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Los Gordon en tierra: la odisea de una pareja estadounidense tras perder el crucero por visitar Granada

El Norwegian Viva, durante una de sus escalas en el puerto de Motril

El Norwegian Viva, durante una de sus escalas en el puerto de Motril / Alba Feixas

Uno de los grandes beneficios que ofrecen los cruceros a aquellos turistas que buscan una forma diferente de  descansar es la posibilidad de disfrutar de todos los servicios que se concentran dentro de sus instalaciones, a la vez que se viaja y se ven muchos lugares en poco tiempo. Sin embargo, una de las máximas a la hora de emprender este tipo de vacaciones es controlar muy bien los horarios para no llevarse ningún susto de última hora o quedarse en tierra. Una situación que se ha vivido en la Costa Tropical tras la llegada del último gran crucero, el Norwegian Viva, y dos de sus ocupantes no pudiesen subir abordo para continuar la travesía tras visitar Granada. 

Los hechos ocurrieron el pasado lunes. El Norwegian Viva, el barco más moderno y el último de la flota de Norwegian Cruise Line, llegaba a la dársena granadina con más de 3.000 cruceristas de 62 nacionalidades, principalmente de Estados Unidos y Canadá. Un gran porcentaje de ellos decidieron quedarse en Motril para visitar la ciudad, sin embargo otros optaron por realizar excursiones a otros puntos de la provincia contratando excursiones con la propia naviera o por su cuenta. Entre ellos se encontraban Richard y Claudene Gordon, una pareja de Estados Unidos que decidió visitar la ciudad de la Alhambra por sus propios medios y tras un día de ajetreo, vieron como el crucero se iba sin ellos.

La pareja parecía tenerlo todo calculado, sin embargo el autobús turístico en el que viajaban se retrasó debido a una tormenta, momento en el que se dieron cuenta que no llegaban a tiempo a la dársena motrileña. La naviera había puesto como hora máxima de llegada las 17:30 horas para que los cruceristas volviesen al barco, recomendando siempre que la vuelta se hiciese con tiempo suficiente. 

Según relatan fuentes del entorno, la pareja consiguió ponerse en contacto con un familiar que iba dentro del barco para que avisase a la tripulación de la demora de estos, aunque no fue suficiente para que el barco los esperase y no saliese de la dársena a la hora establecida desde un principio. El barco no espera si los turistas llegan tarde al embarque, salvo que se trate de una emergencia o que sea una excursión organizada por la propia naviera. 

Todo apunta a que desde la línea de cruceros intentaron ponerse en contacto con ellos en varias ocasiones a través del número de teléfono que se facilita para casos de emergencia a la hora de embarcar, aunque no fue posible. Posiblemente, porque al viajar a un país no comunitario se suele poner el teléfono en modo avión.

Posteriormente, esta pareja voló hasta Palma de Mallorca, donde el crucero tenía prevista otra de las escalas, donde si consiguieron regresar al barco para reunirse con sus familiares y amigos, y continuar la travesía. 

El crucero tiene un sinfín de actividades disponibles para no perder ni un segundo. Desde las innumerables cubiertas con piscinas, jacuzzis o spa, hasta restaurantes de todo el mundo, dos toboganes de caída libre de 10 pisos de altura, una pista de kartinkg de tres plantas, zona de juegos infantiles y otra de recreativos con minigolf o una sala con juegos de realidad virtual para los adolescentes, o tomar las mejores fotos en la zona de arte interactivo, son algunos de los servicios que da el Norwegian Viva a sus pasajeros.

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