Ha vuelto a pasar en el terreno de juego. Una lesión repentina, con dolor punzante y brusco, deja al jugador del Sevilla FC y natural de Lebrija (Sevilla), Isaac Romero, tirado sobre el terreno de juego del Benito Villamarín en el derbi contra el Real Betis Balompié.

Habían transcurrido pocos minutos desde el comienzo del partido cuando un dolor en la parte posterior de la pierna derecha dejó a Romero tumbado sin poder moverse, por lo que tuvo que retirarse del campo en camilla. La lesión resultó ser la misma que sufrió Isco Alarcón el pasado mes de febrero. La resonancia que se le realizó en la tarde de ayer confirmó que era una miotendinosa de isquiotibiales en el muslo derecho. En Isco, fue en el izquierdo. Se trata de una lesión muy común en la que se produce un desgarro en la unión entre el músculo y el tendón de los isquiotibiales. 

O lo que es lo mismo una rotura que forman un grupo de tres músculos en la parte posterior del muslo. Hay tres grados de desgarro. El grado 1 es más leve y suele tardar en recuperarse de cuatro a seis semanas, para el grado 2, entre cuatro semanas y tres meses que es el caso de Isaac Romero.

Tal y como indican en la web del Sevilla F.C. le realizaron una resonancia magnética para confirmar el alcance de la lesión en la que se ha establecido "un periodo de recuperación para el delantero lebrijano de entre seis y ocho semanas". Esto quiere decir que estará fuera de los terrenos de juegos lo que resta de temporada. 

Y un tercer grado en el que la recuperación suele oscilar entre tres y seis meses.

Método de recuperación

Muchos esguinces y torceduras se curan solos, pero en el caso de los desgarros, el tratamiento generalmente incluye reposo, aplicación de hielo, compresión, elevación y rehabilitación para fortalecer los músculos y tendones afectados. En casos más graves, puede ser necesaria la intervención quirúrgica.

Cada proceso lleva un tiempo de recuperación estipulado y en función de como se vayan completando las diferentes fases, así van actuando. Todas son importantes porque desde la fase primera, fisioterapeuta y paciente trabajan para ir recuperando el tono muscular, además de ejercicios rehabilitación para que no vuelva a suceder. 

Es lo que hace que la recuperación sea más lenta, pero con mejores garantías y cuyo protocolo establece que hasta que no pasen aproximadamente 8 semanas, el jugador no podrá recuperar su rutina de entrenamiento habitual. 

Para realizar un buen diagnóstico se debe tener en cuenta y lo primero que se le pregunta al paciente, es qué sintió en el momento de la lesión. En función de ello, se va a determinar si la lesión es de grado 1, 2 o 3, siendo el grado 1 el más leve y en el que el paciente suele experimentar una sensación de tirón o de pedrada que va dificultar las cualidades funcionales como puede ser dolor al caminar, es lo que va a determinar el grado 2 o 3. Además de esto, se le hace una pequeña entrevista al paciente y posteriormente se usa el ecógrafo que es el que va a determinar qué está dañado y en qué medida lo está.