Los desconocidos vinos de Baleares y Canarias

Aromas y sabores

Cuando pensamos en vinos españoles solemos olvidarnos de nuestros dos archipiélagos

Viñedo de Pla i Llevant / G. H.
Margarita Lozano

18 de octubre 2020 - 03:30

Granada/En otras ocasiones les he hablado en estas páginas de los vinos canarios en los que confluyen tipos de uva y tradiciones de cultivo autóctonas o importadas de otros países, cuyos barcos hacían escala en este archipiélago en sus idas y vueltas a América. Pero no hemos de olvidar tampoco los vinos producidos en las islas Baleares, donde numerosas culturas de la antigüedad pasaron, se quedaron y trajeron también sus propias costumbres, entre ellas las ligadas a la vitivinicultura.

En la isla de Mallorca hay dos denominaciones de origen de vino: Binissalem y Pla i Llevant. De esta última hablaremos hoy. Se trata de una denominación de origen vitivinícola cuya zona de producción se encuentra situada en la zona central y este de la isla de Mallorca. La componen 18 municipios, en muchos de los cuales la viña se cultiva en este territorio desde la dominación romana.

Tras el reconocimiento, en el año 1993, de esta zona como comarca vitivinícola se produjo un importante incremento en la actividad de todo el sector de la zona (plantación de nuevos viñedos, incorporación de nuevas variedades, mejoras en las técnicas de cultivo, etc.), y al mismo tiempo creció el número de bodegas productoras de vino, realizándose, en las ya existentes, importantes inversiones tecnológicas, que dieron lugar a un aumento de la producción y en especial de la calidad de estos vinos.

Mapa de la ruta enológica Pla i Llevant / G. H.

En este periodo se consiguieron fijar las características diferenciales de los vinos de la zona y la posterior solicitud, a la Consejería de Agricultura y Pesca, de la Denominación de Origen para estos vinos. Así, la DO Pla i Llevant fue creada el año 2001 y su reglamento regulado por la Orden de la Conselleria de Agricultura y Pesca de 1 de abril de 2005.

El clima de la zona es, como es de esperar, de carácter típicamente mediterráneo, con una temperatura media de 17º C, inviernos ligeramente fríos y veranos secos y calurosos. La pluviometría oscila entre los 400 y los 450 m. anuales y los valores medios de irradiación solar superan las 2.800 horas/año.

El suelo está formado por rocas calizas (margas y dolomitas) que dan lugar a un suelo calizo-arcilloso, dando a las tierras unas tonalidades rojizas o blanquecinas y con un pH ligeramente alcalino. Estas características del suelo permiten un buen drenaje y esto, junto con la escasa presencia de materia orgánica y la facilidad de penetración radicular, hace que el cultivo de la vid se realice en condiciones muy buenas.

Los mostos se elaboran siguiendo las prácticas tradicionales, aplicadas con una moderna tecnología orientada a mejorar la calidad de los vinos. Se aplican presiones adecuadas para la extracción del mosto y su separación de los orujos, de forma que el rendimiento no sea superior a 70 litros de mosto por cada 100 kilos de vendimia.

Destacan entre los de la zona los vinos blancos de uva Chardonnay, con aromas muy marcados de frutas tropicales así como aromas lácticos y avainillados si han sido fermentados en barricas de madera. Los moscateles secos ofrecen aromas florales mientras que los vinos frescos procedentes de variedades Prensal Blanco, Macabeo y Parellada presentan aromas de frutas ácidas. Cuando los vinos son fruto de combinaciones de estas variedades el resultado es un complejo conjunto de aromas muy frescos en nariz y en boca.

En los vinos tintos los diferentes tipos de uva utilizada permiten obtener unos vinos muy interesantes que se caracterizan por su intensidad de color y aromas complejos de frutas. En la boca los taninos son suaves y con una acidez equilibrada, que dan en su conjunto una sensación de frescor.

Las variedades tintas autóctonas son la Manto Negro, con hojas de vida media y granos grandes muy coloreados. Rico en azúcares y aromas; la Callet, variedad que con las prácticas culturales, terreno y clima de la zona permiten obtener vinos de alta expresión.; y la Fogoneu, una variedad mayoritaria en la comarca de Felanich donde suele encontrarse en plantaciones mixtas con la Callet y que tiene cierto parecido con la uva francesa Gamay. La Monastrell, variedad endémica de la costa mediterránea española, se desarrolla vigorosamente en estos climas secos y templados. También se cultivan variedades internacionales como Syrah, Tempranillo, Cabernet Sauvignon y Merlot.

Estos vinos, al igual que otros de otras Denominaciones de Origen insulares se venden in situ gracias al turismo, que los consumen durante las vacaciones y se llevan unas botellas de regreso a casa. En la España peninsular, sin embargo, son apenas conocidos y comercializados debido al sobrecoste que supone el transporte desde las islas, pero se pueden encontrar en tiendas especializadas. Yo les recomiendo que los prueben y seguro que por su relación calidad-precio, su personalidad tan diferente y su originalidad quedarán encantados y repetirán.

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