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Por regla general, los dormitorios suelen ser los espacios más reducidos de las casas. Reservados para dormir y poco más, los dormitorios siempre pierden metros en favor de zonas como el salón (fundamentalmente) o la cocina. Aunque siempre hay excepciones y encontramos domicilios con dormitorios de considerable tamaño, lo más habitual es que la mayoría de nosotros tengamos en una casa dormitorios pequeños. Además, siempre hay uno que es realmente diminuto y nunca sabemos qué hacer con él.
Pero, si algo hemos aprendido de la decoración es que, a la hora de sacarle partido y darle personalidad a una estancia, lo de menos son sus metros. Hemos conseguido que un salón parezca más grande e incluso hemos logrado mantener el estilo de un salón convertido en espacio de trabajo. La decoración siempre resulta ser clave a la hora de transformar nuestra casa, darle un nuevo aire o sacarle partido a pesar de las limitaciones. Por eso, enfrentarnos a un dormitorio pequeño no supone un gran esfuerzo si se tienen las herramientas necesarias.
Es importante tener en cuenta aspectos clave, como la importancia de apostar por el minimalismo. A pesar de lo que muchos piensan, decorar un dormitorio abogando por el minimalismo no necesariamente implica tener que reducir el colorido al blanco. Ni la clave está en pintar la pared en ese color ni el truco es que los elementos visuales sean de esa tonalidad.
El tipo de cama, las mesitas de noche, el cabecero o colocar una alfombra para engañar al ojo son algunos de los aspectos clave a tener en cuenta a la hora de decorar un dormitorio pequeño. A continuación desvelamos cinco ideas de decoración para que un dormitorio pequeño tenga la misma (o más) personalidad que uno grande. Son sencillos, pero sus resultados son espectaculares.
En cualquier dormitorio, con independencia de su tamaño, la cama se convierte en el elemento principal. Se trata de un mobiliario que ya de por sí ocupa mucho espacio y que crea la sensación de una ocupación plena del espacio. En nuestro dormitorio pequeño podemos jugar con la cama y tratar de rebajar ese impacto visual que genera.
Para ello debemos apostar por una cama baja (la opción tatami es perfecta) y que tenga las patas finas y pequeñas. Al descender la cama de nuestro campo de visión, estaremos ganando un espacio que, aunque no sea real, nos dará la sensación de una mayor amplitud.
Po regla general, la cama siempre es el elemento visual de mayor impacto en un dormitorio (pequeño o grande), por lo que nos resultará muy fácil convertirla en el centro de atención de la habitación. Aunque también podemos apostar por una lámpara de pie que sea llamativa o un original cabecero.
La idea es que al entrar en el dormitorio la vista se nos vaya de forma natural a ese elemento y el resto pase desapercibido. Para conseguirlo también es importante que el resto de la decoración sea discreta, minimalista y reducida.
Tener un dormitorio pequeño implica tener que elegir entre algunos elementos decorativos. Ya lo advertíamos al principio del artículo, la decoración de este tipo de estancias debe ser minimalista. Disponer de demasiados elementos en una habitación de reducido tamaño la satura y disminuye todavía más sus dimensiones. Por este motivo, nos toca decidir entre un cabecero o colocar cuadros en nuestra pequeña habitación.
¿Por qué? Porque ambos elementos suelen tener considerables proporciones y harían que nuestro dormitorio pareciese todavía más pequeño. Apuesta por un cabecero original, eso sí, o por colocar cuadros o láminas en algunas de las paredes. También puedes hacer de tus cuadros un cabecero y así no te quedarás con las ganas de tener ninguno de los dos elementos decorativos.
Las mesitas de noche son, esencialmente, un elemento funcional, pero no por ello debemos renunciar a hacer de ellas un elemento decorativo atractivo. En el caso de un dormitorio pequeño recomendamos apostar por mesitas de noche que no compitan en protagonismo con la cama. Es decir, que las mesitas de noche se limiten a complementar al elemento principal de la estancia.
Podemos jugar con las mesitas y huir de las clásicas y convencionales para apostar por alternativas como taburetes, una caja de madera o algún pequeño mueble cuya finalidad original fuese bien distinta. Es importante que evites saturar la mesita de noche de fotos, libros y demás efectos personales (volvemos a los efectos visuales). Una lamparita (vertical, para dar sensación de mayor tamaño), un marco de fotos (en tonos neutros) y el libro que estés leyendo son más que suficientes.
En la línea de apostar por el minimalismo con idea de no saturar el espacio está la idea de emplear ropa de cama discreta, sencilla y monocromática. Aunque te guste el colorido y las tonalidades llamativas con originales estampados, es preferible que apuestes por ellos en otra estancia de la casa de mayor tamaño.
En el caso de un dormitorio pequeño proponemos jugar con una colcha blanca y combinarla (con una manta y cojines) en tonos neutros y pasteles. Es importante el contraste pero sin excedernos para no generar un efecto visual demasiado sobrecargado.
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