La Rayuela

Lola Quero

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2023: La gran batalla de Granada (I)

Ayuntamientos, Diputación, Gobierno, Universidad y corporaciones privadas coinciden en un año electoral decisivo

2023: La gran batalla de Granada (I)

2023: La gran batalla de Granada (I) / J. Jiménez / PS

Es el número mágico, 2023. De un tiempo a esta parte todo lo importante en Granada parece apuntar a la misma fecha y con un intenso aroma a contienda en el horizonte. Ya sabemos que la política nos depara elecciones, municipales primero -en primavera- y generales después -en otoño, se supone-. Y todo eso en un momento de extraordinaria calentura general, que en esta ciudad y su provincia no será menor, al tratarse de una plaza estratégica y muy disputada por los partidos. Pero no serán los ayuntamientos, la Diputación o la Subdelegación del Gobierno los únicos que estén en el aire durante este nuevo año. A todo esto, que no es poco, se suma el futuro de la Universidad de Granada, una institución que tiene un presupuesto que puede duplicar el de cualquier otra institución pública en la provincia. Y eso es solo una referencia parcial de su enorme impacto social, económico y cultural.

Habrá más relevos o reelecciones decisivas, incluso cruciales, en el sector privado. Caja Rural, por ejemplo, donde se espera que el proceso electoral, sea como sea, discurra de forma pacífica. Su actual presidente, Antonio León, tiene que decidir si aspira a otros cincos años al frente de la entidad o si pasa el testigo. Tiene en su cabeza un proyecto ambicioso, con visión a largo plazo, que es imprescindible para una buena gestión; pero el dirigente tiene claro que, en caso de transición, ésta se debe hacer con los apoyos suficientes para evitar las desagradables contiendas del pasado.

Entre catedráticos

El acontecimiento más destacado del final de 2022, que fue la decisión del Gobierno español socialista de instalar la Agencia Española de Supervisión de Inteligencia Artificial (AESIA) en A Coruña tiene una incidencia clave en todas esas batallas electorales que se avecinan. También en la de la Universidad de Granada, porque la rectora saliente, Pilar Aranda, quisiera haber dejado puesta esa guinda a los ocho años de gran trayectoria al frente de la institución. Su sucesor natural, el anterior miembro del equipo de gobierno Pedro Mercado, carecerá ahora de esa baza a la hora de afrontar las elecciones que se esperan para mayo, aunque tiene a su favor todo lo demás, que no es poco.

Estos comicios por sufragio universal ponderado a los que concurre toda la comunidad universitaria, incluidos los alumnos, se resuelven de forma decisiva entre catedráticos, que son los que más cuentan. Por ahora, solo hay un candidato alternativo, Pedro García, aunque se espera el posible afloramiento de otro aspirante en el sector que tradicionalmente ofrece batalla. Aún se recuerda lo cruenta que fue la de 2015, entre Aranda e Indalecio Sánchez Montesinos, quien después de su derrota fue designado para el cargo de delegado territorial de Salud, cuando el PP llegó al poder de la Junta de Andalucía, en 2018.

Sin lobby político

En el terreno estricto de la política, está por ver si la decisión sobre la AESIA, entendida en esta tierra como una afrenta del Gobierno de Pedro Sánchez, pasa factura a los candidatos locales de su partido, el PSOE. En particular, a Paco Cuenca, que es el impulsor de la iniciativa de la ciudad, y a José Entrena en la Diputación, si hay efecto arrastre, ya que esta institución se decide por elección indirecta y depende del número de votos obtenidos en los municipios de la provincia.

Tampoco las últimas decisiones sobre las reformas legales impulsadas por el Gobierno contribuyen a cambiar la dirección del viento electoral. Los socialistas andaluces, y granadinos en particular, tienen el sabor amargo de sentirse relegados por el gran objeto de deseo del granero de voto catalán. Su mejor baza es el carácter municipal de los comicios y potenciar las figuras locales -especialmente a los que ya son alcaldes-, con la menor dosis posible de injerencias nacionales. Es el caso de Paco Cuenca, que ha marcado su propio terreno y no atiende a las peticiones de mesura de otros cargos de su partido cuando se queja por la designación de la sede de la AESIA. El problema es que esa moneda tiene doble cara y lo ha dejado como un político con escasa influencia en la toma de decisiones fuera de Granada. En la Universidad y en el sector privado sostienen que, respecto a la candidatura de la inteligencia artificial, ellos hicieron su trabajo, pero falló la política. No hubo un lobby de peso en el socialismo local. A esta idea contribuyen las noticias sobre la encomienda de impulsar la AESIA en A Coruña, asumida por un diputado que fue elegido con votos de los granadinos. Mientras aquí crece la indignación, con propuestas de llevar al Gobierno al Tribunal Supremo, en las Cortes hay silencio y complacencia. La confección de las próximas listas electorales está demasiado cerca. Paco Cuenca, como otros alcaldes o candidatos socialistas de la provincia, no puede esperar mucho de los Reyes Magos de Madrid. Más le vale meterse él mismo en el traje de Baltasar y repartir ilusión por sus propios medios.      

El poder de la Diputación

Mucho se habla de la importancia que tiene para el PP recuperar tanto el gobierno de la Diputación como el de la ciudad de Granada, hasta el punto de trasponer a una consejera que está dando buenos resultados en la Junta. Pero mientras que para la derecha representan reconquistas clave, para el PSOE andaluz mantener el poder en esta tierra supone la diferencia entre la supervivencia y la práctica irrelevancia...[Continuará el próximo domingo]

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