas sin evidencia.
“Tradicionalmente, las pautas nutricionales se han centrado en el pasado en la restricción de grasa, sodio y azúcar, pero el aumentar el consumo de diversos alimentos de origen vegetal, pescado y lácteos también debe ser considerado, por jugar en algunos casos mayor impacto en la salud que las restricciones. También la importancia del contexto: una correcta Dieta Mediterránea también engloba la actividad física, la salud emocional y la socialización en las comidas y nuestro día a día” explica la Dra. Ortega, tras culminar su ponencia esta mañana en el curso de la UCLM, dirigido a los futuros profesionales sanitarios y también futuros referentes para la población.
Qué comes, cómo estás
Analizando el impacto de la nutrición en la salud, un amplio estudio realizado por el grupo de expertos Global Burden of Disease señaló que 11 millones de muertes y 255 millones de años perdidos por enfermedad eran atribuibles a factores de riesgo dietético, destacando que las 15 influencias dietéticas con más impacto como causas de enfermedad y muerte eran, por orden de influencia: el alto consumo de sal, la dieta pobre en cereales integrales, fruta, frutos secos y semillas, vegetales, pescado y omega 3, fibra, ácidos grasos poliinsaturados y legumbres. El impacto negativo de la grasa trans y del exceso de azúcar se sitúa detrás del impacto del bajo consumo de legumbres.
“Muchos alimentos que han sido demonizados a lo largo del tiempo como el huevo, la leche, pan….no tienen efectos negativos en la salud y su restricción no ayuda sino que lleva al consumo de otros, que con frecuencia tienen menos nutrientes y peor composición.” En su ponencia, la experta ha insistido en que los futuros profesionales sanitarios, cuando indiquen pautas para la mejora de la salud, den orientaciones respecto a los alimentos y bebidas que se deben incluir, en lugar de centrar sus recomendaciones en prohibiciones concretas, que no suelen asociarse con beneficios sanitarios.
La cerveza puede ser un aliado
También respecto a las bebidas, ha especificado la Dra. Ortega, “hay que luchar contra el alcoholismo, pero no se debe combatir el consumo moderado de bebidas fermentadas, como la cerveza, tan frecuente en nuestra Dieta Mediterránea, preferentemente con las comidas y en compañía, porque diversos estudios encuentran mayor esperanza de vida y menor mortalidad cardiovascular en adultos que tienen el hábito. Eso sí, siempre respetando las cantidades máximas de ingesta tanto para mujeres (200-300 ml/día) como para hombres adultos (400-600 ml/día) sanos”. La mejora del estado de ánimo, el aumento de las relaciones sociales y la mayor hidratación, también podrían contribuir a este beneficio.
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